No hay rastro de la opulencia vaticana en el número 212 de la calle East 141 de Dolton, un suburbio humilde en el sur de Chicago. Pero quien ahora ocupa el trono de Pedro, en la cascada de oro y mármol diseñada por Bernini, se sentó un día en la escalera de piedra desnuda de esta casita de ladrillo rojo. Era un niño y se llamaba Robert Prevost. Hoy es León XIV, el Sumo Pontífice. Quien se sienta ahora en esos escalones, iluminado por un magnífico sol de primavera, es Paul Heller. Al igual que el nuevo Papa, la modesta construcción con techo de dos aguas y marcos blancos en la ventana también fue su hogar. «Llegamos en los noventa»,...
Ver Más