Kathrine Switzer, la mujer que empezó a correr por ella y por todas sus compañeras

Repasamos la historia de Katherine Switzer, la primera mujer en correr una maratón

Mar 8, 2025 - 08:32
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Kathrine Switzer, la mujer que empezó a correr por ella y por todas sus compañeras

¿Quién no ha escuchado alguna vez la frase: ‘corres como una chica’? Utilizada para menospreciar el talento o la capacidad de mujeres, también incluso hombres, a la hora de correr. La mujer en la práctica deportiva ha sido históricamente objeto de burla, hasta que irrumpieron en el panorama algunas que quisieron reformular y darle una vuelta al significado de esa misma frase: ‘sí, corro como una chica, ¿quieres ver cómo lo hago?’

Una de las primeras en apropiarse de ese lema, ya muy utilizado en las conversaciones feministas actuales y en este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, fue Kathrine Switzer.

A los aficionados del atletismo les sonará su nombre, pero no mucha gente conocerá la figura de la mujer que vio cómo un hombre la atacó en una carrera e intentó expulsarla sin éxito. Aquí está la historia de la primera mujer en correr de manera oficial una maratón y que logró cambiar las reglas del deporte mundial.

Boston, el comienzo de la historia de Kathrine Switzer

Todo comenzó en 1967, cuando Kathrine desafió las normas de la Maratón de Boston, una competición exclusiva para hombres. Por ese motivo, tuvo que inscribirse como muchas otras mujeres han tenido que ocultar su identidad a lo largo de los años en diferentes disciplinas: con sus iniciales para evitar ser detectada.

Voy a terminar la carrera arrastrándome o a gatas si es necesario; porque si no la acabo, nadie creerá que las mujeres pueden hacerlo

Logró comenzar la carrera, pero uno de los organizadores irrumpió entre los corredores, se lanzó hacia ella e intentó expulsarla por la fuerza. Sin embargo, gracias a su tenacidad, el apoyo de su entrenador, su pareja y otros participantes, la atleta resistió y completó los más de 42 km en 4 horas y 20 minutos.

Como comentó en varias entrevistas posteriores a este gran hito para las mujeres y el atletismo, tan solo tenía una cosa en mente: “Voy a terminar la carrera arrastrándome o a gatas si es necesario; porque si no la acabo, nadie creerá que las mujeres pueden hacerlo”. Su pasión desde los 12 años siempre fue el atletismo y no había persona que la detuviese para cumplir su sueño. Se demostró a sí misma y al resto de la sociedad que las mujeres eran perfectamente capaces de correr maratones, desafiando los prejuicios de la época. Cinco años después de esa hazaña, la Maratón de Boston abrió oficialmente sus puertas a las corredoras.

Pionera más allá de la maratón

Kathrine continuó su carrera deportiva de manera impecable: ganó la maratón de Nueva York femenina en 1974 y quedó segunda en la de Boston en 1975, con su mejor marca de 2 horas, 51 minutos y 37 segundos. En 2017, medio siglo después de su gran hito y tras cumplir 70 años, volvió a correr por las calles de Boston. Terminó la prueba solo 24 minutos después de su tiempo en 1967, demostrando que su historia no había hecho más que seguir adelante.

El dorsal que ha utilizado en todas sus carreras, el 261, se ha convertido también en un símbolo de igualdad y empoderamiento. Además, le sirvió de inspiración para crear 261 Fearless, una organización mundial que impulsa a mujeres a ganar confianza a través del running a través de oportunidades y programas educativos.

Con su incansable activismo, la atleta organizó carreras para mujeres por todo el mundo y logró que el Comité Olímpico Internacional (COI) incluyera el maratón femenino en los Juegos Olímpicos de 1984. Sin saberlo, mientras corría en Bostón en 1967, Kathrine se convirtió en pionera de la lucha por la igualdad. No solo rompió un techo de cristal en el deporte, sino que ha conseguido ser referente para muchas atletas y mujeres que han visto y ven su nombre escrito en esa frase que lamentablemente aún en 2025 sigue ocupando titulares: ‘La primera mujer que...’.