Juan Manuel González Zapatero. El conferenciante mudo.

AMG, 2002. 36 páginas. Segundo premio de un concurso de relatos, me ha resultado bastante insípido tanto el que da título al libro, que trata sobre una conferencia que paradójicamente aboga por darlas en unas condiciones un tanto extravagantes. Los dos restantes, El veneno de la escritura y Técnicas para ponerse a salvo, son bastante flojitos. Se deja leer. Que debe, lo antes posible, dividir al auditorio en dos bandos y atraer a su causa a una de las partes, a ser posible la que cuente en sus filas a los individuos más fornidos, que le servirán de parapeto para poder escapar (“Divide y vencerás”, “Difama que algo queda”, “Quien da primero da dos veces” son frases que atestiguan la importancia histórica de la estrategia). Que nunca podrá contar con las personas habituadas al escándalo, gente insolidaria y camorrista que no respeta nada. Y, finalmente, que no hay enemigo pequeño: hasta la anciana más inofensiva sabe abrir la caja de los truenos repitiendo, debido a una fingida sordera, una misma pregunta doce veces (y todas, por supuesto, conocen el manejo del bastón). Sin duda que toda buena conferencia consiste en un intercambio, ya de conocimientos, ya de léxico, ya de... The post Juan Manuel González Zapatero. El conferenciante mudo. first appeared on Cuchitril Literario.

Abr 26, 2025 - 17:01
 0

Juan Manuel González Zapatero, El conferenciante mudo
AMG, 2002. 36 páginas.

Segundo premio de un concurso de relatos, me ha resultado bastante insípido tanto el que da título al libro, que trata sobre una conferencia que paradójicamente aboga por darlas en unas condiciones un tanto extravagantes. Los dos restantes, El veneno de la escritura y Técnicas para ponerse a salvo, son bastante flojitos.

Se deja leer.

Que debe, lo antes posible, dividir al auditorio en dos bandos y atraer a su causa a una de las partes, a ser posible la que cuente en sus filas a los individuos más fornidos, que le servirán de parapeto para poder escapar (“Divide y vencerás”, “Difama que algo queda”, “Quien da primero da dos veces” son frases que atestiguan la importancia histórica de la estrategia). Que nunca podrá contar con las personas habituadas al escándalo, gente insolidaria y camorrista que no respeta nada. Y, finalmente, que no hay enemigo pequeño: hasta la anciana más inofensiva sabe abrir la caja de los truenos repitiendo, debido a una fingida sordera, una misma pregunta doce veces (y todas, por supuesto, conocen el manejo del bastón).
Sin duda que toda buena conferencia consiste en un intercambio, ya de conocimientos, ya de léxico, ya de llaves (de judo, claro, nunca jamás de casa, que es nuestro último refugio). Si no se da esta condición, en la que tanto el conferenciante como el auditorio salen de la sala con algo más de lo que entraron, podemos considerar que la conferencia, por muy brillante que haya estado el orador, ha sido un rotundo fracaso. Porque una conferencia no es ni una lección magistral, ni
una ocasión para el lucimiento. Una conferencia es un acto de comunicación de un grupo humano, ya sea éste sapiens o antecessor. Y en la medida en que ésta sea más :~uida e intensa, volverán a contratar al conferenciante. Así que, en conclusión, el ABC del conferenciante consiste en ponerse al nivel del auditorio, y esto hay que conseguirlo al precio que sea. Para ello, el recurso del conferenciante mudo ofrece un camino ideal. La manera más fácil de aplicarlo consiste en sentarse en medio del auditorio, en una butaca vacía, subirse los cuellos de la chaqueta y esperar. Una vez hecho, el paso siguiente será que el auditorio, de grado o por fuerza, empiece a tomar conciencia de sí mismo. (Una buena ocasión para esto es que se pronuncien dos conferencias a la vez en el mismo lugar, con objeto de que cada auditorio pueda observarse a sí mismo en el otro, y que a partir de ahí ambos comiencen a diferenciarse con otras actitudes, otras poses, otras intervenciones que, aun motivadas por la vanidad, son un campo abonado para nuestros fines). El tercer paso consiste en que el auditorio recapacite sobre la importancia de su papel en el acto, y su igualdad respecto del conferenciante, cosa que éste, desde su butaca, se encarga de destacar.

The post Juan Manuel González Zapatero. El conferenciante mudo. first appeared on Cuchitril Literario.