• Según Statista, el menos el 26 por ciento de Pymes acepta requerir ayuda para administrar el desperdicio.

• Un grupo de jóvenes reveló uno de los mejores mitos en torno a Krispy Kreme.

• El 84 por ciento de pequeñas empresas acepta que la merma es un problema.

Unos jóvenes decidieron comprobar un mito que se encuentra en las redes, en el cual se presume que Krispy Kreme tiraba las donas a la  basura, por lo que las personas no quisieron quedarse con las manos cruzadas y decidieron ir para comprobarlo con sus propios ojos.

Al menos el 84 por ciento de las Pymes considera que los residuos de la merma traen serios problemas en el desarrollo de una empresa, mientras que el 26 por ciento acepta que debe de tener más análisis por las mismas situaciones, de acuerdo a Statista.

Donas Krispy Kreme

En un video que circula en las redes sociales se expuso la supuesta práctica de tirar a la basura las donas que no se venden al final del día. Armados con sus teléfonos, acudieron a una de las sucursales para investigar la situación, con la intención de desmentir la creencia.

Sin embargo, su sorpresa fue grande al descubrir que, efectivamente, las donas “sobrantes” terminaban en bolsas de basura, listas para ser desechadas. El momento quedó registrado en un video que rápidamente se hizo viral, generando una ola de reacciones entre los usuarios.

Mientras algunos lamentaron que estos productos no se donaran a instituciones de beneficencia, otros señalaron que este tipo de políticas son comunes en la industria alimentaria por temas de calidad y normativas sanitarias, y que es mejor no donarlas.

Entre otras señalizaciones, no se puede comprobar que esas donas efectivamente son del día, o son de días pasados, a lo que surgió el debate sobre si en ese caso si es necesario el desecharlas a la basura.

@banda_los_narcisistas Krispy Creme tiene un GRAN SECRETO #lifehack #humor ♬ sonido original – Los Narcisistas Banda

Residuos en marcas

El desperdicio de alimentos por parte de marcas y establecimientos al final del día es una problemática que genera cada vez más cuestionamientos éticos y ambientales.

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En muchos puntos de venta, especialmente en cadenas de comida rápida, supermercados y panaderías, los productos que no se venden dentro de su periodo óptimo son desechados, incluso si siguen siendo aptos para el consumo.

Esta práctica contrasta con las cifras de inseguridad alimentaria y pone en evidencia la necesidad de modelos más sostenibles.

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Para las marcas, este tema representa un desafío de reputación y también una oportunidad. Diversas iniciativas han comenzado a replantear este modelo, promoviendo la donación de alimentos, la redistribución a través de apps o la venta a bajo costo al cierre de jornada.

Además, hay un creciente interés por ajustar procesos de producción, previsión de demanda y empaques que prolonguen la vida útil sin comprometer la calidad.

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La transparencia en cómo una empresa gestiona su excedente puede influir directamente en la percepción del consumidor, que valora las acciones responsables.

Starbucks

Un ejemplo relevante es Starbucks, que implementó el programa “FoodShare” en Estados Unidos, a través del cual dona diariamente alimentos no vendidos pero aún seguros a bancos de comida locales.

Esta iniciativa no solo ha reducido significativamente el desperdicio, sino que también ha reforzado el compromiso social de la marca frente a un problema global.

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