Ilán Semo: La insurrección de los sentidos
De Yeonghye, la infortunada heroína de La vegetariana, la novela de la sudcoreana Han Kang, no sabemos nada más que está casada, se dedica a colocar los textos en los parlamentos de los cómics y lleva una vida discreta y diligente, tal y como lo había deseado su marido. En realidad, por ello la escogió como pareja. Así da inicio el relato: “Nunca pensé –se dice a sí mismo el esposo– que [Yeonghye] fuera una persona especial. Para ser franco, ni siquiera me atrajo cuando la vi por primera vez […]. Si me casé con ella fue porque, así como no parecía tener ningún atractivo especial, tampoco parecía tener ningún defecto. Su manera de ser, sobria y sin ninguna traza de frescura, ni genio o elegancia, me hacían sentir a mis anchas”.
De Yeonghye, la infortunada heroína de La vegetariana, la novela de la sudcoreana Han Kang, no sabemos nada más que está casada, se dedica a colocar los textos en los parlamentos de los cómics y lleva una vida discreta y diligente, tal y como lo había deseado su marido. En realidad, por ello la escogió como pareja. Así da inicio el relato: “Nunca pensé –se dice a sí mismo el esposo– que [Yeonghye] fuera una persona especial. Para ser franco, ni siquiera me atrajo cuando la vi por primera vez […]. Si me casé con ella fue porque, así como no parecía tener ningún atractivo especial, tampoco parecía tener ningún defecto. Su manera de ser, sobria y sin ninguna traza de frescura, ni genio o elegancia, me hacían sentir a mis anchas”.
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