Herpes zóster: inicio del virus, síntomas, diagnóstico y tratamiento

Consultar a un médico es fundamental ante los primeros síntomas, ya que el tratamiento funciona mejor si se inicia dentro de las primeras 72 horas.

May 10, 2025 - 00:38
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Herpes zóster: inicio del virus, síntomas, diagnóstico y tratamiento

El herpes zóster, también conocido como culebrilla, es una infección viral que puede causar dolor intenso y erupciones en la piel. Es provocado por la reactivación del virus varicela-zóster, el mismo que causa la varicela. Aunque puede afectar a cualquier persona, es más común en adultos mayores o personas con el sistema inmunológico debilitado.

Te contamos qué es el herpes zóster, cuáles son sus síntomas, cómo se realiza el diagnóstico y cuáles son las opciones de tratamiento disponibles.

¿Qué es el herpes zóster?

El herpes zóster es una enfermedad viral causada por la reactivación del virus de la varicela. Después de una infección inicial (por ejemplo, en la infancia), el virus queda latente en los nervios del cuerpo. Años más tarde, puede "despertar" y causar una inflamación dolorosa en forma de sarpullido.

 Los síntomas del herpes zóster suelen aparecer en una sola zona del cuerpo.

Cabe aclarar que la enfermedad no es lo mismo que el herpes labial o genital (provocados por el virus del herpes simple), aunque comparten nombre y características.

Síntomas del herpes zóster

Los síntomas del herpes zóster suelen aparecer en una sola zona del cuerpo, a lo largo de un dermatoma (zona de la piel que recibe señales de un solo nervio). Los más frecuentes son:

  • Dolor o ardor localizado, incluso antes de que aparezca la erupción.

  • Erupción cutánea con ampollas pequeñas llenas de líquido.

  • Hormigueo, picazón o sensibilidad extrema al tacto.

  • Fiebre leve, dolor de cabeza o malestar general.

La erupción suele durar entre 2 y 4 semanas. En algunos casos, el dolor persiste incluso después de que la piel sana. Esta complicación se llama neuralgia postherpética.

¿Cómo se diagnostica el herpes zóster?

El diagnóstico del herpes zóster suele ser clínico, es decir, basado en el aspecto de la piel y los síntomas del paciente. Sin embargo, en algunos casos pueden realizarse estudios complementarios:

  • Cultivo del líquido de las ampollas.

  • PCR (reacción en cadena de la polimerasa) para detectar el ADN del virus.

  • Biopsia de piel, en casos poco comunes o cuando hay dudas diagnósticas.

Consultar a un médico es fundamental ante los primeros síntomas, ya que el tratamiento funciona mejor si se inicia dentro de las primeras 72 horas.

Tratamiento del herpes zóster

No existe una cura definitiva, pero el tratamiento temprano ayuda a aliviar los síntomas, acortar la duración de la enfermedad y prevenir complicaciones.

Tratamiento médico habitual:

  • Antivirales: aciclovir, valaciclovir o famciclovir. Cuanto antes se tomen, mejor.

  • Analgésicos: ibuprofeno, paracetamol o, en casos graves, medicamentos más potentes.

  • Corticoides: en algunos casos, para reducir la inflamación.

  • Cremas o lociones calmantes: para aliviar el ardor y el picor en la piel.

En pacientes con neuralgia postherpética, se pueden indicar tratamientos específicos como anticonvulsivos (gabapentina) o antidepresivos tricíclicos.

¿Se puede prevenir el herpes zóster?

Existe una vacuna específica contra el herpes zóster, recomendada especialmente para personas mayores de 50 años. Vacunarse reduce significativamente el riesgo de desarrollar herpes zóster y sus complicaciones.

Las vacunas más usadas son:

  • Zostavax (una sola dosis, virus atenuado)

  • Shingrix (dos dosis, subunidad recombinante; más efectiva y con menos efectos secundarios)

¿Cuál es la relación entre el herpes zóster y la varicela?

En primer lugar, solo quienes tuvieron varicela pueden desarrollar herpes zóster. El herpes zóster no es contagioso como tal, pero sí puede contagiar varicela a personas que nunca la tuvieron ni fueron vacunadas, a través del contacto directo con el líquido de las ampollas.

Cuando una persona tiene varicela, generalmente en la infancia, su cuerpo combate la infección y la supera. Sin embargo, el virus no se elimina por completo: queda latente (dormido) en los ganglios nerviosos del cuerpo.  

Cuando el virus se reactiva debido a factores como el envejecimiento, el estrés prolongado o la inmunosupresión (por enfermedades o tratamientos), no causa varicela otra vez, sino herpes zóster, que se manifiesta con dolor y ampollas localizadas.  

Etapas iniciales del herpes zóster

Muchas veces el dolor es tan intenso que se sospechan otras causas (problemas musculares, digestivos o cardíacos), especialmente si aún no apareció el sarpullido.   

1. Dolor o ardor localizado

  • Aparece en una franja específica del cuerpo (generalmente en el tórax, abdomen o cara).

  • El dolor puede ser punzante, ardiente o tipo calambre.

  • Suele manifestarse 2 a 3 días antes del sarpullido.

2. Sensibilidad extrema al tacto

  • La zona afectada puede volverse muy sensible, incluso al roce con la ropa.

  • Algunas personas sienten hormigueo, picazón o entumecimiento.

3. Síntomas generales (menos frecuentes)

  • Fiebre leve

  • Malestar general

  • Dolor de cabeza o cansancio

4. Aparición del sarpullido

  • Después de 2 a 5 días del inicio del dolor, comienzan a salir pequeñas ampollas agrupadas sobre una base enrojecida.

  • Las ampollas suelen aparecer en un solo lado del cuerpo, siguiendo un nervio (dermatoma).

  • En casos que afectan el rostro, pueden comprometer el ojo o la boca, lo que requiere atención médica urgente.

¿Cuándo consultar al médico?

Debés consultar cuanto antes si:

  • Aparecen ampollas dolorosas o un sarpullido en un solo lado del cuerpo.

  • Tenés dolor agudo sin causa aparente, especialmente si ya tuviste varicela.

  • El sarpullido afecta los ojos (puede comprometer la visión).

  • Presentás fiebre, debilidad o signos de infección.