En qué se parece 'La familia de la tele' a Tinder y cómo fue lo que no se vio de su gran desfile inaugural... que se celebró de milagro
El nuevo programa de las tardes de La 1 tuvo por fin su desfile, una muestra de cómo hacer tele fuera de la caja.

"Ya por narices hacemos el desfile", afirmaban fuentes cercanas a La Familia de la Tele cuando el pasado lunes, por segunda vez, el arranque del programa de La 1 tenía que ser pospuesto, tras la muerte del papa Francisco primero y por el apagón, después. Como no hubo una tercera catástrofe (puede que en el 112 estuvieran en alerta), se hizo el gran estreno del programa que llenará las tardes de La 1. Y de RTVE Play. Con dos series en medio. Sí, es medio raro, pero a todo se hace uno.
No hay precedentes: ¿Un mosaico humano de más de 100 personas y un gran desfile con un total de 14 espectáculos callejeros de carrozas y números musicales con más de 200 bailarines en directo? Por qué no.
Y es que si por algo se caracterizan los responsables de La Osa Producciones (Adrián Madrid y Óscar Cornejo) es por pensar fuera de la caja. Sálvame y Ni que fuéramos Shhh son pruebas de ello. En las reuniones de lluvias de ideas por lo común se lanzan propuestas sin cortapisas y luego se descartan unas ideas y se eligen otras. En La Osa no se tira ni una idea y todas parecen funcionar.
20Minutos estuvo presente en el histórico momento en el que el nuevo magacín de La 1 llegaba a ritmo de carroza a las calles de Prado del Rey, la sede del ente público. El destino a veces se pone juguetón y a tan solo media hora del inicio del desfile en Prado del Rey cayó un aguacero que hizo temer lo peor. En unos minutos, migración de famosos de la grada VIP a una zona segura, porque los famosos si se mojan, encogen.
El equipo de RTVE tuvo que mover el puesto de retransmisión de Paloma del Rio y de Cayetana Guillén Cuervo a una zona techada. Las de Caín pasaron. Sale el sol de nuevo. Todos de nuevo a la grada original. En directo. La magia de la tele. El puesto de retransmisión se movió más que muchos trenes AVE.
"El tiempo nos ha respetado, al Rey emérito también y estamos haciendo historia de la televisión", decía Inés Hernand a su llegada, en la primera de las carrozas. Hay que quererla. De las pocas personas que aún trabajan en televisión sin miedo a ser canceladas.
Prado del Rey se llenó de un público que en algunos casos era la tercera vez que acudía y que animaba a sus ídolos televisivos a pesar de la mojadera y el fresco de la tarde madrileña. Y no están para tonterías las tardes madrileñas. Si Velázquez pintara en 2025 el cielo de Madrid, solo habría usado el color gris.
Grúa, dron, cámara motorizada a lo coche teledirigido, steadys, cámaras fijas… eso era el sueño húmedo de un adicto a Amazon. A los mandos de esos chismes estaban, como a tras los demás aspectos de una producción meritoria (que no perfecta), cientos de personas que se mojaron con heroísmo para llevar a las casas aquel despliegue de carrozas que, como suele suceder, luce más en la pantalla que en directo. Con los matches en Tinder pasa igual. Y como en Tinder, en La Familia de la tele hay muchas opciones, porque por secciones no quedará. Hay de todo, de corazón y salseo, de salud, de cuidar plantas, de clima y ecología, de vida saludable, de ciencia, de la cría del escabarajo pelotero de lomo plateado… tú eliges lo que te va mejor. Como en Tinder.
Sorpresas, en vivo y en directo: Isa Pantoja luciendo barriga de embarazadísima, como colaboradora secreta en una carroza con el nombre de Cantora. De ocho meses está. Si el programa lo posponen un par de veces más llega al plató con el bebé en brazos. Por otro lado, Rocío Carrasco bajo la máscara de un cabezudo. Será colaboradora, pero como ella misma admitía a la prensa, no sabe aún para hacer qué. Hay diputados en el Congreso en la misma situación.
De hecho, esa era la tónica dominante: los presentadores, María Patiño, Inés Hernand, Aitor Albizua y Belén Esteban como colaboradora estrella, sabían poco de lo que pasará este martes, cuando arranque el programa. Los colaboradores de a pie sabían aún menos.
Momentos peculiares: Marta Riesco, expareja de Antonio David Flores, dando la bienvenida al programa a Rocío Carrasco, exmujer del susodicho. En un ambiente de aparente buen rollo y concordia (si Putin y Zelenski fueran colaboradores de La Familia de la Tele se habrían abrazado) como en unas Naciones Unidas de colorines, solo Kiko Matamoros pareció avanzar lo que vendría: se van a acabar tirando de los pelos unos y otros. Para gozo y regocijo del público, sin duda.
Porque el programa se llama La familia de la Tele y ya se sabe lo que pasa en las familias. Los primeros 10 minutos de la cena de Navidad, todo bien. Luego ya… vamos viendo.
Del famoso plató-barrio, el barriotó, o platarrio, poco se supo. Se abrieron las puertas del icónico plató número 5, donde estará el set de La familia de la tele, pero apenas se pudo atisbar un resquicio de edificio con una suerte de terraza.
Belén Esteban y Patiño llegaron en la terraza más alta. La Esteban en lo más alto de una torre que incumplía las normas de seguridad aérea. Se emocionó por estar en La 1. Lloradita. Los que pusieron en la porra que la primera en llorar iba a ser Lydia Lozano, perdieron. Ella tiró más de baile chuminero.
A Esteban la bajó de la carroza un apuesto y musculado muchacho cogiéndola en brazos. Ese joven tuvo en sus manos el futuro de la televisión. Y del Consejo de RTVE. Y del presidente. Se le cae la colaboradora, gafa el programa y provoca más despidos que Elon Musk en un día malo.
Pero no. Llegaron sanas y salvas a tierra, como el desfile al final del recorrido, no sin antes dejar ver a colaboradores y reporteros como David Moreno, Lydia Lozano, Isa Pantoja, Rocío Carrasco, Kiko Matamoros, Bob Pop, Carlota Corredera, Laura Fa, Silvia Taulés, Chelo García-Cortés, Martín Bianchi, Núria Marín, Raúl Rodríguez, Marta Riesco, Javier de Hoyos, el doctor Sánchez Martos, el entrenador Cesc Escolá, la nutricionista Marta Verona, el jardinero Ignacio Guío, el veterinario Fernando Pérez, la educadora canina Lucrecia Mangialavori y el divulgador científico Luis Quevedo…
Este martes empieza la prueba de fuego, el plató, el directo, el encaje de bolillos. La Familia de la Tele (y la tormenta), hija de Ni que fuéramos, nieta de Sálvame, rompedora de cadenas (de las de tele) y madre de colaboradores, ha llegado a la pública. Si para quedarse o no, la audiencia lo dirá.