Empieza el Top 12 de URBA: los favoritos, los regresos importantes y un torneo “partido en dos”
La elite del rugby de Buenos Aires se pone en marcha este sábado; las novedades club por club, las figuras que vuelven y el gran cambio en la segunda rueda del último certamen de una docena de equipos
Tras más de cinco meses, este sábado regresará la actividad de la elite de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA). Ciento sesenta y un días después del dramático desenlace del 2024, aquél del drop de Joaquín Díaz Luzzi en el triunfo de Alumni sobre Belgrano Athletic en tiempo extra, la primera categoría inicia un campeonato de 22 fechas más dos de playoffs que premia a los clubes más regulares y que tienen planteles más extensos.
Los favoritos de siempre
Un certamen largo permite tropiezos, pero los mejores terminan imponiéndose en el camino a las semifinales. Los últimos dos finalistas parten como favoritos para volver a las instancias finales. Alumni mantiene la estructura del campeón, aunque en el primer semestre sufrirá bajas importantes, merced al Súper Rugby Américas. Un líder, Franco Battezzati, anunció su retiro, pero hay un plantel de experiencia como para paliar su ausencia. Después de una lesión de rodilla que lo hizo perderse casi todo el 2024, Bautista Canzani regresará como una buena variante de apertura.
El año pasado Belgrano volvió a las definiciones luego de cinco temporadas y procura consolidarse entre los mejores de la URBA. Con un pack dominante y jugadores desequilibrantes en el fondo de la cancha, es una amenaza para todos. Ahora sufre la baja del medio-scrum Ignacio Marino, mientras espera el retorno de Tomás Cubelli para cuando finalice la Major League Rugby, de Estados Unidos.
Por proceso y constancia, Newman siempre está en la discusión y persigue el sueño de su primer título. Será el primer torneo desde el 2001 sin Agustín Gosio, el legendario wing que se retiró al cabo de 22 temporadas. Un cambio de era en el Cardenal, además, por la renovación en el staff: Santiago Piccaluga, referente en su etapa de jugador, asumió como head coach e intentará darle continuidad y agregarle valor a un proyecto que tarde o temprano debe dar sus frutos.
San Isidro Club siempre es el SIC. Aún diezmado en casi todas sus líneas, con jugadores abocados al rugby profesional y la baja de un baluarte, Marcos Borghi, sería inapropiado no ubicarlo entre los principales candidatos. Su extenso plantel, su abundante cantera y la jerarquía de sus líderes (la tercera línea Andrea Panzarini-Alejo Daireaux-Tomás Meyrelles y la de centro Santos Rubio-Carlos Pirán salen de memoria), son argumentos como para sostenerse entre los mejores.
Los aspirantes
Tras una temporada en la que volvió a pelear en los primeros planos, el Club Atlético de San Isidro (CASI) tiene por meta protagonizar las semifinales. Con un plantel incesante, cuyos integrantes vienen trabajando juntos desde poco después de la pandemia, posee una buena mezcla de edades como para estar en las definiciones. Deberá adaptarse a la baja en la primera parte del año de Ignacio Nieto Sánchez, pieza fundamental de su poderoso scrum, y las de tres jugadores abocados a Pampas.
Hindú y CUBA empiezan el certamen como incógnitas. Pesos pesados en el rugby de Buenos Aires, llegan luego de un 2024 de altibajos, en el que estuvieron lejos de la pelea. El Elefante, el más ganador y competitivo de los últimos 30 años, atraviesa un recambio profundo, que se agudiza tras los retiros de Santiago Fernández y Belisario Agulla, dos emblemas, y la salida del entrenador Nicolás Fernández Miranda, que asumió en los Pumitas. Ocupará su lugar Horacio Agulla, otro símbolo del club. Felipe Ezcurra será el capitán, acompañado por Joaquín Díaz Bonilla en la pareja de medios. En la primera fecha presentará cuatro debutantes.
CUBA ha tenido vaivenes en la última década. Capaz de jugar finales, y hasta de salir campeón, como de caer al repechaje para no descender. Este año procurará regularidad y quedar entre los mejores cuatro. En Villa de Mayo esperan con ansias a Benjamín Urdapilleta, que de no mediar inconvenientes regresaría a mitad de año, una vez terminada la temporada francesa en Clermont. Tras una brillante etapa en el rugby profesional, el apertura de 39 años cerrará su etapa en el club que lo vio nacer.
Habrá que ver si Buenos Aires Cricket & Rugby y Regatas Bella Vista logran dar un salto de calidad y meterse en el lote de arriba. Con planteles amplios, han quedado lejos de la lucha el año pasado, pero con su buen trabajo en juveniles intentarán achicar la brecha.
La Plata volverá a tener tres clubes en la elite. San Luis es el único que se ha mantenido arriba desde la restructuración de los torneos de 2017, y en el 2024 dio un paso al frente. Si bien sufrió dos bajas de peso en el pack (Ramiro Bruni y Facundo Álvarez Amado emigraron a Europa), la premisa es seguir acercándose a los de arriba y alejándose de los de los últimos puestos. La Plata Rugby y Los Tilos, los recién ascendidos, procurarán asentarse en el ritmo y la exigencia del Top 12. Ambos conocen la demanda que genera la máxima categoría y, sin descensos directos, poseen mayor margen para desarrollar jugadores y un rugby que esté a la altura.
Vueltas de peso
El Top 12 contará con regresos importantes. El más resonante será el de Joaquín Tuculet, ex fullback de los Pumas, que decidió volver a las canchas después de tres años. Ahora como apertura, el jugador de 35 años aportará su experiencia a un plantel de Los Tilos poblado de jóvenes. Tomás Rosati es otro que intentará volcar sus años de carrera como apertura, pero en Belgrano. Mismo caso que José De la Torre, un 10 de largo recorrido que se reintegrará a Regatas Bella Vista.
Newman volverá a disfrutar las largas zancadas y los explosivos ataques de Bautista Daireaux, uno de sus integrantes más importantes en la última década. En CUBA lo harán con Benjamín Gutiérrez Meabe, su tryman desde 2017.
La vuelta de Juan Soares Gache es vital para el SIC por su conducción y su liderazgo, mientras que en el CASI se suma Benito Paolucci y en julio lo haría Eliseo Morales, el medio-scrum salteño que debutó en los Pumas y se desempeña en Pampas. Hindú incorporó a Joaquín López Nobrega y Agustín Cianci, marplatenses. Por su parte, Buenos Aires fichó a Renzo Zanella, ex pilar de los Pumitas y de Pampas.
El torneo se divide en dos
Habrá un antes y un después en el certamen cuando finalicen el Súper Rugby Américas (SRA) y la Major League Rugby. Sin una competencia profesional anual, los jugadores son contratados en el primer semestre, y en el segundo quedan liberados para sus clubes. A partir de julio los del SRA estarían disponibles para regresar, según del calendario de Argentina XV.
Santiago Pernas, Tomás Rapetti, Bautista Vidal y Tomás Cubilla (Alumni); Joaquín Moro, Francisco Lusarreta, Juan Penoucos, Tomás Cubelli y Mauro Rebussone (Belgrano); Alfonso Latorre, Julián Quetglas y Valentino Minoyetti (Buenos Aires); Jerónimo Solveyra, Leo Mazzini y Eliseo Morales (CASI); Simón Benítez Cruz, Marcos Young y Marcos Eliçagaray (CUBA); Nicolás D’Amorim, Bautista Farise, Lautaro Bavaro y Facundo Gattas (Hindú); Juan Pedro Bernasconi (La Plata); Felipe Puertas (Los Tilos); Miguel Prince, Bautista Bosch y Jerónimo Ulloa (Newman); Marcelo Toledo, Santiago Ruiz y Matías Medrano (Regatas), y Mateo Albanese, Francisco González Capdevila, Ignacio Bottazzini, Justo Piccardo, Bautista Viero y Lucas Sommer (SIC) reforzarán a sus clubes para la segunda rueda. La temporada europea finalizará en junio y regresarían más figuras. Empezará “otro” torneo.
El último Top 12
El certamen del 2025 será el último de 12 clubes, cantidad que se decidió en el 2017. A partir del 2026 habrá uno de 14 equipos. Los dos mejores de la primera A ascenderán directamente, y el tercero, el cuarto y el quinto de la segunda categoría afrontarán una suerte de semifinales junto al último del Top 12 para definir la plaza restante.
A un torneo demandante tanto física como mentalmente, el año que viene se sumarán cuatro partidos, en contra de la voluntad de la mayoría de los jugadores amateurs. URBA esgrime motivos sociales: quieren comenzar antes y extender el calendario hasta noviembre, para que los clubes disfruten su vida social por más tiempo.