El Valladolid llora amargamente su descenso matemático a Segunda
El llanto sin consuelo de Javi Sánchez retirándose lesionado en el minuto 7 fue el reflejo perfecto de lo que se vive en el Real Valladolid y en la capital castellana. El conjunto pucelano ya es equipo de Segunda división tras perder ante el Betis (5-1) este jueves en el partido correspondiente a la jornada 33 de Liga en Primera. Abrió el marcador Jesús Rodríguez, empató Chuky antes del descanso, y Cucho, Isco, Perraud y Abde ampliaron la ventaja verdiblanca. Las lágrimas del capitán pucelano y los rostros desencajados de los compañeros una vez concluido el encuentro regaron de dolor y pena el descenso consumado por su club en Sevilla. Tras lograr solo un punto de los 36 en juego en la segunda vuelta liguera, los pucelanos estaban sentenciados antes de jugar en Sevilla. La victoria de Las Palmas ante el Atlético de Madrid el pasado fin de semana fue la puntilla. Los insulares salieron entonces de las plazas de descenso y aventajaron en 16 puntos al Valladolid, con 18 por jugarse. Los castellanos tienen el coeficiente goleador perdido con los canarios, así que a los de Álvaro Rubio ni siquiera les valía empatar en el Benito Villamarín, puesto que se quedarían a 15 de Las Palmas, exactamente los puntos que restan hasta el final del campeonato. Por tanto, antes de enfrentarse al Betis, la salvación del Valladolid pasaba por ganar todos los partidos y esperar que Las Palmas no sumase nada en ninguno de los suyos. Demasiado milagro.
El llanto sin consuelo de Javi Sánchez retirándose lesionado en el minuto 7 fue el reflejo perfecto de lo que se vive en el Real Valladolid y en la capital castellana. El conjunto pucelano ya es equipo de Segunda división tras perder ante el Betis (5-1) este jueves en el partido correspondiente a la jornada 33 de Liga en Primera. Abrió el marcador Jesús Rodríguez, empató Chuky antes del descanso, y Cucho, Isco, Perraud y Abde ampliaron la ventaja verdiblanca. Las lágrimas del capitán pucelano y los rostros desencajados de los compañeros una vez concluido el encuentro regaron de dolor y pena el descenso consumado por su club en Sevilla. Tras lograr solo un punto de los 36 en juego en la segunda vuelta liguera, los pucelanos estaban sentenciados antes de jugar en Sevilla. La victoria de Las Palmas ante el Atlético de Madrid el pasado fin de semana fue la puntilla. Los insulares salieron entonces de las plazas de descenso y aventajaron en 16 puntos al Valladolid, con 18 por jugarse. Los castellanos tienen el coeficiente goleador perdido con los canarios, así que a los de Álvaro Rubio ni siquiera les valía empatar en el Benito Villamarín, puesto que se quedarían a 15 de Las Palmas, exactamente los puntos que restan hasta el final del campeonato. Por tanto, antes de enfrentarse al Betis, la salvación del Valladolid pasaba por ganar todos los partidos y esperar que Las Palmas no sumase nada en ninguno de los suyos. Demasiado milagro.
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