El sibilino Marciniak y las siete faltas sobre Lamine Yamal

GTras la exhibición de Lamine Yamal en la ida de las semifinales, Simone Inzhagi se rindió a sus pies. Por una parte le elogió con lo de que es uno de esos fenómenos que surgen cada 50 años. Por otro lado admitió que, ni con un marcaje de dos hombres, le habían podido frenar. Y, finalmente, advirtió que para el partido de vuelta tendrían que preparar otra manera de marcarle. En el minuto 3, tuvimos clara la manera: por lo civil o por lo criminal. El lateral Dimarco, tan bueno como tosco, le arreó una patada que dejó a Lamine Yamal tendido en el suelo. A pocos metros, Hansi Flick reclamó la tarjeta amarilla. El polaco Marciniak dijo que no. ¿Por qué? ¿Demasiado pronto? Fue la primera señal del tufillo casero del colegiado del neceser del Madrid. ¿Qué pasó luego? Que Di Marco repitió la entrada en el minuto 34. Tampoco nada. Cierto es que Lamine, más fino que nunca en el regate, se iba de todos y lo hacía tan bien que, ni queriendo, podían derribarle. Ni con las piernas ni con las manos. Se iba de todos… La prueba es que, en todo el encuentro, el genio de Rocafonda recibió 7 faltas.

May 8, 2025 - 09:13
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El sibilino Marciniak y las siete faltas sobre Lamine Yamal
GTras la exhibición de Lamine Yamal en la ida de las semifinales, Simone Inzhagi se rindió a sus pies. Por una parte le elogió con lo de que es uno de esos fenómenos que surgen cada 50 años. Por otro lado admitió que, ni con un marcaje de dos hombres, le habían podido frenar. Y, finalmente, advirtió que para el partido de vuelta tendrían que preparar otra manera de marcarle. En el minuto 3, tuvimos clara la manera: por lo civil o por lo criminal. El lateral Dimarco, tan bueno como tosco, le arreó una patada que dejó a Lamine Yamal tendido en el suelo. A pocos metros, Hansi Flick reclamó la tarjeta amarilla. El polaco Marciniak dijo que no. ¿Por qué? ¿Demasiado pronto? Fue la primera señal del tufillo casero del colegiado del neceser del Madrid. ¿Qué pasó luego? Que Di Marco repitió la entrada en el minuto 34. Tampoco nada. Cierto es que Lamine, más fino que nunca en el regate, se iba de todos y lo hacía tan bien que, ni queriendo, podían derribarle. Ni con las piernas ni con las manos. Se iba de todos… La prueba es que, en todo el encuentro, el genio de Rocafonda recibió 7 faltas.

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