El PIB de Estados Unidos entra en números rojos en el arranque del segundo mandato de Trump

El segundo mandato de Donald Trump ha arrancado con una sacudida económica que ya se refleja en los datos económicos: el producto interior bruto de Estados Unidos cayó un 0,3% anualizado en el primer trimestre del año, un frenazo que contrasta con el crecimiento sólido del final de 2024 y que ha encendido las alarmas en Wall Street y en el sector privado. Aunque el dato tiene componentes técnicos que pueden aplacar su gravedad -especialmente el fuerte aumento de las importaciones que distorsiona el cálculo del PIB-, economistas y analistas coinciden en que la caída refleja algo rel efecto inmediato de una política comercial errática y agresiva que ha desatado incertidumbre en empresas y consumidores. Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha puesto y quitado aranceles , ha amenazado con sanciones a México y Canadá, con quienes tiene un tratado de libre comercio, y ha abierto un nuevo frente con China subiendo aranceles hasta el 145%. Todo en cuestión de unas pocas semanas. En paralelo, los mercados reaccionaron este miércoles con nerviosismo. El índice S&P 500 cayó cerca del 2% tras la publicación de los datos del Departamento de Comercio, reflejo del temor a una guerra comercial a gran escala. Empresas y consumidores, anticipándose a las subidas de precios, se lanzaron a comprar coches, maquinaria y materias primas antes de que entrasen en vigor las nuevas tarifas, eso ha hecho que suban esas importaciones. Ese adelanto de consumo, advierten los expertos, puede provocar una caída posterior hasta más pronunciada . Trump, sin embargo, atribuye el frenazo al legado de su predecesor . “Tened paciencia”, escribió en su red Truth Social. “Nos dejaron una economía dañada. Esto aún es efecto de la era Biden”. Un argumento que contrasta con los datos oficiales: cuando Trump asumió el poder en enero, la economía crecía a buen ritmo y el consumo registraba avances del 4%. Ahora, en cambio, ese crecimiento se ha desacelerado al 1,8%, con especial impacto en los estados del sur que votaron por Trump arrolladoramente. Desde dentro de la Casa Blanca, figuras clave como Peter Navarro defienden las cifras. “Son datos positivos”, dijo a los periodistas este miércoles. “Demuestran que las empresas están reaccionando con dinamismo a una nueva etapa comercial”. Pero la mayoría de los economistas no comparten ese optimismo. En el trasfondo, hay preocupación por el impacto a medio plazo . La inflación, que se moderó en marzo al 2,3%, podría repuntar si las empresas empiezan a trasladar los costes arancelarios a los consumidores. Algunos ya lo hacen, otros aún aguantan, pero los márgenes se reducen. El c omportamiento del consumidor también refleja un nerviosismo : aunque el gasto global sigue estable, la confianza ha caído en picado. La economía estadounidense ha demostrado en el pasado capacidad de resistir turbulencias, pero este arranque caótico, con giros bruscos y mensajes contradictorios desde la presidencia, amenaza con agotar esa resistencia. En marzo , el presidente anunció fuertes impuestos aduaneros a los productos de sus principales socios comerciales a partir de principios de abril, en un intento de renegociar sus acuerdos comerciales. Estos aranceles provocaron un terremoto en los mercados financieros, con niveles de volatilidad que no se veían desde la pandemia del covid-19. «Generalmente, la política gubernamental no cambia tanto, sobre todo en los primeros 100 días de una presidencia», dijo a la AFP la profesora de economía de la Universidad George Washington Tara Sinclair antes de que se publicaran los datos. «Pero esta es diferente». «Creo que está bastante claro que fueron los dramáticos cambios de política los que debilitaron de manera directa la economía», agregó. Tras la fuerte caída de los mercados en abril, la administración Trump anunció una pausa de 90 días en el aumento de los aranceles para decenas de países, con la intención de permitir negociaciones. Para la mayoría de ellos mantuvo un piso de 10%. También anunció medidas específicas para sectores como el acero, el aluminio o los automóviles y autopartes no fabricados en Estados Unidos. Los nuevos aranceles estadounidenses alcanzan el 145% para varios productos chinos, y Pekín respondió con nuevos gravámenes de 125% sobre las importaciones de Estados Unidos. La economía estadounidense creció 2,8% el año pasado, de acuerdo con el Departamento de Comercio. Para 2025, los analistas esperaban que el crecimiento se enfriara, pero que permaneciese en torno al 2%. La próxima ronda de datos con las cifras del segundo trimestre ya bajo pleno efecto de los nuevos aranceles será clave para evaluar el verdadero impacto. Por ahora, la Casa Blanca insiste en que el rumbo es el correcto y que todo es culpa de Biden . Trump, como en su primer mandato, vuelve a apostar por el enfrentamiento comercial como herramienta política, aunque sea a costa de minar la confianza en uno de los pilares de su presidencia: la solidez económica. Y eso si puede pasarle factura.

Abr 30, 2025 - 21:21
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El PIB de Estados Unidos entra en números rojos en el arranque del segundo mandato de Trump
El segundo mandato de Donald Trump ha arrancado con una sacudida económica que ya se refleja en los datos económicos: el producto interior bruto de Estados Unidos cayó un 0,3% anualizado en el primer trimestre del año, un frenazo que contrasta con el crecimiento sólido del final de 2024 y que ha encendido las alarmas en Wall Street y en el sector privado. Aunque el dato tiene componentes técnicos que pueden aplacar su gravedad -especialmente el fuerte aumento de las importaciones que distorsiona el cálculo del PIB-, economistas y analistas coinciden en que la caída refleja algo rel efecto inmediato de una política comercial errática y agresiva que ha desatado incertidumbre en empresas y consumidores. Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha puesto y quitado aranceles , ha amenazado con sanciones a México y Canadá, con quienes tiene un tratado de libre comercio, y ha abierto un nuevo frente con China subiendo aranceles hasta el 145%. Todo en cuestión de unas pocas semanas. En paralelo, los mercados reaccionaron este miércoles con nerviosismo. El índice S&P 500 cayó cerca del 2% tras la publicación de los datos del Departamento de Comercio, reflejo del temor a una guerra comercial a gran escala. Empresas y consumidores, anticipándose a las subidas de precios, se lanzaron a comprar coches, maquinaria y materias primas antes de que entrasen en vigor las nuevas tarifas, eso ha hecho que suban esas importaciones. Ese adelanto de consumo, advierten los expertos, puede provocar una caída posterior hasta más pronunciada . Trump, sin embargo, atribuye el frenazo al legado de su predecesor . “Tened paciencia”, escribió en su red Truth Social. “Nos dejaron una economía dañada. Esto aún es efecto de la era Biden”. Un argumento que contrasta con los datos oficiales: cuando Trump asumió el poder en enero, la economía crecía a buen ritmo y el consumo registraba avances del 4%. Ahora, en cambio, ese crecimiento se ha desacelerado al 1,8%, con especial impacto en los estados del sur que votaron por Trump arrolladoramente. Desde dentro de la Casa Blanca, figuras clave como Peter Navarro defienden las cifras. “Son datos positivos”, dijo a los periodistas este miércoles. “Demuestran que las empresas están reaccionando con dinamismo a una nueva etapa comercial”. Pero la mayoría de los economistas no comparten ese optimismo. En el trasfondo, hay preocupación por el impacto a medio plazo . La inflación, que se moderó en marzo al 2,3%, podría repuntar si las empresas empiezan a trasladar los costes arancelarios a los consumidores. Algunos ya lo hacen, otros aún aguantan, pero los márgenes se reducen. El c omportamiento del consumidor también refleja un nerviosismo : aunque el gasto global sigue estable, la confianza ha caído en picado. La economía estadounidense ha demostrado en el pasado capacidad de resistir turbulencias, pero este arranque caótico, con giros bruscos y mensajes contradictorios desde la presidencia, amenaza con agotar esa resistencia. En marzo , el presidente anunció fuertes impuestos aduaneros a los productos de sus principales socios comerciales a partir de principios de abril, en un intento de renegociar sus acuerdos comerciales. Estos aranceles provocaron un terremoto en los mercados financieros, con niveles de volatilidad que no se veían desde la pandemia del covid-19. «Generalmente, la política gubernamental no cambia tanto, sobre todo en los primeros 100 días de una presidencia», dijo a la AFP la profesora de economía de la Universidad George Washington Tara Sinclair antes de que se publicaran los datos. «Pero esta es diferente». «Creo que está bastante claro que fueron los dramáticos cambios de política los que debilitaron de manera directa la economía», agregó. Tras la fuerte caída de los mercados en abril, la administración Trump anunció una pausa de 90 días en el aumento de los aranceles para decenas de países, con la intención de permitir negociaciones. Para la mayoría de ellos mantuvo un piso de 10%. También anunció medidas específicas para sectores como el acero, el aluminio o los automóviles y autopartes no fabricados en Estados Unidos. Los nuevos aranceles estadounidenses alcanzan el 145% para varios productos chinos, y Pekín respondió con nuevos gravámenes de 125% sobre las importaciones de Estados Unidos. La economía estadounidense creció 2,8% el año pasado, de acuerdo con el Departamento de Comercio. Para 2025, los analistas esperaban que el crecimiento se enfriara, pero que permaneciese en torno al 2%. La próxima ronda de datos con las cifras del segundo trimestre ya bajo pleno efecto de los nuevos aranceles será clave para evaluar el verdadero impacto. Por ahora, la Casa Blanca insiste en que el rumbo es el correcto y que todo es culpa de Biden . Trump, como en su primer mandato, vuelve a apostar por el enfrentamiento comercial como herramienta política, aunque sea a costa de minar la confianza en uno de los pilares de su presidencia: la solidez económica. Y eso si puede pasarle factura.