El improbable Myles Turner
Único superviviente de la 'era Paul George' en Indiana, Turner está pudiendo vivir para contarlo. La entrada El improbable Myles Turner se publicó primero en NBAManiacs. Source: NBAManiacs


Myles Turner llegó a Indiana como compensación a una temporada rota. Un 2 de agosto de 2014 las cosas se truncaban para nunca ser lo mismo. A muchos kilómetros de Indianápolis, allá en medio del desierto de Nevada, la ya tradicional concentración del Team USA iba a ser testigo de uno de sus episodios más escalofriantes. Paul George, de aquellas uno de los jugadores más importantes de la NBA, se hacía añicos la tibia despidiéndose de facto del siguiente curso, a pesar de que logró jugar seis partidos en el tramo final gracias a una milagrosa recuperación.
En una tierra de baloncesto como la que habitan los Pacers, pocos pecados más bajos que la incompetencia. Y aquella temporada 2014-15 dio buena muestra de ello. Desprovistos de su gran estrella, los de Frank Vogel echaron el resto para competir hasta las últimas consecuencias. Lo fácil hubiese sido dejarse ir y aspirar a cazar un talento como Karl-Anthony Towns. Pero el equipo venía de liderar el Este en temporada regular y de volver a llevar a los Miami Heat de LeBron James, Dwayne Wade y Chris Bosh (vigentes campeones) al límite en seis partidos. Tenían orgullo.
Se quedaron a las puertas de la postemporada con 38 triunfos, empatando el récord de unos Brooklyn Nets que sí clasificaron a playoffs. Tras seis victorias seguidas, una derrota en la última noche en Memphis los condenó al consuelo de muchos: la lotería del Draft.
Nada volvió a ser lo mismo
Aquel curso partió en dos una carrera y un proyecto aspirante. La lesión transformó a Paul George de un anotador liviano a uno barroco. Y a Indiana en un grupo que ya no podía dominar solo a base de defensa y heroicidades de su líder. El baloncesto estaba evolucionando a pasos agigantados por una irrupción llamada Golden State Warriors. Una avalancha que dejó muchos efectos colaterales en la liga. Entre ellos, la inviabilidad de Roy Hibbert, a quien la evolución del juego pasó totalmente por encima hasta convertirlo en un dinosaurio de 28 años solo un año después de pelear por ser el mejor defensor del planeta.
Los Pacers acudieron al Draft de 2015 con un pick número 11 y la necesidad de un relevo generacional en su puesto de interior referencia. Myles Turner era el atajo perfecto entre el viejo y el nuevo baloncesto. Un interior que situar como ancla del sistema defensivo y con capacidad de ser dinámico en ataque gracias a su movilidad, amenaza vertical y buena mano desde la media distancia. Encajaba tan bien que jugó la mitad de su primera temporada como titular y acabó los playoffs imponiéndose a Lavoy Allen. Eso sí, siempre con otro grande a su lado porque el doble interior aún era norma en la mayoría de la liga.
Desgraciadamente, la irrupción del talludo joven y la osadía de utilizar sus 211 centímetros para lanzar 1,4 triples por encuentro con un 34% de acierto en su segunda temporada no sirvieron para salvar el proyecto. Que cayó dos años seguidos en primera ronda antes de ver partir a Paul George camino a Oklahoma City. Turner quedó así destinado a ser uno de esos jugadores que crecen en el barro de una organización en reconstrucción para terminar saliendo antes de que todo florezca. Indiana, haciendo honor a su herencia, nunca le iba a perder la cara a competir. Fuese su cara visible Victor Oladipo o Domantas Sabonis.
Aquellas iteraciones de los Pacers, claro, tenían un techo de cristal obvio. Y, cada vez que este se atisbaba, siempre se señalaba a la misma pieza como objeto de posible traspaso. Turner ha pasado muchos años protagonizando rumores de traspaso cuando se acercaba febrero. Su perfil como strech five y corrector del aro suponía el anhelo de media liga y la difícil convivencia con Domas le empujaba una y otra vez de la órbita de los pacers. Hasta convertirse en meme su constante presencia en los mentideros de la liga. A nadie bendijo más la llegada de un tal Tyrese Halliburton.
El base aterrizaba en Indianápolis con el corazón roto y ganas de encontrar un nuevo hogar. Su impacto en el equipo fue inmediato a pesar de que cualquier objetivo deportivo quedaba lejos. La presencia de Turner en los quintetos pasó de ser necesaria para un ataque de subsistencia alrededor de Sabonis y Malcolm Brogdon, a impulsora de un dinamismo ofensivo desconocido en su etapa en Indiana.
Myles Turner como posibilitador
Halliburton y la pizarra de Rick Carlisle suponían un soplo de aire fresco a la hora de activar la transición y el flujo ofensivo haciendo viajar el balón a máxima velocidad a través del pase y el movimiento de cinco piezas siempre involucradas. Pero el pan y la mantequilla de todo siempre fue el pick-and-pop entre él y Turner. Pues del espacio y dudas que genera en las defensas rivales ese bloqueo directo y continuación hacia fuera nace todo lo que viene después. Al menos en el ataque a media pista. En la 23-24, campaña de irrupción de los Pacers que ahora vemos, Hali y Turner produjeron 1,4 puntos por posesión de bloqueo directo. De lejos el mejor dato de la liga.
El sistema ha ido evolucionando para desarrollar sinergias que van más allá y suceden de forma independiente a esa acción central. Hasta poder prescindir de ella sin que ello suponga dejar de involucrar a Tyrese y Myles. De hecho, los Pacers han pasado de recurrir en un 18% de sus posesiones al pick-and-roll durante esa temporada regular 23-24 a hacerlo solo en un 15% de las mismas durante estos playoffs sin que su ataque se resienta. Porque la mera amenaza exterior de Turner posibilita un circuito de penetración y pases irreproducible sin él. Está promediando 17,2 puntos y un 44,7% de acierto al triple en estos playoffs.
A esto hay que añadir que el paso a un sistema que enfatiza tanto el vértigo ofensivo, supuso exponer en demasía a los especialistas defensivos de grupo. Encabezados por el pívot. Turner, un interior decente en el desplazamiento lateral, se veía obligado a cubrir demasiada pista. Sin embargo, una vez calibradas las fuerzas entre defensa y ataque, vuelve a ser un factor diferencial atrás más allá de sus cifras de tapones. El pívot promedia 2,3 pinchos por encuentro, tercer mejor dato de postemporada, y está empeorando los porcentajes de sus rivales en un 4,6% en general y un 5,8% cerca del aro sin que la defensa de Indiana esté diseñada para multiplicar su impacto defensivo como es el caso de Chet Holmgren en OKC.
Todo ello sin llevarse las atenciones que sí acaparan Halliburton, Siakam e incluso Andrew Nembhard o Aaron Nesmith. Quizás porque Turner lleva tanto tiempo ahí que es fácil pasar por alto su presencia. Pero también quizás haya que multiplicar su valor precisamente por eso: ser el superviviente más improbable de estos playoffs con permiso de su compañero T.J. McConnell.
(Fotografía de portada de Trevor Ruszkowski-Imagn Images)
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