El Gobierno limita un acuerdo electoral con Pro al armado de un frente antikirchnerista en la provincia de Buenos Aires
En La Libertad Avanza rechazan una alianza para los comicios nacionales y negocian con el macrismo un pacto para enfrentar a Cristina y Kicillof

La disputa entre Cristina Kirchner y el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, en medio de un escenario provincial de elecciones desdobladas de las nacionales supone un punto de atención clave para el gobierno de Javier Milei y sus aspiraciones en el estratégico territorio bonaerense. En la Casa Rosada están convencidos de que, pese a la tensión y diferencias que guía el vínculo de estos dos referentes opositores, la pelea no se terminaría plasmando en una competencia por separado del peronismo en los comicios previstos para el 7 de septiembre.
“Sabemos que están tironeados, pero es el peronismo y lo más probable es que terminen yendo juntos”, evaluaron en Balcarce 50.
Los libertarios aseguraron que esa pelea no los condiciona directamente, pero admitieron que si el peronismo fuera dividido a los comicios eso les permitiría una negociación “con menor presión” con Pro, con vienen desarrollando con dirigentes de distintos distritos, en paralelo a una pelea feroz con la tropa de Mauricio y Jorge Macri en la Ciudad de Buenos Aires. Allí, los libertarios buscarán arrebatarle al macrismo su histórico bastión.
“Si el peronismo va unido, en la elección provincial podría pensarse en un frente opositor amplio”, admitió un importante funcionario libertario. “La incógnita es si se cierra un frente electoral o somos todos La Libertad Avanza, con gente de Pro y el radicalismo adentro”, detallaron. La constitución de un frente es la premisa que impulsa Mauricio Macri. En cambio, en la Casa Rosada apuestan a que el resultado final sea una boleta violeta, de La Libertad Avanza, con macrista y radicales en las listas. Aunque hay diferencias dentro del oficialismo.
En el Gobierno resaltaron la relación con el presidente del bloque de diputados de Pro, Cristian Ritondo, de perfecta sintonía con el poder libertario y que “acompaña todo” en el Congreso. Y que eso implica “tener consideración” y, eventualmente, “por ahí aceptar una alianza en la elección provincial”.
También destacaron el vínculo con el senador nacional de la UCR Maximiliano Abad y reconocieron que un eventual frente podría resultarle “más incómodo al radicalismo que a Pro”.
Pero esas intenciones se limitan al escenario provincial y a los comicios del 7 de septiembre. El marco cambia completamente para los comicios nacionales que se celebrarán el 26 de octubre. “En el escenario nacional es sí o sí como La Libertad Avanza”, enfatizaron en la Casa Rosada.
Cerca de Javier Milei admitieron que, aunque sigue habiendo diálogos para llegar a un acuerdo en la provincia, estos se dan ahora “con menos intensidad” porque la prioridad es pasar las elecciones porteñas del 18 de mayo. Luego, indicaron, se acelerará el tren de definiciones.
El 18 de mayo será una suerte de día D. El resultado de las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires marcará mucho más que el punto final para la contienda porteña. Será, fundamentalmente, el comienzo de las definiciones en la carrera por las decisivas elecciones en territorio bonaerense.
Estrategas y armadores libertarios afirmaron que recién luego de ese día, en el que LLA y Pro van a haber peleado frente a frente, se podrá conversar con el campamento amarillo sobre cómo afrontar las elecciones bonaerenses.
“Si el kirchnerismo va separado es más fácil acordar con Pro en cada uno de los distritos. Más tranquilidad para negociar”, señalaron, pese a que los exiguos plazos del cronograma electoral provincial contradicen ese razonamiento.
Cerca del presidente Javier Milei reconocen también que les conviene que en el kirchnerismo “sigan como están“, en referencia a la pelea entre la tropa del gobernador y de la expresidenta, que en las últimas semanas recrudecieron las acusaciones cruzadas.
“De todas maneras, si van juntos tampoco es que tienen margen para crecer. Consolidarán el voto de clase media ideológico y el de las clases bajas más ligado al asistencialismo”, desafiaron. “El voto de centro no lo tienen más”, arriesgaron.
“Mauricio no es Jorge”
“Nos sentaremos después del 18″, dijeron sin vueltas en las más altas esferas libertarias. En línea con las reuniones y fotografías que dejan trascender entre los armadores políticos de LLA en la provincia, Karina Milei, Sebastián Pareja y Eduardo “Lule” Menem, con dirigentes como Ritondo; el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, y el diputado Diego Santilli.
En la Casa Rosada suman otra distinción fundamental a la hora de hablar de lo que puede pasar en provincia de Buenos Aires: “Mauricio no es Jorge”. La diferencia entre los primos es fundamental, explicaron muy cerca del presidente Javier Milei.
El mandatario actual y el expresidente llevan tiempo sin hablar, pero cerca de Milei explicaron que “no piensa dinamitar su relación con Mauricio por lo que haga Jorge”.
Reiteraron que la piedra fundamental del malestar con el jefe de gobierno porteño es la contratación del asesor catalán Antoni Gutiérrez-Rubí, que llevó adelante la última campaña presidencial de Sergio Massa.
En la Casa Rosada acusaron ahora al catalán de ser quien sugirió el desdoblamiento de las elecciones porteñas. Antes afirmaban que había sido el responsable de la campaña “sucia” contra Milei en las elecciones presidenciales, pese a que el libertario había acusado por esa misma campaña sucia a consultores brasileños.
Ahora ubican a Gutiérrez-Rubí detrás de la instalación de carteles en la ciudad que buscan identificar al candidato libertario, Manuel Adorni, con la figura de Karina Milei, pese a que efectivamente el portavoz trabaja codo a codo con la secretaria general de la Presidencia. También lo acusan por la campaña que busca asociarlo al “ajuste” y al ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo.
“Nosotros no hacemos campaña sucia. No tenemos nada que ver con los afiches”, respondieron con vehemencia desde de la sede de gobierno porteño.