El día de furia en Alba de Tormes: se cumplen 43 años del intento de linchamiento del "falso papa" Clemente por insultar a Santa Teresa

40 años de la visita del "papa" Clemente a Alba de Tormes que acabó en intento de linchamiento.

May 17, 2025 - 08:22
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El día de furia en Alba de Tormes: se cumplen 43 años del intento de linchamiento del "falso papa" Clemente por insultar a Santa Teresa

El reciente cónclave de la Iglesia católica y la elección de León XIV como nuevo papa nos sirvió para recordar la breve historia de los papas españoles; breve porque siendo estrictos solo han sido dos (los dos Borgia). En la letra pequeña de esa crónica queda Clemente Domínguez, el falso papa, el del Palmar de Troya.

Este sevillano de Écija fue el fundador de la Iglesia palmariana, una escisión herética de la Iglesia católica que tuvo su origen en la orden de los carmelitas de la Santa Faz en compañía de Jesús y María. Domínguez fundó esa orden en 1975 y que nombraba a sus propios papas, obispos y sacerdotes.

Para hacernos una idea, la Iglesia Palmariana canonizó, entre otros, a José María Escrivá de Balaguer, Francisco Franco, José Antonio Primo de Rivera, Luis Carrero Blanco, Don Pelayo y Cristóbal Colón. Ya no es que ni sus papas ni sus santos fueran considerados por la Iglesia católica, sino que aquella organización era más bien una secta.

El "papa" Clemente es hoy un personaje casi olvidado, pero fue muy popular en la España de la Transición. Allá por donde iba, si es que salía de su refugio en la Catedral del Palmar de Troya, aparecía un público curioso y expectante. Una de aquellas visitas fue a Alba de Tormes y se armó una buena.

Si por algo esta localidad salmantina está en el mapa es gracias a Teresa de Ávila, o sea, Santa Teresa de Jesús. Allí, en la Basílica de la Anunciación de Nuestra Señora del Carmen, reposa el sepulcro de la mística fundadora de la Orden de los Carmelitas Descalzos. Es el orgullo de Alba de Tormes. Su cuerpo se expuso el pasado domingo tras más de un siglo.

Clemente gritaba que él era el verdadero Papa

Sólo al "papa" Clemente se le ocurrió llamar "ramera" a Santa Teresa. A ella y a las monjas de la Iglesia de la Anunciación. Era la tarde del 17 de mayo de 1982, lunes para más señas. El del Palmar apareció acompañado por ocho de sus obispos para orar ante las reliquias teresianas, a las que profesaban una gran devoción.

Según relatan los diarios de la época y recoge ahora Salamanca24horas, muchos se creyeron el rumor de que aquellos "jerarcas" religiosos venían desde Sevilla para llevarse los restos de la santa abulense. Seguramente el falso papa y su comitiva no calcularon bien cómo de importante era Santa Teresa y sus restos para Alba de Tormes.

Recorrían el templo acompañados por Ursicinio Fernández, Prior del convento de Carmelitas Descalzos de Alba. Éste aludía una y otra vez a la próxima visita de Juan Pablo II para clausurar el IV Centenario de la muerte de Santa Teresa, poniendo especial énfasis en referirse a él como al "verdadero Papa". Lo cuenta en su blog el escritor de Alba de Tormes Gerardo Nieto Arias.

Aquello fue el desencadenante. Clemente comenzó a gritar que él era el verdadero Papa y Juan Pablo II un impostor. Luego discutió con algunos de los peregrinos y las palabras fueron subiendo de tono. Llegaron los insultos y las campanas tocaron a rebato.

Le vi sofocado, pidiendo ayuda... Los encerré en el templo, los detuve y toqué las campanas"

"El papa Clemente increpó al prior y dijo a los peregrinos que «para qué esperaban la llegada de Juan Pablo II, ya que el papa era él mismo», manifiesta Florentino Gutiérrez, párroco de Alba de Tormes. Tras una discusión y un forcejeo «en el que no pasó nada gracias a los peregrinos catalanes», el carmelita salió a la calle", se lee en la crónica que El País publicó el 18 de mayo.

En su crónica de aquel suceso, el diario ABC citaba una nota del Gobierno Civil de Salamanca según la cual el "papa" y los obispos entraron en el templo "dando gritos y profiriendo insultos contra Juan Pablo II y la Iglesia".

Comenzó entonces a correr el rumor de que el del Palmar pretendía llevarse los restos de Santa Teresa. Mientras, cientos de vecinos indignados se reunían en la Plaza de las Madres, Patricio González, droguero que tenía su establecimiento junto a la iglesia, encerró a la comitiva. "Le vi sofocado, pidiendo ayuda... Los encerré en el templo, los detuve y toqué las campanas", contó.

La gente creyó una mentira y se alteró y es algo muy difícil de parar cuando es todo el pueblo el que estaba allí"

Cuando finalmente el "papa" y su grupo consiguieron salir del templo se toparon con una multitud iracunda que quería agredirles. Cuenta Nieto Arias que Clemente y sus obispos intentaron abrirse paso hasta sus coches. Para hacerlo tuvieron que aguantar un rosario golpes, puñetazos, palos y patadas. Pero los vehículos tampoco iban a detener a la turbamulta. Eran decenas y por delante y por detrás, a izquierda y derecha, atacaron los coches de la comitiva llegada desde El Palmar.

Un coche quemado y otro destrozado

"Había un gran tumulto, con mucha gente allí y todo fue un malentendido, un error, pero cuando todo un pueblo se pone así es muy difícil controlarlo", recuerda el párroco, Florentino Gutiérrez, que estuvo 33 años en Alba de Tormes. Todos creyeron la teoría del robo de las reliquias "era mentira, yo mismo hablé con Clemente, le dije que era el párroco de Alba y me dijo que todo era un error", le cuenta hoy a Salamanca24horas.

La multitud volcó uno de los coches, un SEAT 1430. Luegó lo llevaron hasta la entrada del pueblo y lo lanzaron desde el puente para que cayera al río Tormes. Después lo quemaron. Cuando iban a por el otro automóvil, Gutiérrez se subió al capó pidiendo calma. Con él estaba Román Acevedo, alcalde en funciones de Alba de Tormes.

Tenían que habernos dejado matarles porque insultar a la Santa es como hacerlo a nuestra madre"

No lo consiguieron y el SEAT 132 del "papa" Clemente acabó destrozado. "La gente creyó una mentira y se alteró y es algo muy difícil de parar cuando es todo el pueblo el que estaba allí", recuerda el párroco.

Finalmente, apareció la Guardia Civil que llevó a los agredidos hasta un coche celular. Les trasladaron al convento de los padres carmelitas y allí fueron atendidos. "Tenían que habernos dejado matarles porque insultar a la Santa es como hacerlo a nuestra madre", se lee en la crónica de El País de aquel entonces.

El incidente colocó a Alba de Tormes en las portadas de los medios de comunicación nacionales. Nieto Arias recuerda algunos de los titulares que se escribieron: "Vuelve la España negra", "En Alba se festeja la paliza propinada al “papa” Clemente", "Con el Palmar llegó el escándalo a Alba de Tormes", "Alba de Tormes fue Fuenteovejuna contra el “papa” Clemente", «"El Papa Clemente monta un cristo", "A Clemente le casca la gente" o "Alba de Tormes fue Troya para el “papa” del Palmar". Hasta Interviú, revista fundamental de la Transición, dedicó un reportaje a lo ocurrido.