El caos ferroviario se alarga en Catalunya con epicentro en Rodalies: "Aquí no salen los trenes ni con apagón ni sin apagón"
Mientras que el Metro o los Ferrocarrils de la Generalitat se ponían en marcha desde primera hora de la mañana, el servicio público de Renfe en Barcelona volvía a mostrar su falta de agilidadRenfe anuncia que los trenes de Rodalies de Catalunya empiezan a circular, pero sin el horario habitual “Dicen que ya hemos vuelto a la normalidad, debe de ser por eso que hoy Rodalies tampoco funciona”. El chiste iba de boca en boca este martes en Sants. La estación se convirtió en uno de los puntos neurálgicos del apagón en Barcelona desde los primeros minutos, cuando decenas de trenes se quedaron parados. Pero más de 24 horas después, el gran intercambiador barcelonés seguía sin recuperar el pulso mientras todo lo demás llevaba ya tiempo funcionando. El lunes en Sants fue exactamente igual que en la mayoría de grandes estaciones de España. Se suspendieron todos los trenes y los luminosos de salidas y llegadas quedaron en negro. Varias decenas de personas que se habían quedado colgadas trataron de pernoctar en la propia estación, aunque inicialmente solo dejaban entrar a aquellos que tenían billetes de larga distancia. Antes de la medianoche, el Ayuntamiento de Barcelona y Cruz Roja organizaron uno de los pabellones del centro deportivo de la Espanya Industrial, a escasos cinco minutos de la estación, para acoger a las personas a cargo de menores, mayores o vulnerables. 150 personas hicieron uso del dispositivo, como Nico y Carol, procedentes de València, que pasaron allí la noche con su hijo de cinco años. Poco antes de las 8 de la mañana, los tres volvían a dirigirse a Sants, con la esperanza de encontrar un tren para volver a casa. Pero cuando ya habían pasado cerca de 20 horas desde el apagón y mientras la mayor parte de España recuperaba sus servicios ferroviarios, Sants seguía sin recibir ni despedir prácticamente ningún tren que no fuera de alta velocidad. Y a primera hora de la mañana los viajeros, tanto de larga distancia como de regionales y Rodalies, se agolpaban ante las taquillas de información. “Aquí no salen trenes ni el día que hay apagón ni el día que no hay apagón”, comentaba Vicky, una mujer que el lunes no había podido llegar a Calafell (Tarragona), donde reside, y que había vuelto a la estación tras pasar la noche en casa de un familiar en Barcelona. Ella, usuaria frecuente de Rodalies, asegura que “debía haberse imaginado” que el servicio no iría como es debido. “No sé por qué he pensado que al menos hoy funcionaria, pero ya veo que no”, admitía resignada, antes de dar media vuelta y marcharse. Las máquinas de billetes de Rodalies han estado casi todo el día fuera de servicio Según pasaban las horas, la mayoría de los viajeros de Cercanías iban cejando en su propósito de desplazarse en tren y abandonaban la estación, en busca de alternativas. Quedaban, sin embargo, decenas de personas que buscaban cómo volver a casas situadas a centenares de kilómetros de Barcelona. Nerea y Yolanda, dos jóvenes que se encontraban en la estación desde el primer rayo de sol, necesitaban llegar a Zaragoza. Así lo acreditaba un billete que ambas tenían para el lunes y que esperaban que fuese un salvoconducto para ser reubicadas cuanto antes en los primeros convoyes que salieran. Pero, mientras desde Madrid se anunciaba el restablecimiento de varios enlaces con grandes ciudades, entre ellas Zaragoza, en Barcelona a lo largo de la mañana ningún tren que no fuera de alta velocidad partía hacia la capital aragonesa. El apagón del tren convencional contrastaba además con lo que ocurría con el metro de Barcelona, operativo en varios tramos durante toda la noche, pero también con el servicio de Ferrocarrils (FGC) e incluso del Tranvía, que también funcionaba a pleno rendimiento desde los primeros desplazamientos laborales del martes por la mañana. Según explicaba el Ministerio de Transportes en una nota de prensa, a dif

Mientras que el Metro o los Ferrocarrils de la Generalitat se ponían en marcha desde primera hora de la mañana, el servicio público de Renfe en Barcelona volvía a mostrar su falta de agilidad
Renfe anuncia que los trenes de Rodalies de Catalunya empiezan a circular, pero sin el horario habitual
“Dicen que ya hemos vuelto a la normalidad, debe de ser por eso que hoy Rodalies tampoco funciona”. El chiste iba de boca en boca este martes en Sants. La estación se convirtió en uno de los puntos neurálgicos del apagón en Barcelona desde los primeros minutos, cuando decenas de trenes se quedaron parados. Pero más de 24 horas después, el gran intercambiador barcelonés seguía sin recuperar el pulso mientras todo lo demás llevaba ya tiempo funcionando.
El lunes en Sants fue exactamente igual que en la mayoría de grandes estaciones de España. Se suspendieron todos los trenes y los luminosos de salidas y llegadas quedaron en negro. Varias decenas de personas que se habían quedado colgadas trataron de pernoctar en la propia estación, aunque inicialmente solo dejaban entrar a aquellos que tenían billetes de larga distancia.
Antes de la medianoche, el Ayuntamiento de Barcelona y Cruz Roja organizaron uno de los pabellones del centro deportivo de la Espanya Industrial, a escasos cinco minutos de la estación, para acoger a las personas a cargo de menores, mayores o vulnerables. 150 personas hicieron uso del dispositivo, como Nico y Carol, procedentes de València, que pasaron allí la noche con su hijo de cinco años. Poco antes de las 8 de la mañana, los tres volvían a dirigirse a Sants, con la esperanza de encontrar un tren para volver a casa.
Pero cuando ya habían pasado cerca de 20 horas desde el apagón y mientras la mayor parte de España recuperaba sus servicios ferroviarios, Sants seguía sin recibir ni despedir prácticamente ningún tren que no fuera de alta velocidad. Y a primera hora de la mañana los viajeros, tanto de larga distancia como de regionales y Rodalies, se agolpaban ante las taquillas de información.
“Aquí no salen trenes ni el día que hay apagón ni el día que no hay apagón”, comentaba Vicky, una mujer que el lunes no había podido llegar a Calafell (Tarragona), donde reside, y que había vuelto a la estación tras pasar la noche en casa de un familiar en Barcelona. Ella, usuaria frecuente de Rodalies, asegura que “debía haberse imaginado” que el servicio no iría como es debido. “No sé por qué he pensado que al menos hoy funcionaria, pero ya veo que no”, admitía resignada, antes de dar media vuelta y marcharse.
Según pasaban las horas, la mayoría de los viajeros de Cercanías iban cejando en su propósito de desplazarse en tren y abandonaban la estación, en busca de alternativas. Quedaban, sin embargo, decenas de personas que buscaban cómo volver a casas situadas a centenares de kilómetros de Barcelona.
Nerea y Yolanda, dos jóvenes que se encontraban en la estación desde el primer rayo de sol, necesitaban llegar a Zaragoza. Así lo acreditaba un billete que ambas tenían para el lunes y que esperaban que fuese un salvoconducto para ser reubicadas cuanto antes en los primeros convoyes que salieran. Pero, mientras desde Madrid se anunciaba el restablecimiento de varios enlaces con grandes ciudades, entre ellas Zaragoza, en Barcelona a lo largo de la mañana ningún tren que no fuera de alta velocidad partía hacia la capital aragonesa.
El apagón del tren convencional contrastaba además con lo que ocurría con el metro de Barcelona, operativo en varios tramos durante toda la noche, pero también con el servicio de Ferrocarrils (FGC) e incluso del Tranvía, que también funcionaba a pleno rendimiento desde los primeros desplazamientos laborales del martes por la mañana.
Según explicaba el Ministerio de Transportes en una nota de prensa, a diferencia de lo que pasaba en las cercanías de Madrid, que amanecían con la previsión de hacer un 50% de los trayectos, o las de València, donde Renfe creía que podía aspirar a dar un servicio casi normal, la red eléctrica era muy inestable en la infraestructura catalana, por lo que consideraban mejor mantenerla suspendida.
No ha sido hasta pasadas las 11 horas del martes cuando Renfe Rodalies ha dado la primera señal de restablecimiento, tras informar fuentes de la compañía que estaban tratando de poner en marcha cinco líneas de forma parcial: R1 (solo en su tramo sur), R2, R2Nord, R3 (solo entre L'Hospitalet y Vic) y R4 (solo entre L'Hospitalet y Manresa).
Pero, para esa hora, la confianza de los usuarios en Rodalies se había desplomado, como demostraba la escasa afluencia que ha habido durante todo el mediodía en la zona de Sants destinada a los trenes de cercanías. A lo que se sumaban los retrasos. Laura llegaba a Barcelona desde El Prat a las 13:30, un trayecto de unos 15 minutos que, sin embargo, ha supuesto una espera previa en la estación de más de una hora. “Había más gente, pero se han marchado antes, el tren venía medio vacío”, explicaba.
A las 16 horas se ponía en marcha el EuroMed, el servicio que conecta Barcelona con València, lo que suponía un bálsamo para la importante expedición valenciana que se agolpaba en las instalaciones desde primera hora. A la vez, más Rodalies iban poniendo en marcha. La R2Sud y los servicios regionales comenzaban a dar señales de vida a partir de las 17:30 horas, aunque ni en las horas de salida de Barcelona la afluencia de viajeros remontaba.
Al cierre de este reportaje, Renfe aún no podía aclarar si todos los viajeros que tenían billetes desde Barcelona habían podido salir hacia sus casas. Sí han informado que ningún tren de larga distancia ha salido con destino al norte peninsular, lo que supondría para esos viajeros una segunda noche perdida.
Una de las cosas que más ha llamado la atención de usuarios durante toda la jornada es la lentitud del restablecimiento de las Cercanías catalanas, en contraste con las de otras zonas. En los primeros compases de la tarde, el ministro Óscar Puente celebraba la una recuperación del 100% de las cercanías en Madrid y Galicia, lo que se sumaba a las valencianas y vascas, que llevaban desde la mañana en buen estado. Rodalies, en cambio, seguía “en proceso de recuperación incrementando poco a poco el servicio”.
¿Por qué esta diferencia? “Rodalies está funcionando pero con servicios mínimos. Le ha pasado a otras cercanías, como Galicia y Andalucía. [Catalunya] tiene la red más extensa en kilómetros y cada red tiene sus particularidades”, explicaban desde Renfe cuando se les planteaba la pregunta. El director de Renfe ha convocado a los medios a las 12 de la mañana, pero después ha cancelado la atención para no pisarse con responsables de la Generalitat, que comparecían a la misma hora.
Por su parte, la consellera Sílvia Paneque ha hecho la comparación no entre Rodalies y otros servicios de cercanías, sino con otras formas de movilidad, como el metro o FGC. Las diferencias se deben, ha explicado, “a la mayor extensión de la red de Rodalies, que ha obligado a realizar más pruebas y a tardar más tiempo en retirar los convoyes que ayer se quedaron parados en las vías”.
La amplitud de la red de Rodalies ha sido también el argumento esgrimido por la consellera para explicar lo que se ha tardado en comprobar el estado del suministro en las comunicaciones entre estaciones y trenes. “A las 5 horas de la mañana [cuando se ha conseguido retirar el último de los convoyes atrapados] toda la red de Rodalies ya estaba lista para ponerse en marcha”, ha explicado Paneque, pero todavía persistían problemas en la “comunicación y estabilidad” del servicio eléctrico que lo han impedido. Dos razones (la extensión de la red y los problemas externos) que son un clásico y que en las cada vez más frecuentes jornadas de caos ferroviario no provienen de ningún apagón inédito.