EDITORIAL: Donald Trump y el nuevo desorden internacional
Lo que está ocurriendo en Estados Unidos bajo la nueva presidencia de Donald Trump, en particular en relación con su desprecio manifiesto por el Estado democrático de derecho, nos obliga a prestar atención, en esta ocasión, al ámbito internacional. A nivel interno, Trump está ejerciendo sus poderes presidenciales de forma exorbitante, invadiendo al resto de los poderes del Estado y minando la separación entre ellos. Entre otras actuaciones, ha firmado casi 80 executive orders, que, en principio, son solo instrucciones a la administración, pero que, de hecho, han modificado cuestiones como la nacionalidad por nacimiento recogida en la Constitución, han detenido pagos autorizados por el Congreso en casi todos los programas federales, han reclasificado miles de empleos de funcionarios como puestos de confianza, han revocado tratados internacionales, han interrumpido toda la ayuda internacional, etc. Esto supone una invasión de las facultades del Congreso y no está claro que se estén acatando las órdenes de los tribunales que han adoptado medidas cautelares contra las mismas (ver aquí). Aún más, tanto Trump como J. D. Vance y Elon Musk han criticado no solo decisiones judiciales concretas, sino la misma capacidad de los jueces para dictar resoluciones contra actuaciones del Gobierno. En palabras […]
Lo que está ocurriendo en Estados Unidos bajo la nueva presidencia de Donald Trump, en particular en relación con su desprecio manifiesto por el Estado democrático de derecho, nos obliga a prestar atención, en esta ocasión, al ámbito internacional. A nivel interno, Trump está ejerciendo sus poderes presidenciales de forma exorbitante, invadiendo al resto de los poderes del Estado y minando la separación entre ellos. Entre otras actuaciones, ha firmado casi 80 executive orders, que, en principio, son solo instrucciones a la administración, pero que, de hecho, han modificado cuestiones como la nacionalidad por nacimiento recogida en la Constitución, han detenido pagos autorizados por el Congreso en casi todos los programas federales, han reclasificado miles de empleos de funcionarios como puestos de confianza, han revocado tratados internacionales, han interrumpido toda la ayuda internacional, etc. Esto supone una invasión de las facultades del Congreso y no está claro que se estén acatando las órdenes de los tribunales que han adoptado medidas cautelares contra las mismas (ver aquí). Aún más, tanto Trump como J. D. Vance y Elon Musk han criticado no solo decisiones judiciales concretas, sino la misma capacidad de los jueces para dictar resoluciones contra actuaciones del Gobierno. En palabras […] 
