Dónde comer montaditos en Sevilla: los mejores bares sevillanos

Compañeros inseparables del codo en barra, las mesas altas y la Cruzcampo helada, los montaditos son la tapa sevillana por excelencia para llenar el estómago cuando se sale picar a la calle. Desde GURMÉ hemos creado esta guía para quienes buscan dónde comer montaditos en Sevilla y cuáles son las estrellas de cada casa para ir a tiro hecho. Porque en esta ciudad donde el tapeo es religión y la cerveza se sirve helada, los montaditos tienen categoría propia. Y aunque su tamaño sea pequeño, su importancia en la gastronomía local es enorme. Y es que, cuando aprieta el hambre o se necesita empapuchar las rondas infinitas de cañas, nada como un buen entrepan calentito. De pringá, de carne mechá, de solomillo al whisky, de gambas alioli o incluso de combinaciones impredecibles como leche condensada con anchoas. Todo cabe y todo pega en un mollete, una viena o un bollito crujiente. En esta guía nos hemos paseado por tabernas con solera y barras castizas para seleccionar los mejores montaditos de Sevilla. Los bares que aparecen aquí han sido seleccionados por Álvaro Salinero, editor de Gurmé Sevilla, que se ha recorrido la ciudad bocado a bocado para traernos los mejores sitios para disfrutarlo y qué pedir en cada uno. Porque si algo une a los sevillanos es ese momento de tapeo, cerveza y charla. Así que abre apetito y pide el montadito que más te tiente. ¡A disfrutar! A dos pasos de la Alfalfa, En La Espero Te Esquina es de esos bares con solera que conservan el alma popular de Sevilla. Fundado en 1959 y regentado hoy por la tercera generación de la familia Anaya, mantiene su esencia en una carta de tapas generosas, guisos caseros y precios de los que alegran la cuenta. Aunque su carta es un festival de platos caseros –ensaladilla, espinacas con garbanzos, lagartito, croquetas, flamenquín o papas bravas–, si hay una razón para cruzar media ciudad y presentarse en su puerta, esa es el mantecaíto . El clásico montadito sevillano de solomillo al whisky con patatas fritas aquí alcanza categoría de rito. Quien busque dónde comer montaditos en Sevilla, que no dude en acercarse a este bar de la calle Corral del Rey para satisfacer el antojo. Acierto seguro. En La Flor de Toranzo no hay cocina, pero sí una despensa con solera. Desde 1952, este local del centro de Sevilla sirve conservas y chacinas en papel de estraza, emparedados en molletes de Antequera o en pequeños bollos tostados, montaditos que han cruzado generaciones. Su barra, testigo de tertulias y encuentros ilustres, conserva intacto el sabor de lo auténtico. Entre sus montaditos imprescindibles destaca el montadito de lomo al jerez con mayonesa y manzana, un clásico de la casa que sigue conquistando a sevillanos y visitantes. Casa Moreno es uno de esos rincones que hacen patria del montadito. Oculto tras el mostrador de un antiguo ultramarinos, este bar del centro guarda el encanto intacto de las tascas de toda la vida. Aquí, entre latas, chacinas y papel de estraza, reinan los emparedados con sello sevillano. El de chorizo picante con cabrales es uno de los más celebrados: potente, intenso y perfecto para acompañar con un botellín helado. Tradición en estado puro, servida con arte por Emilio Vara. En pleno centro sevillano, a dos pasos de la Plaza del Salvador, Bodeguita Romero lleva más de tres décadas conquistando paladares con su recetario clásico. Entre pavías, carrilladas, colas de toro, papas aliñás y menudos, destaca un imprescindible que no puede faltar en ninguna guía del buen tapeo sevillano: su montadito de pringá. Meloso y sabroso a más no poder, es sin duda uno de los mejores montaditos de Sevilla. Un bocado sencillo pero extraordinario que resume el alma de esta casa, tan querida por locales como por visitantes. En la calle Santa Vicenta María se encuentra La Vicenta , una cervecería moderna con alma clásica donde el marisco fresco y el pescaíto frito son protagonistas. En la vitrina desfilan gambas, langostinos, mojama, patatas aliñás y chacinas de la Sierra de Huelva, mientras que en la barra salen sin descanso platos como la ensaladilla, los revueltos o el cachopo de black angus. Entre sus montaditos, uno destaca por encima del resto: el de gambas con alioli, uno de los mejores de Sevilla. Una parada obligatoria para quienes buscan dónde comer montaditos en Sevilla. Además, tienen buena carta de vinos por copa y una terraza siempre animada. La Bodeguita Antonio Romero es uno de esos bares que se han ganado el estatus de clásico en Sevilla a base de barra, montadito y buena atmósfera. Tiene varias sedes por el centro, pero todas comparten ese ambiente animado y cercano que la ha hecho tan popular entre vecinos y turistas. Si hay un montadito que nunca falta en la comanda, ese es el piripi : pan crujiente, lomo, bacon, queso, tomate y mayonesa. Una creación propia y replicada en muchos bares que es tan sencilla como infalible, y adictiva como pocos. Lo sirven bien calentito y con el punto justo para que no sobre ni falte nada. Además del piripi

May 5, 2025 - 11:02
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Dónde comer montaditos en Sevilla: los mejores bares sevillanos
Compañeros inseparables del codo en barra, las mesas altas y la Cruzcampo helada, los montaditos son la tapa sevillana por excelencia para llenar el estómago cuando se sale picar a la calle. Desde GURMÉ hemos creado esta guía para quienes buscan dónde comer montaditos en Sevilla y cuáles son las estrellas de cada casa para ir a tiro hecho. Porque en esta ciudad donde el tapeo es religión y la cerveza se sirve helada, los montaditos tienen categoría propia. Y aunque su tamaño sea pequeño, su importancia en la gastronomía local es enorme. Y es que, cuando aprieta el hambre o se necesita empapuchar las rondas infinitas de cañas, nada como un buen entrepan calentito. De pringá, de carne mechá, de solomillo al whisky, de gambas alioli o incluso de combinaciones impredecibles como leche condensada con anchoas. Todo cabe y todo pega en un mollete, una viena o un bollito crujiente. En esta guía nos hemos paseado por tabernas con solera y barras castizas para seleccionar los mejores montaditos de Sevilla. Los bares que aparecen aquí han sido seleccionados por Álvaro Salinero, editor de Gurmé Sevilla, que se ha recorrido la ciudad bocado a bocado para traernos los mejores sitios para disfrutarlo y qué pedir en cada uno. Porque si algo une a los sevillanos es ese momento de tapeo, cerveza y charla. Así que abre apetito y pide el montadito que más te tiente. ¡A disfrutar! A dos pasos de la Alfalfa, En La Espero Te Esquina es de esos bares con solera que conservan el alma popular de Sevilla. Fundado en 1959 y regentado hoy por la tercera generación de la familia Anaya, mantiene su esencia en una carta de tapas generosas, guisos caseros y precios de los que alegran la cuenta. Aunque su carta es un festival de platos caseros –ensaladilla, espinacas con garbanzos, lagartito, croquetas, flamenquín o papas bravas–, si hay una razón para cruzar media ciudad y presentarse en su puerta, esa es el mantecaíto . El clásico montadito sevillano de solomillo al whisky con patatas fritas aquí alcanza categoría de rito. Quien busque dónde comer montaditos en Sevilla, que no dude en acercarse a este bar de la calle Corral del Rey para satisfacer el antojo. Acierto seguro. En La Flor de Toranzo no hay cocina, pero sí una despensa con solera. Desde 1952, este local del centro de Sevilla sirve conservas y chacinas en papel de estraza, emparedados en molletes de Antequera o en pequeños bollos tostados, montaditos que han cruzado generaciones. Su barra, testigo de tertulias y encuentros ilustres, conserva intacto el sabor de lo auténtico. Entre sus montaditos imprescindibles destaca el montadito de lomo al jerez con mayonesa y manzana, un clásico de la casa que sigue conquistando a sevillanos y visitantes. Casa Moreno es uno de esos rincones que hacen patria del montadito. Oculto tras el mostrador de un antiguo ultramarinos, este bar del centro guarda el encanto intacto de las tascas de toda la vida. Aquí, entre latas, chacinas y papel de estraza, reinan los emparedados con sello sevillano. El de chorizo picante con cabrales es uno de los más celebrados: potente, intenso y perfecto para acompañar con un botellín helado. Tradición en estado puro, servida con arte por Emilio Vara. En pleno centro sevillano, a dos pasos de la Plaza del Salvador, Bodeguita Romero lleva más de tres décadas conquistando paladares con su recetario clásico. Entre pavías, carrilladas, colas de toro, papas aliñás y menudos, destaca un imprescindible que no puede faltar en ninguna guía del buen tapeo sevillano: su montadito de pringá. Meloso y sabroso a más no poder, es sin duda uno de los mejores montaditos de Sevilla. Un bocado sencillo pero extraordinario que resume el alma de esta casa, tan querida por locales como por visitantes. En la calle Santa Vicenta María se encuentra La Vicenta , una cervecería moderna con alma clásica donde el marisco fresco y el pescaíto frito son protagonistas. En la vitrina desfilan gambas, langostinos, mojama, patatas aliñás y chacinas de la Sierra de Huelva, mientras que en la barra salen sin descanso platos como la ensaladilla, los revueltos o el cachopo de black angus. Entre sus montaditos, uno destaca por encima del resto: el de gambas con alioli, uno de los mejores de Sevilla. Una parada obligatoria para quienes buscan dónde comer montaditos en Sevilla. Además, tienen buena carta de vinos por copa y una terraza siempre animada. La Bodeguita Antonio Romero es uno de esos bares que se han ganado el estatus de clásico en Sevilla a base de barra, montadito y buena atmósfera. Tiene varias sedes por el centro, pero todas comparten ese ambiente animado y cercano que la ha hecho tan popular entre vecinos y turistas. Si hay un montadito que nunca falta en la comanda, ese es el piripi : pan crujiente, lomo, bacon, queso, tomate y mayonesa. Una creación propia y replicada en muchos bares que es tan sencilla como infalible, y adictiva como pocos. Lo sirven bien calentito y con el punto justo para que no sobre ni falte nada. Además del piripi , en su carta brillan otros montaditos como el mantecao (solomillo con cebolla caramelizada y jamón), el sevillano (flamenquín con york y queso) o el de morcilla. Tampoco faltan tapas de toda la vida, como la ensaladilla, las pavías de bacalao o la tortilla (si no se ha acabado ya). En definitiva, una parada obligatoria para quienes buscan montaditos con denominación de origen sevillana.