La guerra en Gaza: una amenaza sin precedentes a la libertad de expresión
En medio del caos y la violencia, el periodismo independiente permite documentar violaciones de derechos humanos, denunciar crímenes de guerra y dar voz a las víctimas que, de otro modo, quedarían invisibilizada

La guerra en Gaza ha desatado una crisis humanitaria devastadora y, al mismo tiempo, ha puesto en evidencia una amenaza sin precedentes a la libertad de expresión. Desde el inicio del conflicto en octubre de 2023, más de 145 periodistas han perdido la vida en Gaza, convirtiéndolo en el lugar más peligroso para el ejercicio del periodismo en la historia reciente. Esta cifra representa más de la mitad de los 104 periodistas asesinados en todo el mundo en 2024, según la Federación Internacional de Periodistas (FIP) .
La magnitud de esta tragedia es aún más alarmante si se considera que, en promedio, más de un periodista palestino ha sido asesinado cada semana desde el inicio del conflicto. La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha documentado al menos 145 muertes de periodistas en Gaza desde octubre de 2023, calificando esta situación como una “masacre sin precedentes” .
Además de los periodistas asesinados, la represión del periodismo adopta otras formas. Desde el 7 de octubre de 2023, muchos medios de comunicación han sido destruidos total o parcialmente en Gaza por los ataques aéreos israelíes.
El Sindicato de Prensa Palestino reporta que hasta 50 medios han sido afectados, incluyendo 24 emisoras de radio que han sido silenciadas por los ataques aéreos y bombardeos o por el bloqueo israelí que les impide abastecerse de combustible .
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación ante estos hechos. La Relatora Especial de la ONU sobre libertad de opinión y expresión, Irene Khan, ha señalado que la libertad de expresión está gravemente amenazada en Gaza debido al conflicto en curso.
Khan ha destacado que los periodistas han sido específicamente atacados, con casos de asesinatos, detenciones arbitrarias y restricciones impuestas por las autoridades israelíes, incluyendo la prohibición de medios como Al Jazeera y un aumento en la censura.
Además, la represión no se limita a los periodistas. Protestas y discursos pro-palestinos han enfrentado severas represalias a nivel global, incluyendo en países como Alemania, Estados Unidos y otros miembros de la Unión Europea.
Las plataformas de redes sociales también han sido utilizadas para difundir desinformación y discursos de odio, afectando tanto a árabes como a israelíes, lo que ha generado un entorno de polarización y censura digital.
La comunidad internacional debe actuar con urgencia para proteger la libertad de expresión en Gaza y en todo el mundo. Es imperativo que se establezcan mecanismos efectivos para garantizar la seguridad de los periodistas y se promueva un entorno donde la información veraz y plural pueda circular sin restricciones. La libertad de expresión es fundamental para la democracia y los derechos humanos, y su defensa debe ser una prioridad global.
El valor del periodismo libre en un contexto de guerra es incalculable: representa uno de los últimos baluartes de la verdad frente a la propaganda, la desinformación y el silencio
forzado. En medio del caos y la violencia, el periodismo independiente permite documentar violaciones de derechos humanos, denunciar crímenes de guerra y dar voz a las víctimas que, de otro modo, quedarían invisibilizadas.
Un periodismo libre:
- Protege la verdad: en una guerra, cada bando intenta controlar la narrativa. Los periodistas independientes pueden ofrecer información contrastada y verificable, resistiendo la manipulación.
- Humaniza el conflicto: ayuda a que la comunidad internacional vea más allá de las estadísticas y entienda el sufrimiento humano, dando rostro y nombre a las víctimas.
- Rinde cuentas: obliga a gobiernos, fuerzas armadas y actores no estatales a responder por sus actos. Sin periodistas, no hay testigos.
- Informa a la sociedad global: permite a ciudadanos y tomadores de decisiones en todo el mundo actuar con base en hechos, ya sea para presionar por el fin del conflicto o exigir ayuda humanitaria.
Cuando se ataca al periodismo, como ocurre en Gaza y otros conflictos, lo que está en juego no es solo la vida de quienes informan, sino el derecho de todos a saber lo que realmente sucede.