De Brasil a Italia pasando por Israel: ¿Qué empresas suministran munición a Interior?
El contrato armamentístico que ha estado cerca de dinamitar el Gobierno de coalición invita a reflexionar acerca de la industria que está detrás de la munición de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía.

La marcha atrás del Ejecutivo para cancelar el contrato de munición adjudicado desde el Ministerio del Interior a una empresa israelí, en aras de apagar el incendio con sus socios de coalición, invita a reflexionar acerca de la industria armamentística que abastece de munición a los distintos cuerpos de seguridad del Estado español. Desde cartuchería para prácticas hasta munición de uso operativo, los organismos dependientes de Interior como la Jefatura de Asuntos Económicos de la Guardia Civil o el Cuerpo Nacional de Policía lanzan a menudo concursos millonarios como el ahora rescindido a la israelí IMI Systems que, en su mayoría, atraen especial interés de firmas extranjeras.
También concurren a estos contratos empresas con producción en España como la filial de la noruega Nammo, que fabrica en Palencia. Pero, tal y como figura en los pliegos de la Plataforma de Contratación del Sector Público, los contratos más voluminosos formalizados en los últimos años se encargan fuera de nuestras fronteras, se fían a grandes compañías europeas y, en muchas ocasiones, acaban cruzando el charco. La polémica licitación, sin ir más lejos, escenifica la globalización del sector con el interés que mostraron firmas como Omena Technologies- filial de la brasileña CBC-, Sellier & Bellot -filial de la checa Colt- y la italiana Fiocchi Munizioni, antes de que la Guardia Civil se decantase por la israelí para comprar 15 millones de balas del calibre 9mm Parabellum por 6 millones de euros.
Si bien en este contrato fueron descartadas por no cumplir los requisitos técnicos que requería la licitación, grupos como la histórica italiana Fiocchi Munizioni -recientemente comprada por la checa CSG- se han adjudicado contratos similares al mencionado en los últimos meses. Véase la adquisición de 9,45 millones de cartuchos de pequeño calibre 5,56x45 milímetros y 7,62x51 milímetros que la misma Guardia Civil encargó al fabricante italiano el pasado agosto a cambio de 8,27 millones de euros. Además, esta empresa también mantiene acuerdos con la Dirección General de la Policía para suministrar cartuchos del mismo calibre que se adjudicó a Israel.
Por estos contratos armamentísticos también compite, con relativo éxito, otra italiana como Beretta Benelli. Lo hace a través de una filial española que se ha adjudicado diversos contratos de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía relacionados con el suministro de munición que superan los 10 millones de euros, en su conjunto, en el último lustro. No obstante, también existen socios al otro lado del Atlántico, como la brasileña antes citada, CBC, que mantiene contratos de cartuchería con la Guardia Civil, tanto directamente como a través de su filial española Omena Technologies, con sede en Barcelona.
En el caso de la israelí, la empresa adquirida en 2018 por el gigante de tecnología militar Elbit Systems, su negocio con España no se limita a este contrato. Su naturaleza militar, como proveedor de equipos terrestres y drones al ejército israelí, le ha acercado más a los contratos adjudicados desde Defensa o, al menos, así lo constata la decena de contratos que se ha adjudicado en los últimos años para suministrar de munición, mayoritariamente, al Ejército de Tierra.
¿Quién fabrica munición en España?
En territorio español, la producción de munición se concentra principalmente en las fábricas de empresas como la mencionada Nammo, la Fábrica de Municiones de Granada (FMG) o Expal -recién adquirida por el gigante alemán Rheinmetall-. Fuentes oficiales de las dos últimas desvinculan su interés por completo del polémico contrato en respuesta a la consulta de este medio. Se da la circunstancia de que, pese a destinar parte de su producción a las Fuerzas Armadas españolas, la mayoría de su negocio depende de las exportaciones. Si bien, se da por descontado que su papel cobrará gran importancia en los próximos meses al calor del plan que comanda el Gobierno para disparar el gasto en Defensa desde el entorno del 1,3% al umbral del 2% del PIB este mismo año.