Compromiso antifascista para rendir homenaje a las víctimas del nazismo en Mauthausen, "el campo de los españoles"

Los familiares de las víctimas del terror nazi homenajean la memoria de los miles de republicanos españoles que fueron asesinados en campos de exterminioLos reyes Felipe VI y Letizia acuden a Mauthausen por el 80 aniversario de su liberación Un grupo de jóvenes italianos canta el Bella Ciao frente al monumento que recuerda a sus compatriotas deportados. Soldados húngaros desfilan frente a la puerta principal del campo. Un centenar de franceses entona La Marsellesa para recordar a las víctimas galas del nazismo. Son las ocho de la mañana y el campo de concentración de Mauthausen ha sido despojado de su aura siniestra para transformarse en un gran centro de solidaridad, memoria y compromiso antifascista. En las inmediaciones del monumento dedicado a los españoles comienza a congregarse una pequeña multitud con banderas republicanas y pañuelos con el triángulo azul; el símbolo que nuestros deportados lucieron en sus pijamas de rayas durante todo su cautiverio. La mayoría son descendientes de quienes aquí sufrieron y murieron. Cada uno tiene una historia que merece ser contada. Una historia como la de “Las Glorias”: madre e hija que no solo comparten el nombre, sino la determinación por mantener viva la memoria de Ramón Agramunt, padre y abuelo asesinado en Gusen durante el durísimo invierno de 1941. “Estoy muy emocionada —dice la Gloria menos joven— Recordarle es muy importante para nosotras”. Ambas dirigen la atención hacia el pie del monumento en el que comienza el acto español, el que se celebra cada año, en este mismo lugar, antes de la ceremonia internacional. Algunos de los asistentes portan una pancarta con la misma frase que la que hicieron los supervivientes españoles el día que se liberó Mauthausen El ministro Pablo Bustinduy levanta los mayores aplausos cuando describe así a nuestras víctimas: “Eran republicanos antifascistas españoles que dieron su vida y su libertad para defender la nuestra. Merecen que su ejemplo brille con toda gloria en la democracia española. Hay que recordar el Juramento de Mauthausen, más necesario que nunca ahora que vuelve el odio, la guerra, el fascismo y el genocidio que sufre el pueblo Palestino. Tenemos que estar a la altura del legado que nos dejaron nuestros héroes de Mauthausen”. El presidente de la Amical, José Manuel Calvo, también incide en la amenaza real que supone el auge de la ultraderecha. Finalmente, Silvia Dinhof Cueto, hija del prisionero de Mauthausen Víctor Cueto y presidenta de la GRSO, la asociación austriaca de deportados españoles, alude a la inminente llegada de los reyes: “Siempre decimos que no permitiremos reescribir la historia. Pues bien, reescribir la historia también es ocultar que el rey que hoy visita Mauthausen no ha homenajeado a los deportados españoles en su país. En España”. Visita histórica de los reyes a Mauthausen Pasadas las diez y media de la mañana, un rey de España pisa por primera vez los adoquines del llamado “campo de los españoles”. Felipe VI y la reina Letizia son recibidos por el presidente de Austria, Alexander Van der Belle. La comitiva atraviesa la puerta por la que entraban los prisioneros y que estuvo coronada con una gran águila nazi. Tras atravesar el patio de los garajes y ascender por una escalera llegan a la puerta principal para participar en la ceremonia internacional. Más de tres horas en las que desfilan decenas de delegaciones de todas las naciones europeas y también de países americanos y asiáticos. Los monarcas también desfilan, dos veces, frente a un público en el que destacan numerosas banderas republicanas. Más tarde, mientras Felipe VI y Letizia asisten al recorrido de las distintas delegaciones tienen que escuchar algunos gritos de ¡Viva la República! y el cántico “¡España mañana será republicana”. Los reyes parecen asumirlo con naturalidad y aplauden, junto al resto de las autoridades, a los distintos grupos que realizan sus ofrendas florales armados con ban

May 12, 2025 - 07:05
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Compromiso antifascista para rendir homenaje a las víctimas del nazismo en Mauthausen, "el campo de los españoles"

Compromiso antifascista para rendir homenaje a las víctimas del nazismo en Mauthausen, "el campo de los españoles"

Los familiares de las víctimas del terror nazi homenajean la memoria de los miles de republicanos españoles que fueron asesinados en campos de exterminio

Los reyes Felipe VI y Letizia acuden a Mauthausen por el 80 aniversario de su liberación

Un grupo de jóvenes italianos canta el Bella Ciao frente al monumento que recuerda a sus compatriotas deportados. Soldados húngaros desfilan frente a la puerta principal del campo. Un centenar de franceses entona La Marsellesa para recordar a las víctimas galas del nazismo. Son las ocho de la mañana y el campo de concentración de Mauthausen ha sido despojado de su aura siniestra para transformarse en un gran centro de solidaridad, memoria y compromiso antifascista.

En las inmediaciones del monumento dedicado a los españoles comienza a congregarse una pequeña multitud con banderas republicanas y pañuelos con el triángulo azul; el símbolo que nuestros deportados lucieron en sus pijamas de rayas durante todo su cautiverio. La mayoría son descendientes de quienes aquí sufrieron y murieron. Cada uno tiene una historia que merece ser contada. Una historia como la de “Las Glorias”: madre e hija que no solo comparten el nombre, sino la determinación por mantener viva la memoria de Ramón Agramunt, padre y abuelo asesinado en Gusen durante el durísimo invierno de 1941. “Estoy muy emocionada —dice la Gloria menos joven— Recordarle es muy importante para nosotras”. Ambas dirigen la atención hacia el pie del monumento en el que comienza el acto español, el que se celebra cada año, en este mismo lugar, antes de la ceremonia internacional.

Algunos de los asistentes portan una pancarta con la misma frase que la que hicieron los supervivientes españoles el día que se liberó Mauthausen

El ministro Pablo Bustinduy levanta los mayores aplausos cuando describe así a nuestras víctimas: “Eran republicanos antifascistas españoles que dieron su vida y su libertad para defender la nuestra. Merecen que su ejemplo brille con toda gloria en la democracia española. Hay que recordar el Juramento de Mauthausen, más necesario que nunca ahora que vuelve el odio, la guerra, el fascismo y el genocidio que sufre el pueblo Palestino. Tenemos que estar a la altura del legado que nos dejaron nuestros héroes de Mauthausen”. El presidente de la Amical, José Manuel Calvo, también incide en la amenaza real que supone el auge de la ultraderecha. Finalmente, Silvia Dinhof Cueto, hija del prisionero de Mauthausen Víctor Cueto y presidenta de la GRSO, la asociación austriaca de deportados españoles, alude a la inminente llegada de los reyes: “Siempre decimos que no permitiremos reescribir la historia. Pues bien, reescribir la historia también es ocultar que el rey que hoy visita Mauthausen no ha homenajeado a los deportados españoles en su país. En España”.

Visita histórica de los reyes a Mauthausen

Pasadas las diez y media de la mañana, un rey de España pisa por primera vez los adoquines del llamado “campo de los españoles”. Felipe VI y la reina Letizia son recibidos por el presidente de Austria, Alexander Van der Belle. La comitiva atraviesa la puerta por la que entraban los prisioneros y que estuvo coronada con una gran águila nazi. Tras atravesar el patio de los garajes y ascender por una escalera llegan a la puerta principal para participar en la ceremonia internacional. Más de tres horas en las que desfilan decenas de delegaciones de todas las naciones europeas y también de países americanos y asiáticos. Los monarcas también desfilan, dos veces, frente a un público en el que destacan numerosas banderas republicanas. Más tarde, mientras Felipe VI y Letizia asisten al recorrido de las distintas delegaciones tienen que escuchar algunos gritos de ¡Viva la República! y el cántico “¡España mañana será republicana”. Los reyes parecen asumirlo con naturalidad y aplauden, junto al resto de las autoridades, a los distintos grupos que realizan sus ofrendas florales armados con banderas tricolor. En todo momento prima, por todas partes, el respeto y la solemnidad que el acto merece.

Los reyes visitan el campo de exterminio

Finalizado el acto central, Felipe VI y Letizia se reúnen con el presidente austriaco durante cerca de una hora. La tranquilidad ha vuelto al campo cuando comienzan a recorrerlo. Tras visitar una de las barracas en las que se hacinaban los prisioneros se detienen para charlar con familiares de las víctimas que les aguardan en la plaza de formaciones. El cordobés José Sánchez se emociona al hablarles de su padre, Eugenio Sánchez Rivera, que murió en la cámara de gas del cercano Castillo de Hartheim. Unos momentos después les para un hombre que porta una bandera republicana: “Soy hijo de un deportado superviviente de Mauthausen. Soy hijo del exilio porque nací y sigo viviendo en Francia”, le explica Patrick Sánchez. Personal de Zarzuela, mientras tanto, ofrece a otros hombres y mujeres que también lucen estandartes republicanos la posibilidad de hablar con los reyes si así lo deseaban: “la bandera no es un problema, ¿quieres saludarles?”, preguntan.

Los reyes, durante los homenajes en Mauthausen

Marisol no rehúsa acercarse a los monarcas. Su suegro, Donado de Cos Gutiérrez, fue asesinado en Gusen: “Me parecería bien que hubiera venido si se hubiese hecho lo mismo en España. Allí tenía que haber presidido un homenaje estatal a los deportados y deportadas españoles. Tiene, además, que pedir perdón como jefe del Estado y asumir la responsabilidad que tuvo España en las deportaciones. Porque fue Franco, siendo jefe del Estado, el que negoció con Hitler el envío de estos hombres y mujeres a Mauthausen y otros campos”. La mayoría de familiares con que habla elDiario.es expresan opiniones parecidas, aunque muchos otros sí ven con buenos ojos la visita real: “Puede ser un inicio. Debemos intentar integrar a todos en esta lucha”, apunta Alicia. Su hermana Olga coincide con ella: “Es bueno que haya venido. Ahora hace falta que la Monarquía se anime y que en España actúe igual”. Ambas han venido a recordar a su tío Vicente Muzás que fue deportado, pero logró escapar durante el traslado en el tristemente célebre “Tren fantasma”. 

Asistentes a los actos portan carteles de "Nunca máis"

Marisol no rehúsa acercarse a los monarcas. Su suegro, Donado de Cos Gutiérrez, fue asesinado en Gusen: “Me parecería bien que hubiera venido si se hubiese hecho lo mismo en España. Allí tenía que haber presidido un homenaje estatal a los deportados y deportadas españoles. Tiene, además, que pedir perdón como jefe del Estado y asumir la responsabilidad que tuvo España en las deportaciones. Porque fue Franco, siendo jefe del Estado, el que negoció con Hitler el envío de estos hombres y mujeres a Mauthausen y otros campos”. La mayoría de familiares con que habla

El periplo de los reyes por Mauthausen continúa en el monumento a los españoles deportados. Allí realizan una ofrenda floral rodeados de banderas republicanas y en medio de un silencio absoluto. Un grupo de estudiantes catalanes les saluda tras la ceremonia y otros asistentes se hacen fotos con ellos. Finalmente, Felipe VI y Letizia se dirigen hacia la cantera en la que los prisioneros de Mauthausen pasaban 12 horas diarias picando piedras. Los monarcas descienden la empinada escalera que los deportados tenían que escalar cargados con pesadas piedras de granito. Al pie de ella, en la cantera, los reyes dan por finalizada la visita.

El final de una larga y emotiva jornada

Son las seis de la tarde. Faltan pocos minutos para que Mauthausen cierre sus puertas. Hace horas que se marcharon las autoridades y ya apenas quedan visitantes. Los monumentos han sido abandonados, pero están rebosantes de placas, velas y flores. Desde el sótano del búnker, en el que se encontraba la cámara de gas y uno de los crematorios, sale un joven con los ojos poblados de lágrimas. Es Óscar y ha visitado por primera vez el campo de concentración en el que fue asesinado su tío abuelo Emilio Ramos: “Ha merecido la pena. Este es un momento malo, pero he intentado tomarme estos actos como lo que son, una celebración de la liberación de todos aquellos que pudieron salir de los campos. Las emociones han ido subiendo y bajando, pero ver tanta gente, mayor y joven, compartiendo estos momentos… no lo cambiaría por nada del mundo”. 

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