Carlos Cuerpo llama a la puerta de los países del euro para presidir el Eurogrupo
El ministro español sondea a los socios europeos para explorar los apoyos ante la posibilidad de suceder al popular irlandés Paschal DonohoeQué es el Eurogrupo y para qué vale presidirlo El Gobierno de Pedro Sánchez se llevó un golpe con la derrota de la entonces vicepresidenta Nadia Calviño para presidir el Eurogrupo, el organismo en el que se reúnen los ministros de Economía de la zona euro, que tuvo una especial relevancia en los tiempos de la crisis financiera. Los equilibrios de poder, y sobre todo la jugada del responsable económico de la Comisión Europea, el letón Valdis Dombroviskis, de la familia popular europea, hicieron decantar la balanza en favor del democristiano irlandés Pascal Donohoe. Ahora, cinco años después, el 'delfín' de Calviño, Carlos Cuerpo, llama a la puerta de los países del euro por si hay agua en la piscina para descabalgarlo. Según publicó Politico y han confirmado fuentes diplomáticas, Cuerpo ha sondeado a sus colegas sobre el futuro de la presidencia del Eurogrupo, que se dirime en julio. En principio Donohoe ha manifestado su intención de revalidar el mandato y no despierta ninguna antipatía entre los ministros de la zona euro, aunque el Eurogrupo ha perdido en los últimos años su relevancia, en buena medida desde que los vaivenes de la crisis financiera se apagaron. Las opciones son, a priori, escasas y se entremezclan numerosos intereses. En el reparto del poder de las instituciones europeas pesan las alianzas de populares, socialistas y liberales, y ahora el Partido Popular Europeo está especialmente crecido tras haber crecido en las elecciones europeas y, sobre todo, haber ganado un peso muy importante en el Consejo de la UE, donde tienen la mitad de asientos y acaban de hacerse con la joya de la corona: Alemania. Los socialistas, por el contrario, están de capa caída y el único de los grandes que presiden es precisamente España. Calviño, de hecho, perdió en 2020, pese a tener el apoyo de Francia y Alemania. No obstante, los gobiernos de coalición pueden dar un cierto margen ya que en Alemania, por ejemplo, la cartera económica está en manos de los socialdemócratas del SPD. No obstante, también el lituano socialista, Rimantas Šadžius, está en la misma operación. También entran en juego los equilibrios geográficos. Países como Italia, en manos de la ultraderecha de Giorgia Meloni y los democristianos, o Grecia pueden preferir que el Eurogrupo lo lidere un país del sur. El otro factor que pesa en ese tipo de decisiones es la representación que ya tienen los países en los puestos de poder. Y ahí España no sale mal parada. Tras las elecciones europeas, Sánchez situó a Teresa Ribera en la vicepresidencia primera de la Comisión Europea, como responsable de Transición Limpia y Justa y sobre todo con la jugosa cartera de Competencia. Previamente Nadia Calviño había salido del Gobierno con dirección a Luxemburgo para presidir el Banco Europeo de Inversiones. Ese precedente muestra que quedarse sin la presidencia del Eurogrupo no supone el fin. También lo sabe el exministro de Economía Luis de Guindos, que estuvo en la carrera en varias ocasiones sin éxito y acabó en la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE). En el Eurogrupo reúne a los veinte ministros de Finanzas de la zona euro. Como tal, no es una institución formal y oficial de la Unión Europea, sino una representación de las 'dos velocidades' y, en este caso, la de los países que comparten la moneda única. Pero al final es el organismo que fija las bases de la política económica europea. Su presidente es siempre uno de los ministros de Finanzas. Es condición indispensable, ser uno de la sala: convoca las reuniones, conduce los debates y debe ser capaz de tejer consensos para concretar acuerdos para temas como los presupuestos, la unión bancaria que se resiste, etc. Aunque lleva poco tiempo sentado en el Consejo de Ministros -relevó a Calviño en diciembre de 2023-, no es ningún desconocido para los responsables económicos de la UE. Durante su etapa como secretario general del Tesoro, le tocó negociar la letra pequeña de las nuevas reglas fiscales, que suponen el corsé para la disciplina económica del club comunitario. Y también explicárselas, fuera de las cámaras, a los periodistas. “Teco” de carrera desde 2008, tuvo su primer trabajo público como analista económico en la Dirección General de Análisis Macroeconómico y Economía Internacional en el Ministerio de Economía de Pedro Solbes. En el Ministerio de Economía echan balones fuera con el argumento de que ahora están centrados en todos los frentes abiertos, como la guerra comercial con Donald Trump, en la que se entremezcló la crisis con las energéticas por el apagón. Otras fuentes admiten que el proceso se encuentra en una fase muy incipiente y que no hay ninguna decisión tomada, es decir, que después explorar la posición de sus homólogos no dé el

El ministro español sondea a los socios europeos para explorar los apoyos ante la posibilidad de suceder al popular irlandés Paschal Donohoe
Qué es el Eurogrupo y para qué vale presidirlo
El Gobierno de Pedro Sánchez se llevó un golpe con la derrota de la entonces vicepresidenta Nadia Calviño para presidir el Eurogrupo, el organismo en el que se reúnen los ministros de Economía de la zona euro, que tuvo una especial relevancia en los tiempos de la crisis financiera. Los equilibrios de poder, y sobre todo la jugada del responsable económico de la Comisión Europea, el letón Valdis Dombroviskis, de la familia popular europea, hicieron decantar la balanza en favor del democristiano irlandés Pascal Donohoe. Ahora, cinco años después, el 'delfín' de Calviño, Carlos Cuerpo, llama a la puerta de los países del euro por si hay agua en la piscina para descabalgarlo.
Según publicó Politico y han confirmado fuentes diplomáticas, Cuerpo ha sondeado a sus colegas sobre el futuro de la presidencia del Eurogrupo, que se dirime en julio. En principio Donohoe ha manifestado su intención de revalidar el mandato y no despierta ninguna antipatía entre los ministros de la zona euro, aunque el Eurogrupo ha perdido en los últimos años su relevancia, en buena medida desde que los vaivenes de la crisis financiera se apagaron.
Las opciones son, a priori, escasas y se entremezclan numerosos intereses. En el reparto del poder de las instituciones europeas pesan las alianzas de populares, socialistas y liberales, y ahora el Partido Popular Europeo está especialmente crecido tras haber crecido en las elecciones europeas y, sobre todo, haber ganado un peso muy importante en el Consejo de la UE, donde tienen la mitad de asientos y acaban de hacerse con la joya de la corona: Alemania. Los socialistas, por el contrario, están de capa caída y el único de los grandes que presiden es precisamente España. Calviño, de hecho, perdió en 2020, pese a tener el apoyo de Francia y Alemania.
No obstante, los gobiernos de coalición pueden dar un cierto margen ya que en Alemania, por ejemplo, la cartera económica está en manos de los socialdemócratas del SPD. No obstante, también el lituano socialista, Rimantas Šadžius, está en la misma operación. También entran en juego los equilibrios geográficos. Países como Italia, en manos de la ultraderecha de Giorgia Meloni y los democristianos, o Grecia pueden preferir que el Eurogrupo lo lidere un país del sur.
El otro factor que pesa en ese tipo de decisiones es la representación que ya tienen los países en los puestos de poder. Y ahí España no sale mal parada. Tras las elecciones europeas, Sánchez situó a Teresa Ribera en la vicepresidencia primera de la Comisión Europea, como responsable de Transición Limpia y Justa y sobre todo con la jugosa cartera de Competencia. Previamente Nadia Calviño había salido del Gobierno con dirección a Luxemburgo para presidir el Banco Europeo de Inversiones.
Ese precedente muestra que quedarse sin la presidencia del Eurogrupo no supone el fin. También lo sabe el exministro de Economía Luis de Guindos, que estuvo en la carrera en varias ocasiones sin éxito y acabó en la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE).
En el Eurogrupo reúne a los veinte ministros de Finanzas de la zona euro. Como tal, no es una institución formal y oficial de la Unión Europea, sino una representación de las 'dos velocidades' y, en este caso, la de los países que comparten la moneda única. Pero al final es el organismo que fija las bases de la política económica europea. Su presidente es siempre uno de los ministros de Finanzas. Es condición indispensable, ser uno de la sala: convoca las reuniones, conduce los debates y debe ser capaz de tejer consensos para concretar acuerdos para temas como los presupuestos, la unión bancaria que se resiste, etc.
Aunque lleva poco tiempo sentado en el Consejo de Ministros -relevó a Calviño en diciembre de 2023-, no es ningún desconocido para los responsables económicos de la UE. Durante su etapa como secretario general del Tesoro, le tocó negociar la letra pequeña de las nuevas reglas fiscales, que suponen el corsé para la disciplina económica del club comunitario. Y también explicárselas, fuera de las cámaras, a los periodistas. “Teco” de carrera desde 2008, tuvo su primer trabajo público como analista económico en la Dirección General de Análisis Macroeconómico y Economía Internacional en el Ministerio de Economía de Pedro Solbes.
En el Ministerio de Economía echan balones fuera con el argumento de que ahora están centrados en todos los frentes abiertos, como la guerra comercial con Donald Trump, en la que se entremezcló la crisis con las energéticas por el apagón. Otras fuentes admiten que el proceso se encuentra en una fase muy incipiente y que no hay ninguna decisión tomada, es decir, que después explorar la posición de sus homólogos no dé el paso. Fuentes gubernamentales reconocen, no obstante, que el “nuevo ciclo” ante las posibilidades de cambiar la presidencia del Eurogrupo pueden suponer una oportunidad para “impulsar” el organismo, cuyo presidente se encarga de organizar los debates.
Por el momento, la batalla arancelaria ha elevado el perfil de Cuerpo, que ha viajado en dos ocasiones a EEUU para mantener reuniones con la Administración Trump, a la que reclamó una negociación “constructiva”, y sobre él ha recaído el peso de la negociación del decreto para hacer frente a los aranceles, que en otros asuntos económicos han pilotado la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el responsable de Presidencia, Félix Bolaños.