Carlos Bonfil: La rueda conoce mi nombre
Una melancolía chilanga. Una historia de desencuentros sentimentales en la Ciudad de México, urbe caótica, capital del anonimato. Los protagonistas de La rueda conoce mi nombre (2024), primer largometraje de ficción de Claudio Zilleruelo Acra, participan de esta indefinición y de ese desorden citadinos, no ostentan un nombre ni un esbozo de biografía personal, tampoco un rasgo de carácter que los distinga de la masa de transeúntes, viajeros de autobuses y conductores de autos que la película presenta, una y otra vez, en clave contemplativa, como una masa impersonal y gris que cumple su rutina diaria de desplazamientos en la metrópolis. Hay algo aquí de la mirada objetiva y cruda con que la cineasta belga Chantal Ackerman quiso y logró abarcar, con brillantez memorable, fragmentos de ese flujo humano diario en las calles y en el interior del metro neoyorkino en su sobrio ensayo visual Noticias de casa ( News from Home, 1977). Ningún diálogo superfluo entorpecía entonces la libre circulación de imágenes, prevalecía la voz en off que refería, epistolarmente, las impresiones de la cineasta, dejando traslucir su estado de ánimo y los vaivenes de sus estímulos y hallazgos visuales. La contemplación en un estado puro, incontaminado.
Una melancolía chilanga. Una historia de desencuentros sentimentales en la Ciudad de México, urbe caótica, capital del anonimato. Los protagonistas de La rueda conoce mi nombre (2024), primer largometraje de ficción de Claudio Zilleruelo Acra, participan de esta indefinición y de ese desorden citadinos, no ostentan un nombre ni un esbozo de biografía personal, tampoco un rasgo de carácter que los distinga de la masa de transeúntes, viajeros de autobuses y conductores de autos que la película presenta, una y otra vez, en clave contemplativa, como una masa impersonal y gris que cumple su rutina diaria de desplazamientos en la metrópolis. Hay algo aquí de la mirada objetiva y cruda con que la cineasta belga Chantal Ackerman quiso y logró abarcar, con brillantez memorable, fragmentos de ese flujo humano diario en las calles y en el interior del metro neoyorkino en su sobrio ensayo visual Noticias de casa ( News from Home, 1977). Ningún diálogo superfluo entorpecía entonces la libre circulación de imágenes, prevalecía la voz en off que refería, epistolarmente, las impresiones de la cineasta, dejando traslucir su estado de ánimo y los vaivenes de sus estímulos y hallazgos visuales. La contemplación en un estado puro, incontaminado.
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