¿Bolsa o bonos? ¿Estados Unidos o Europa? Los expertos debaten sobre dónde invertir

La volatilidad continúa acechando al mercado pese a la tregua comercial entre EEUU y China y, ante la incertidumbre, se platean posibles estrategias para sortear las caídas y aprovechar las posibles oportunidades

May 17, 2025 - 08:22
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¿Bolsa o bonos? ¿Estados Unidos o Europa? Los expertos debaten sobre dónde invertir

El acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, con la suspensión de aranceles durante 90 días, ha traído un alivio inmediato a los mercados. El Dow Jones ha remontado más de 1.000 puntos y el Nasdaq más de un 6%. Un respiro que, sin embargo, no despeja las nubes que se acumulan en el horizonte.

La volatilidad sigue presente, y los inversores se preguntan si ha llegado el momento de ajustar sus carteras. Virginia Pérez, directora de inversiones de Tressis, advierte: "esta tregua es solo una pausa y quedan muchas diferencias de fondo por resolver". En su opinión, la incertidumbre geopolítica sigue ahí y no justifica grandes cambios tácticos: “Preferimos mantenernos fieles a nuestra estrategia, con una exposición selectiva y diversificada”.

Otros analistas se muestran más optimistas. Phil Orlando, de Federated Hermes, sitúa el suelo del S&P 500 en los 4.835 puntos marcados en abril y prevé un rebote hasta los 6.500 antes de que termine el año, impulsado por posibles recortes de tipos y la relajación arancelaria. Aun así, el rumbo de los tipos sigue siendo incierto y la Reserva Federal (Fed) ha dejado claro que, ante nuevos shocks de oferta, priorizará el control de la inflación.

¿Seguir en Europa o volver a Estados Unidos?

Más allá de cuánto invertir, la gran pregunta es dónde hacerlo. ¿Seguir apostando por Europa tras su buen arranque de año o regresar a Estados Unidos tras su reciente rebote? Aquí es donde empieza el baile de cifras y predicciones. Según J.P. Morgan, el retraso de la Bolsa de Estados Unidos respecto a la europea "apenas ha comenzado". Según sus cálculos, el 40% de la rentabilidad en Estados Unidos ha venido impulsada por las tecnológicas, pero con la democratización de la inteligencia artificial ese impulso podría perder fuerza. A eso se suma un dólar más débil y la pérdida del papel refugio de los bonos del Tesoro. El resultado, según este banco de inversión, es una apuesta creciente por Europa.

Sin embargo, Bank of America dibuja un panorama muy distinto. Ha reducido su recomendación sobre acciones europeas y advierte de una caída del 10% antes del verano. Asegura que los mercados están descontando una recuperación en Europa que no se ve en los datos. La eurozona, dice, sigue siendo muy sensible a los shocks globales y las previsiones fiscales en Alemania aún no han materializado impacto real. La división de opiniones es evidente.

Con este escenario, Antonio Fernández Quesada, director de inversiones de Tesys EAF, introduce una visión estructural. En su opinión, paralizar las decisiones por miedo a las noticias del día es un error. "Siempre hay excusas para no invertir, pero también siempre hay oportunidades si se mira a largo plazo", explica. Y recuerda que, históricamente, el S&P 500 ha dado rentabilidad positiva el 88,5% de las veces en periodos de 10 años y el 99,9% en periodos de 20 años”.

¿Renta fija o variable?

Mientras tanto, el debate entre bolsa y bonos cobra fuerza. Virginia Pérez añade que, si bien no es momento de ajustar radicalmente la asignación entre renta variable y renta fija, sí puede tener sentido reconsiderar la duración en renta fija: “Si la inflación se estabiliza y los bancos centrales moderan su política, ampliar algo la duración desde 3,5 a 5,5 años, puede ser razonable”.

Para quienes tienen carteras muy cargadas de renta variable, puede ser el momento de pasar de una estructura 70/30 (acciones/bonos) a una 60/40. Según Federated Hermes, si la Fed cumple con las expectativas y recorta tipos, los bonos volverán a ofrecer rentabilidades más atractivas, sobre todo en plazos cortos y en segmentos de alta calidad crediticia.

Además de la renta fija, hay otros activos defensivos que ganan protagonismo. Las 'utilities', el sector inmobiliario, las aseguradoras y los fondos cotizados (ETF) de empresas conocidas como Aristócratas del Dividendo son algunas opciones. Estas compañías no solo ofrecen flujos constantes de ingresos, sino que han demostrado resiliencia en momentos de inestabilidad.

Pérez destaca, además, el papel del oro, que “ya es más que un simple activo refugio”. Considera que sigue siendo clave como cobertura frente a la incertidumbre y posibles repuntes inflacionarios. También sugiere mantener una cierta liquidez en cartera, no como una estrategia estructural, sino táctica: “Esa liquidez permite reaccionar rápido y hacer ajustes cuando sea necesario”.

En cuanto a la renta variable, Fernández Quesada insiste en que no se trata de apostar a ciegas por sectores, sino de identificar compañías sólidas, con modelos de negocio diversificados y ventajas competitivas claras. Ejemplos como Microsoft, Booking Holdings, Vertex Pharmaceuticals o Berkshire Hathaway reúnen estas características.

Pero antes de mover piezas, conviene hacerse las preguntas de casi siempre. ¿Cuál es el horizonte de inversión? ¿Qué nivel de riesgo se está dispuesto a asumir? ¿Cómo afecta la geografía a la exposición de la cartera? ¿Hay excesiva concentración en una clase de activo? Estas respuestas ayudan a construir una estrategia más coherente.

Y sobre todo, es fundamental mantenerse atentos a las decisiones de la Fed, al desenlace del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, al estímulo fiscal en Alemania, al comportamiento del dólar y al flujo hacia activos refugio.