Así puedes aprender a delegar y priorizar

En el mundo profesional y personal actual, caracterizado por un ritmo acelerado y con múltiples demandas, la habilidad para delegar y priorizar es esencial. Con la aplicación de técnicas de gestión del tiempo, no sólo optimizamos nuestros recursos, sino que también fomentamos un ambiente colaborativo en el que cada miembro de un equipo o de casa se siente valorado y motivado para contribuir al éxito colectivo en casa o en el trabajo, repito,, y sobre todo, para uno mismo, nos relajamos en cuanto a la presión de tener que resolver todo. Es cierto que en casa con los hijos es más difícil, sobre todo si están en la etapa de adolescencia. La dificultad para delegar suele ocurrir en personas muy perfeccionistas, exigentes y controladoras, no solo con los demás sino con uno mismo. La inseguridad interna también suele ser característica de estas personas. Por muy inteligentes que sean, tienen inseguridad en sí mismos y en cómo lo harán los demás. La necesidad de tener controlado lo que se hace y sus resultados es prioritario para quien se atribuye más responsabilidades de las que realmente, objetivamente, le corresponden, con lo cual esto también tiene sus consecuencias. Es agotador. La autoestima está también en la base de estas necesidades conductuales de sobrecargarse y se ve afectada si algo no sale bien, no es solo una cuestión de resultados laborales,de competitividad, de responsabilidad, como decía antes , sino también de lo psicológico. El miedo a la crítica, a la alteración de la imagen personal creada con uno mismo y hacia los demás, es un fuerte motor que perpetúa este afán de controlar y de no delegar... Aquí también se encuadra el síndrome del impostor del que he hablado en otros artículos. Esta incapacidad de delegar es por lo dicho a nivel psicológico, de autoestima, inseguridades y además que también en delegar ven más trabajo, tendrían que estar repasando lo que han dejado hacer a otros, o enseñándoles; esta sobrecarga de trabajo hace que tengamos problemas a otros niveles, como de salud, de pareja, de no tener tiempo para nuestras «manías y tontadas»y nuestro ocio tan necesario para alimentar a nuestro sistema inmune y a nuestra psicología no ansiolítica. Delegar no significa debilidad, incapacidad o falta de control, significa inteligencia práctica para uno mismo y para incluso dar valor a otros capaces de hacer eso que tu hasta ahora no te planteabas atribuirles, y que son tan estupendos como tú. Es un chute para tus subordinados, y hasta también para tí ,cuando empieces a ver que estás más tranquilo , ellos más contentos aún y el trabajo saliendo adelante como tu no te imaginabas.Solo hay que atreverse y probar, y siempre pregúntate «¿qué es lo peor que puede pasar? Para delegar de forma efectiva y ser un líder hay que confiar en el equipo de casa o del trabajo y distribuir responsabilidades porque también impulsa el crecimiento profesional de todos. La delegación no solo mejora la productividad, siempre , (demostrado en multitud de estudios en empresas y con líderes remisos a delegar) sino que se crea un ambiente en el que además nos ven con más valores y nos aprecian más por la confianza que depositamos en ellos. Hay más unión, confianza y sentimiento de valía atribuido a los otros y con el consiguiente efecto también sobre la autoestima en los demás. Aprender a priorizar es tan esencial como delegar. Priorizar significa identificar qué actividades tienen mayor importancia y deben atenderse de inmediato, y cuáles pueden posponerse o incluso delegarse. A esto se le llama la trampa de la «urgencia constante». La priorización, junto con la delegación, se complementarán. Mientras que la delegación redistribuye la carga de trabajo, la priorización asegura que el tiempo se invierta en actividades de necesidad inmediata o alto valor. Técnicas como el método de Eisenhower, que clasifica las tareas en función de su urgencia e importancia, son las que más utilizo en la consulta cuando hablamos de priorizar Hay varias pero como digo, la que más me gusta es la Matriz de Eisenhower: Clasifica las actividades diarias en cuatro categorías: urgente e importante, importante pero no urgente, urgente pero no importante, y ni urgente ni importante. Incluso ves qué cosas pueden ser delegadas, pero lo fundamental es que implementarlas no solo mejora la productividad, sino también la calidad de vida del profesional. Priorizar es esencial para alcanzar un equilibrio entre el trabajo y el bienestar personal. 1. Conoce a tu equipo El primer paso para delegar de forma eficiente es conocer las habilidades y capacidades de cada miembro del equipo. Identifica fortalezas y experiencias previas 2. Define claramente las expectativas Cuando delegas, es imprescindible establecer metas y expectativas precisas. Proporciona instrucciones claras sobre los objetivos, plazos y criterios de éxito. Así se minimizan los malentendidos y se crean las bases para una comunicación abierta y honesta durante el proceso. 3. Empodera a tus col

May 16, 2025 - 14:26
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Así puedes aprender a delegar y priorizar
En el mundo profesional y personal actual, caracterizado por un ritmo acelerado y con múltiples demandas, la habilidad para delegar y priorizar es esencial. Con la aplicación de técnicas de gestión del tiempo, no sólo optimizamos nuestros recursos, sino que también fomentamos un ambiente colaborativo en el que cada miembro de un equipo o de casa se siente valorado y motivado para contribuir al éxito colectivo en casa o en el trabajo, repito,, y sobre todo, para uno mismo, nos relajamos en cuanto a la presión de tener que resolver todo. Es cierto que en casa con los hijos es más difícil, sobre todo si están en la etapa de adolescencia. La dificultad para delegar suele ocurrir en personas muy perfeccionistas, exigentes y controladoras, no solo con los demás sino con uno mismo. La inseguridad interna también suele ser característica de estas personas. Por muy inteligentes que sean, tienen inseguridad en sí mismos y en cómo lo harán los demás. La necesidad de tener controlado lo que se hace y sus resultados es prioritario para quien se atribuye más responsabilidades de las que realmente, objetivamente, le corresponden, con lo cual esto también tiene sus consecuencias. Es agotador. La autoestima está también en la base de estas necesidades conductuales de sobrecargarse y se ve afectada si algo no sale bien, no es solo una cuestión de resultados laborales,de competitividad, de responsabilidad, como decía antes , sino también de lo psicológico. El miedo a la crítica, a la alteración de la imagen personal creada con uno mismo y hacia los demás, es un fuerte motor que perpetúa este afán de controlar y de no delegar... Aquí también se encuadra el síndrome del impostor del que he hablado en otros artículos. Esta incapacidad de delegar es por lo dicho a nivel psicológico, de autoestima, inseguridades y además que también en delegar ven más trabajo, tendrían que estar repasando lo que han dejado hacer a otros, o enseñándoles; esta sobrecarga de trabajo hace que tengamos problemas a otros niveles, como de salud, de pareja, de no tener tiempo para nuestras «manías y tontadas»y nuestro ocio tan necesario para alimentar a nuestro sistema inmune y a nuestra psicología no ansiolítica. Delegar no significa debilidad, incapacidad o falta de control, significa inteligencia práctica para uno mismo y para incluso dar valor a otros capaces de hacer eso que tu hasta ahora no te planteabas atribuirles, y que son tan estupendos como tú. Es un chute para tus subordinados, y hasta también para tí ,cuando empieces a ver que estás más tranquilo , ellos más contentos aún y el trabajo saliendo adelante como tu no te imaginabas.Solo hay que atreverse y probar, y siempre pregúntate «¿qué es lo peor que puede pasar? Para delegar de forma efectiva y ser un líder hay que confiar en el equipo de casa o del trabajo y distribuir responsabilidades porque también impulsa el crecimiento profesional de todos. La delegación no solo mejora la productividad, siempre , (demostrado en multitud de estudios en empresas y con líderes remisos a delegar) sino que se crea un ambiente en el que además nos ven con más valores y nos aprecian más por la confianza que depositamos en ellos. Hay más unión, confianza y sentimiento de valía atribuido a los otros y con el consiguiente efecto también sobre la autoestima en los demás. Aprender a priorizar es tan esencial como delegar. Priorizar significa identificar qué actividades tienen mayor importancia y deben atenderse de inmediato, y cuáles pueden posponerse o incluso delegarse. A esto se le llama la trampa de la «urgencia constante». La priorización, junto con la delegación, se complementarán. Mientras que la delegación redistribuye la carga de trabajo, la priorización asegura que el tiempo se invierta en actividades de necesidad inmediata o alto valor. Técnicas como el método de Eisenhower, que clasifica las tareas en función de su urgencia e importancia, son las que más utilizo en la consulta cuando hablamos de priorizar Hay varias pero como digo, la que más me gusta es la Matriz de Eisenhower: Clasifica las actividades diarias en cuatro categorías: urgente e importante, importante pero no urgente, urgente pero no importante, y ni urgente ni importante. Incluso ves qué cosas pueden ser delegadas, pero lo fundamental es que implementarlas no solo mejora la productividad, sino también la calidad de vida del profesional. Priorizar es esencial para alcanzar un equilibrio entre el trabajo y el bienestar personal. 1. Conoce a tu equipo El primer paso para delegar de forma eficiente es conocer las habilidades y capacidades de cada miembro del equipo. Identifica fortalezas y experiencias previas 2. Define claramente las expectativas Cuando delegas, es imprescindible establecer metas y expectativas precisas. Proporciona instrucciones claras sobre los objetivos, plazos y criterios de éxito. Así se minimizan los malentendidos y se crean las bases para una comunicación abierta y honesta durante el proceso. 3. Empodera a tus colaboradores Delegar significa también dar la libertad y la responsabilidad a otros para tomar decisiones. Confía en sus capacidades. Al empoderar a tu equipo, fomentarás un sentido de pertenencia y motivación, lo que se traduce en un rendimiento superior y en un ambiente de trabajo más dinámico y proactivo. 4. Proporciona feedback constructivo El feedback es vital para el crecimiento tanto individual como colectivo. Asegúrate de reconocer los logros y, al mismo tiempo, identificar qué cosas se pueden mejorar. El feedback constructivo no solo ayuda a perfeccionar los procesos, sino que también refuerza el compromiso del equipo Beneficios a largo plazo de delegar y priorizar - Se agiliza la toma de decisiones y se fomenta la creatividad y la innovación en el equipo. -Reducción del estrés y burnout: Delegar efectivamente disminuye la sobrecarga laboral, lo que mejora la salud mental y física del profesional, permitiéndole rendir al máximo -Aumento de la productividad - Fortalecimiento del trabajo en equipo: Al compartir responsabilidades, se fomenta la colaboración y la autoconfianza. Cada uno asume un rol activo para el éxito del grupo. 1. Empieza por cosas pequeñas : No intentes delegar todas las tareas de inmediato. Identifica aquellos proyectos o actividades donde puedas probar el proceso y que veas que te vas sintiendo seguro y ve ajustando conforme obtengas resultados positivos. 2. Haz un inventario de tareas: Analiza tus actividades diarias y clasifícalas según su importancia y necesidad. 3. Reconoce y celebra los logros: Reconocer públicamente el trabajo bien hecho refuerza la moral del equipo 4. Esto te ayudará a gestionar de manera eficaz el tiempo y las tareas, y también te permitirá darle otro aire a la dinámica de tu equipo. Con cada mejora, sentirás que el estrés disminuye y la satisfacción laboral aumenta, creando un ciclo virtuoso de éxito y progreso, en ti y en quienes estás delegando! Es cierto que cuando una persona se sobrecarga, «por gusto» , necesidad, perfeccionismo….(todo controlable y modificable) y los demás lo perciben , también se produce un efecto de acomodación del grupo y se acostumbran a que el jefe , padre o madre haga todo, e incluso, en según qué casos, se hacen cosas no del todo bien para que no les den responsabilidades de ningún tipo. Así que ¡hala! ya puedes empezar a prácticar