Alemania ya tiene Gobierno: ¿qué traerá el nuevo canciller Merz? Esto cree Berenberg
Los conservadores de la CDU y los socialdemócratas del SPD han firmado su acuerdo de coalición, con lo que Alemania tiene nuevo Gobierno desde este 6 de mayo. Friedrich Merz será investido hoy nuevo canciller después de que en febrero su partido ganara las elecciones generales, tomando el relevo de Olaf Scholz. ¿Qué esperar de la nueva formación?

Fue a finales de febrero cuando el resultado de las elecciones alemanas dejó a la formación de centro-derecha CDU/CSU, liderada por Merz, con el 28,6% de los votos, superando a la formación de ultraderecha AfD, que logró hasta el 20,8%, situándose como segunda fuerza política. El perdedor fue el SPD (centro-izquierda) de Scholz, que cayó al 16,4%. Mientras, los Verdes (centro-izquierda) quedaron en cuarto lugar con el 11,6%, seguidos por La Izquierda, con el 8,8%.
Desde entonces se ha estado negociando la hoja de ruta para los próximos cuatro años, que finalmente ha quedado fijada en un contrato de coalición de 144 páginas y titulado "Responsabilidad para Alemania". Así, el país tendrá oficialmente un nuevo Gobierno que se centrará en temas como la política europea y exterior, controles de inmigración más estrictos, desregulación, digitalización y modernización del aparato estatal y una política energética más racional.
"El fin del vacío de poder en el corazón de Europa es, en sí mismo, un gran punto positivo", aseguran los expertos de Berenberg que, aunque no prevén una revolución política, sí creen que Merz "probablemente marcará la diferencia".
"Con sus firmes convicciones transatlánticas, proeuropeas y proucranianas, esperamos que implemente una política exterior más enérgica, mejore las relaciones, especialmente con Francia y Polonia, y tenga más posibilidades de entenderse con el presidente estadounidense Donald Trump. Su experiencia empresarial puede ayudarle en ese sentido, y a sacar a Alemania de sus casi cuatro años de estancamiento económico", dicen.
Como explican los analistas, tanto Merz como el nuevo ministro de finanzas, Lars Klingbeil, saben que su gobierno necesita tener éxito para frenar el ascenso de la AfD, de modo que no se acerque al poder en las próximas elecciones de principios de 2029. Y, para ello, necesitan reducir la inmigración irregular, reactivar la economía, mejorar el funcionamiento del Estado y plantar cara al presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Creen que si Merz aumenta el apoyo alemán a Ucrania y entrega los misiles Taurus más potentes a Kiev después de consultar con los aliados de la OTAN, "será una prueba temprana de su temple en política exterior". Además, Merz intentará colaborar estrechamente con sus socios europeos y la Comisión Europea, encabezada por Ursula von der Leyen, también de la CDU alemana.
"Sin embargo, no esperamos que suscriba eurobonos, salvo posiblemente para un fondo especial excepcional para la reconstrucción de Ucrania. La financiación permanente del gasto europeo mediante deuda común sigue siendo una línea roja para los conservadores alemanes. No obstante, parece probable que se produzcan avances modestos en la unión de los mercados de capitales y en otros asuntos", añaden.
En cuanto a las reformas para buscar el crecimiento económico, indican que el acuerdo de coalición incluye algunas reformas útiles en el ámbito de la oferta que ayudarán a aliviar la escasez de mano de obra, reducir el precio de la energía y modernizar la infraestructura con el tiempo.
"Esperamos que las reformas eleven el potencial de crecimiento anual a largo plazo del PIB real alemán por encima de su 0,4% actual. Sin embargo, sigue siendo una incógnita si el crecimiento tendencial se duplicará hasta el 0,8%, como esperábamos justo después de las elecciones. En su pacto de coalición, la CDU/CSU y el SPD habían superado en parte sus diferencias en materia de política económica financiando algunos de sus respectivos proyectos favoritos en lugar de establecer prioridades claras para el uso del dinero público. El acuerdo promete más subvenciones, pero solo identifica ahorros modestos", comentan.
En Berenberg también apuntan a que algunas cuestiones clave siguen sin resolverse: "La más importante es que el acuerdo no responde a la pregunta de cómo contener el peligroso aumento de los impuestos sobre la nómina para financiar el sistema social". Estos impuestos sobre la nómina han aumentado del 39,6% del salario bruto en 2020 a aproximadamente el 42% en la actualidad.
"Como es tradición, la CDU/CSU y el SPD han retrasado decisiones difíciles al encargar a comisiones que examinen primero estos asuntos. Sin reformas serias en los sistemas de salud, pensiones y atención a la tercera edad, que se encarecen cada vez más en una sociedad que envejece, el nuevo Gobierno podría volver a enfrentarse pronto a restricciones fiscales, a pesar del margen fiscal adicional para defensa e infraestructuras", afirman.
En este sentido, prevén que el polémico debate se reavive a finales de 2025, "lo cual promete ser ruidoso". Pero, como tanto Merz como Klingbeil saben que no les queda otra alternativa política que mantenerse unidos, ven probable que finalmente acuerden algunas reformas modestas para ahorrar costes, "tras un acalorado debate previo".
En comparación con la situación anterior, los analistas consideran que la agenda gubernamental mejorará las perspectivas económicas de Alemania y que, tras un estancamiento casi total este año, la economía alemana podría expandirse un 1,3% en 2026 y un 1,4% en 2027.
"Estas previsiones se basan en el supuesto de que Trump no intensifique aún más sus devastadoras guerras comerciales. A medida que aumente el daño de sus políticas comerciales en EEUU, esperamos que reduzca los aranceles adicionales a la Unión Europea del 20% al 10% tras las negociaciones en los próximos dos meses. De lo contrario, las perspectivas a corto plazo para la economía alemana serían significativamente más sombrías. Pero incluso en ese caso, las reformas internas alemanas deberían mejorar las perspectivas a largo plazo", aseguran.