13 El Pont de Suert – Àger

Una primera parte para olvidar y una segunda, entrando en la sierra del Montsec, espectacular. La subida al Collado de Ares ofrece unas vistas formidables. La calidad del aire ha traído observatorios astronómicos.

Abr 24, 2025 - 19:10
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13 El Pont de Suert – Àger

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De vuelta de mi dosis de románico de ayer, y tras dos noches en El Pont de Suert, hoy pedaleo la que va a ser penúltima etapa de esta ruta. Toca ir dirección sur hasta Áger, en plena Sierra del Montsec. Nada mmá comenzar llegamos a un cruce que, a la izquierda, lleva hacia La Pobla de Segur. Lo dejamos y seguimos para pegarnos al embalse de Escales. La carretera va jugando con la frontera entre Aragón y Catalunya. A los 13 kilómetros llego a la cabecera del embalse, tras un túnel. Un cartel indica que estamos a 823 metros de altitud. Pues vale.

Dejo atrás el pueblo de Sopeira, que tambiéntiene su embalse, aunque sea más pequeño que el de Escales. ¿Estamos en Galicia? No, aunque la toponimia engañe. En Sopeira presumen del Monasterio de Santa María de Alaón. Pertenece a la Orden de San Benito y el edificio actual es de estilo románico lombardo (no podemos decir catalán porque estamos en Huesca, ssshhh) de finales del siglo XI, aunque erigido sobre otro anterior de estilo visigótico del siglo VIII. Luego fue reedificado durante la época cluniacense.

Mala elección venir por esta carretera nacional. Mucho camión, poco arcén. Mucha policía, poca diversión: un error. Evidente. Así que ni fotos al embalse, ni fotos al tremendo congosto que cruzo ni nada de nada. Trece túneles después, el paisaje cambia y aparece la llanura de un ancho valle con campos de cereal.

Paro en un bar de carretera en Arén. Un ejército de currelas ingieren productos dopantes como si no hubiera un mañana. Mientras, una pareja de extranjeros flipa con la escena. Hoy también hace frío; no tanto como ayer (dos grados positivos, un gran progreso para la comunidad ciclista), pero viene bien una parada para volver a calentar manos y pies. Bueno, vamos de nuevo a la faena.

Hasta Puente de Montañana ruedo por tierras aragonesas. Sigo por la carretera general y cada vez más de mala hostia por la opción que he tomado. Bueno, ya se acaba. Quiero parar en el Hostal San isidro a tomar algo, que fue donde hice noche hace unos años cuando pedaleé en pleno invierno por la Sierra del Montsec. No está abierto. Otra vez será.

Dejo, por fin, Huesca para entrar en Lleida de nuevo. Que esto es la Volta a Lleida, que no se me olvide. Cruzo el río y entro en la segunda parte de la etapa de hoy, mucho más amena que el trazado de la carretera nacional por el que venía. Que sea la última, Julen.

Una carretera de cuarto orden me da la bienvenida. Pedaleo por un tramo que ya conozco hasta dejar a la izquierda el desvío que sube hacia La Clua. Estoy recorriendo una de las propuestas de gravel de la Montsec Bikepacking Loop.

La carretera asciende un poco y me deja en el Mirador de les Llúdrigues (nutrias en catalán), una espléndida atalaya sobre el Noguera Ribagorzana y con vistas a la Ermita de la Virgen del Congost y al Castillo de Xiriveta.

Es el momento de despidirse de este río. Me adentro en la sierra del Montsec. El Noguera Ribagorçana se ha encargado más adelante de formar el Congost de Mont Rebei, un desfiladero que ofrece paisajes espectaculares con paredes verticales. Bueno, para pared, ¿qué te parece esta que queda junto a mi camino?

En tanto zona de acceso al congost, se ven excursionistas. Veo a más de un holandés por la zona. No me digas por qué. Se ven autocaravanas y abajo en el río gente preparando sus piraguas. Ahí se quedan; tú y yo pal monte. Un zorro sale a saludarnos, pero enseguida se esconde, muy tímido. Es momento de quitar perneras, manguitos y la chaqueta de goretex. Hemos vuelto a la primavera en un abrir y cerrar de ojos. Me aplico crema protectora solar en buena cantidad. Ya que la hemos traído, la usamos, ¿no?

Vamos para Alsamora, un pequeño pueblo que pertenece al municipio de Sant Esteve de la Sarga y en el que destaca en lo alto una torre circular del siglo XI que formaba parte de un castillo.

Tiene una altura de casi 15 metros, divididos en cuatro espacios interiores. El grueso de sus muros es de unos 180 cm a los que hay que añadir un metro más en la parte inferior, que conserva parte del recubrimiento exterior. Se desconoce si este recubrimiento rodeaba totalmente la torre o sólo se realizó en la parte más baja, para una mejor defensa.

A la pobre torre se le hizo un buen boquete en su lado oeste. Cosas de la falta de mantenimiento. Eso sí, el pueblo, no me digáis cómo llegó a esta decisión, presume de su Monumento a la Mosca. Nuestros amigos de la Montsec Bikepacking Loop en su cuenta de Instragram lo explican de forma clara:

Sabes esa mosca que te sigue mientras estás subiendo una cuesta y no hay forma de dejarla atrás?

Pues en Alsamora le han hecho un monumento. La mosca Cojonera.

Sigo ascendiendo y me acerco hasta la ermita de la Mare de Déu de la Fabregada. Aunque hoy parece aislada, en su momento fue la parroquia del núcleo de población más importante que Sant Esteve de la Sarga. Es un templo pequeño, del siglo XII, de una sola nave, cubierta con una bóveda apuntada y una espadaña de dos ojos. Al este se añade un ábside semicircular. Se la ve un tanto solitaria, ahí al lado del camino, sin ninguna otra edificación a su alrededor.

La faena es que era mi punto de avituallamiento de agua, pero de la fuente no sale ni una gota. Y me quedan 600 metros de desnivel por subir… con medio bidón. Toca racionar.

Vuelvo unos pocos metros y tomo el desvío que se sube al coll d’Ares. Una señal advierte de que vamos por un camino rural y que nada de ir a más de 30 km/h. Tomo nota, tendré que contenerme y no sobrepasar esa velocidad en los casi 10 kilómetros de ascensión que me quedan. Me va a costar, pero vamos a ser legales, ¿no?

Vaya subidita me meto entre pecho y espalda. Me van a salir más de mil metros de desnivel acumulado de un tirón. El Port de la Bonaigua se lleva la fama, pero esta es otra buena bestia de puerto de montaña. No está mal. Eso sí, las vistas a los Pirineos, con sus cumbres nevadas, son un regalo para la vista.

Voy con los ojos puestos en cualquier reguero de agua. Nada de nada. Dejo a la derecha el acceso hasta un observatorio astronómico. Unas ovejas siguen a lo suyo ajenas a los avances de la ciencia en busca de conocer el cosmos. Lo suyo es que haya alimento para llevarse al buche.

Ya estoy casi arriba, con mi medio bidón desaparecido. Por fin, hago cumbre. Estoy cerca de una zona, Sant Alis, desde donde despegan vuelos en parapente. Se ven unos cuantos sobrevolando la zona. Me viene a la cabeza mi querido Tigaday, en la isla de El Hierro. Las vistas aquí arriba son tremendas. A un lado más Pirineos nevados, al otro Àger al fondo a lo lejos.

Yo continúo hacia la derecha. Ya todo lo que queda es bajada. Desde los 1.530 metros hay que descender hasta los 600 metros, donde me espera Àger. A disfrutar de estos quince kilómetros finales. Ahora bien, la pista, no te he comentado, tiene unos socavones de cuidado.

Ya bastante cerca de Àger, queda el Parque Astronómico del Montsec. Esta sierra es uno de los mejores lugares del mundo para hacer observación astronómica y disfrutar de la luz de las estrellas. De hecho, recibió en su día la calificación de destino turístico Starlight, que aplica a catorce municipios de la zona. Incluso once de ellos obtuvieron una distinción añadida, la de «Reserva Starlight», lo que significa «cielos excelentes».

El Parc Astronòmic del Montsec está situado en el municipio de Àger, en la comarca de la Noguera, en un lugar extraordinario considerado el mejor lugar para observar el cielo en Cataluña. Las escasas precipitaciones en forma de lluvia, la escasa contaminación lumínica y la altura, hacen de la Serra del Montsec el lugar idóneo para la instalación de un centro de referencia mundial en materia de astronomía.

Fuente: https://parcastronomic.cat/

Pues aquí tienes otra opción interesante, ¿no? El complejo cuenta con un edificio central, que presenta una exposición permanente interactiva dedicada a la astronomía y las ciencias espaciales, y otras dos instalaciones. El Ojo Central es «un planetario digital equipado con un sistema de proyección 3D full dome (o domo completo) que permite la recreación tanto del cielo actual como de cualquier época, así como la reproducción de películas en formato full dome que permiten mostrar a los visitantes aspectos diferentes a las puramente astronómicas […] en una cúpula de 12 metros de diámetro con las más altas prestaciones gracias al sistema 3D activo». Por último, el parque del telescopio es el espacio reservado específicamente para la observación del firmamento, tanto de noche como de día.

¿He podido entrar? Cerrado de lunes a jueves. De nada.

Un poco más abajo me encuentro con Cal Macioral, un alojamiento rural que acoge también una escuela de parapente. En un par de kilómetros más estoy entrando en Àger. Paro en un restaurante y me como una ensalada. Luego, voy derecho a mi alojamiento de hoy. La subida al collado d’Ares, casi sin agua que llevarme al gaznate, me ha dejado un tanto tocado. Hay que descansar.

Kilómetros totales hasta esta etapa: 829,6.

Metros de desnivel acumulado hasta esta etapa: 13.713.

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Fotografías de la ruta.

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