Un precónclave largo augura una rápida elección del Papa en las primeras votaciones
Mientras los técnicos del Vaticano están preparando la Capilla Sixtina , la prioridad de los cardenales durante el pre-cónclave es llegar a las votaciones con las ideas claras sobre lo que buscan y sobre todo con varios candidatos sólidos ya perfilados. Por eso, cuando se les pregunta dicen que necesitarán pocos escrutinios y que será un cónclave breve. «Hay una impresión de que será corto, dos o tres días, esa es la sensación que tenemos en el aula», explica el cardenal salvadoreño Gregorio Rosa Chávez , de 82 años. «Durará dos o tres días», le hace eco el Patriarca caldeo de Bagdad, Louis Raphael Sako . El cardenal iraquí, de 76 años, es el primero que reconoce que ya tiene «una idea muy clara» de quién es su candidato. «Pero no puedo decir su nombre», explica a los periodistas. «Hay espíritu de responsabilidad en las reuniones», asegura el purpurado. Rosa Chávez es más prudente. «Estamos de acuerdo en que no podemos dejar escapar la herencia que nos ha dejado Francisco . Todos los que intervienen hablan de continuidad, pero piensan en alguien que la viva con estilo y acento distinto», asegura. «Sigo discerniendo, hay que estar abiertos», explica el cardenal Jean-Claude Hollerich , de 66 años, considerado uno de los «grandes electores» del sector más reformista de la Iglesia. «No hemos terminado las reflexiones», dice, «pero en general hay apoyo a la línea del sínodo». Era el más sonriente este martes a la salida de la reunión de cardenales, -«Sonrío porque los cristianos somos felices, es normal». Asegura que las reuniones de cardenales son «animadas y serenas» pues «hay opiniones diversas, como es normal». «Estamos escuchando intervenciones muy buenas y profundas, es un placer escuchar. No son cansadas, son interesantes». El cardenal sueco Anders Arborelius , de 75 años, alerta de quien interpreta el cónclave «con gafas políticas» y piensa en «un Papa que siga su propia agenda política». «Mucha gente ha asumido el esquema político cuando miramos a la Iglesia, pero creo que el esquema derechas – izquierdas es típico del mundo occidental», explica en una entrevista con el medio de los obispos de EE.UU., CNS. «Creo que mucha gente siente que necesitamos a alguien con conciencia, alguien que no sólo busque acuerdos. Si queremos tener un mundo con paz y justicia, necesitamos a alguien que nos guíe, asegura. Según el cardenal John Ribat, de Papúa Nueva Guinea, «por ahora están interviniendo sobre todo europeos y latinoamericanos», y los africanos y asiáticos están siendo especialmente silenciosos. «Nos estamos conociendo unos a otros, y por eso dedicamos tiempo a hablar. La atmósfera es libre, abierta, Somos muy diferentes porque venimos de muchas culturas, regiones», describe. Dice que en las asambleas de cardenales no están señalando nombres propios sino describiendo «la Iglesia del futuro, los problemas que vemos, lo que nos gustaría, un Papa de un modo o de otro». Una de las propuestas que más citan es la que ha lanzado un cardenal mayor de 80 años de «un Papa abierto a todos, que recoja la herencia de Francisco, pero consciente de que las cosas deben hacerse de modo controlado, de modo ordenado». Este martes han participado en la congregación general 183 cardenales electores, de los que sólo 124 son electores. Han podido hablar públicamente sólo unos veinte, pero por la tarde muchos se han reunido con otros por su cuenta para continuar las reflexiones. Según el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni , han afrontado la situación de la Iglesia «en función de los desafíos que debe afrontar, en clave geográfica». Asegura que hablaron de cuestiones como la respuesta al «individualismo, al relativismo, la soledad y la necesidad de consuelo, o la responsabilidad para la construcción de la paz». A preguntas de los periodistas, ha asegurado que también se ha tocado la cuestión financiera, pero «sin afrontarla en términos específicos». «La impresión es que los cardenales jóvenes miran con interés las intervenciones de los purpurados veteranos», explica a ABC uno de los participantes. Este martes los cardenales electores recibieron algunas instrucciones sobre cómo se desarrollará operativamente el cónclave, y entre otras cosas se les recordó que no podrán llevar el teléfono móvil a la Capilla Sixtina. El próximo miércoles 7 deberán presentarse a partir de las siete de la mañana en Casa Santa Marta para ocupar su habitación. Desde allí, partirán juntos rumbo a San Pedro para la «misa por la elección del Papa» que comenzará a las 10, y por la tarde saldrán en procesión desde la Capilla Paulina rumbo a la Sixtina. Poco después de las cinco de la tarde se escuchará el «Extra omnes» y empezarán a votar. A día de hoy, para ser elegido Papa será necesario recibir 89 votos, pues han confirmado que participarán 133 cardenales electores. El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, anunció que dos purpurados han renunciado por motivos de salud, en referencia al español Antonio Cañizares Llovera , arzobispo emérito de Valencia, y
Mientras los técnicos del Vaticano están preparando la Capilla Sixtina , la prioridad de los cardenales durante el pre-cónclave es llegar a las votaciones con las ideas claras sobre lo que buscan y sobre todo con varios candidatos sólidos ya perfilados. Por eso, cuando se les pregunta dicen que necesitarán pocos escrutinios y que será un cónclave breve. «Hay una impresión de que será corto, dos o tres días, esa es la sensación que tenemos en el aula», explica el cardenal salvadoreño Gregorio Rosa Chávez , de 82 años. «Durará dos o tres días», le hace eco el Patriarca caldeo de Bagdad, Louis Raphael Sako . El cardenal iraquí, de 76 años, es el primero que reconoce que ya tiene «una idea muy clara» de quién es su candidato. «Pero no puedo decir su nombre», explica a los periodistas. «Hay espíritu de responsabilidad en las reuniones», asegura el purpurado. Rosa Chávez es más prudente. «Estamos de acuerdo en que no podemos dejar escapar la herencia que nos ha dejado Francisco . Todos los que intervienen hablan de continuidad, pero piensan en alguien que la viva con estilo y acento distinto», asegura. «Sigo discerniendo, hay que estar abiertos», explica el cardenal Jean-Claude Hollerich , de 66 años, considerado uno de los «grandes electores» del sector más reformista de la Iglesia. «No hemos terminado las reflexiones», dice, «pero en general hay apoyo a la línea del sínodo». Era el más sonriente este martes a la salida de la reunión de cardenales, -«Sonrío porque los cristianos somos felices, es normal». Asegura que las reuniones de cardenales son «animadas y serenas» pues «hay opiniones diversas, como es normal». «Estamos escuchando intervenciones muy buenas y profundas, es un placer escuchar. No son cansadas, son interesantes». El cardenal sueco Anders Arborelius , de 75 años, alerta de quien interpreta el cónclave «con gafas políticas» y piensa en «un Papa que siga su propia agenda política». «Mucha gente ha asumido el esquema político cuando miramos a la Iglesia, pero creo que el esquema derechas – izquierdas es típico del mundo occidental», explica en una entrevista con el medio de los obispos de EE.UU., CNS. «Creo que mucha gente siente que necesitamos a alguien con conciencia, alguien que no sólo busque acuerdos. Si queremos tener un mundo con paz y justicia, necesitamos a alguien que nos guíe, asegura. Según el cardenal John Ribat, de Papúa Nueva Guinea, «por ahora están interviniendo sobre todo europeos y latinoamericanos», y los africanos y asiáticos están siendo especialmente silenciosos. «Nos estamos conociendo unos a otros, y por eso dedicamos tiempo a hablar. La atmósfera es libre, abierta, Somos muy diferentes porque venimos de muchas culturas, regiones», describe. Dice que en las asambleas de cardenales no están señalando nombres propios sino describiendo «la Iglesia del futuro, los problemas que vemos, lo que nos gustaría, un Papa de un modo o de otro». Una de las propuestas que más citan es la que ha lanzado un cardenal mayor de 80 años de «un Papa abierto a todos, que recoja la herencia de Francisco, pero consciente de que las cosas deben hacerse de modo controlado, de modo ordenado». Este martes han participado en la congregación general 183 cardenales electores, de los que sólo 124 son electores. Han podido hablar públicamente sólo unos veinte, pero por la tarde muchos se han reunido con otros por su cuenta para continuar las reflexiones. Según el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni , han afrontado la situación de la Iglesia «en función de los desafíos que debe afrontar, en clave geográfica». Asegura que hablaron de cuestiones como la respuesta al «individualismo, al relativismo, la soledad y la necesidad de consuelo, o la responsabilidad para la construcción de la paz». A preguntas de los periodistas, ha asegurado que también se ha tocado la cuestión financiera, pero «sin afrontarla en términos específicos». «La impresión es que los cardenales jóvenes miran con interés las intervenciones de los purpurados veteranos», explica a ABC uno de los participantes. Este martes los cardenales electores recibieron algunas instrucciones sobre cómo se desarrollará operativamente el cónclave, y entre otras cosas se les recordó que no podrán llevar el teléfono móvil a la Capilla Sixtina. El próximo miércoles 7 deberán presentarse a partir de las siete de la mañana en Casa Santa Marta para ocupar su habitación. Desde allí, partirán juntos rumbo a San Pedro para la «misa por la elección del Papa» que comenzará a las 10, y por la tarde saldrán en procesión desde la Capilla Paulina rumbo a la Sixtina. Poco después de las cinco de la tarde se escuchará el «Extra omnes» y empezarán a votar. A día de hoy, para ser elegido Papa será necesario recibir 89 votos, pues han confirmado que participarán 133 cardenales electores. El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, anunció que dos purpurados han renunciado por motivos de salud, en referencia al español Antonio Cañizares Llovera , arzobispo emérito de Valencia, y probablemente al keniano John Njue , arzobispo emérito de Nairobi.
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