Un año de cuidados, dos semanas de exuberancia: los Patios de Córdoba a punto de abrir las puertas
Un año en los patios de Córdoba significa más que 365 días. Es también el tiempo en que se suceden días de gran calor, tardes que se acortan, lluvias intermitentes, grandes temporales y madrugadas frías, y es el tiempo en que las plantas van notándolo y adaptándose. Pierden las flores, luchan por sobrevivir, quedan latentes , a veces tienen que reponerse porque también les afecta el ciclo de la vida y cuando vuelve mayo, la época en que reciben otra vez a las visitas, ya despliegan el abanico de colores con que asombrarán a quienes crucen los umbrales de las casas. Los que miren, señalen y se fijen deben entonces saber que lo que ahora se pone delante de los sentidos es el resultado de 365 días en que el clima y ante todo el cuidado de las personas que se ocupan permite que ante ellos se desplieguen castizos geranios y gitanillas , naranjos en espaldera, cándidas centáureas, exóticas especies como el calistemon, exuberantes buganvillas, rosas delicadas y esparragueras en torno a los pozos. Todos pasaron por el calor y las lluvias torrenciales en este año en que terminó la última sequía . Abren los Patios de Córdoba, desde hace décadas la fiesta más identificativa de la ciudad, y los propietarios tienen todo dispuesto para empezar a recibir visitantes de una cita que no ha dejado de crecer y evolucionar en los últimos años, y que el año pasado reunieron a casi de 818.000 visitas con la media diaria más alta de la historia: 75.000 personas entre sus once días. En esta ocasión serán catorce a partir de este lunes 5 y hasta el domingo 18. El Ayuntamiento de Córdoba , organizador del concurso, no ha hecho hincapié en lo numérico, porque la cifra de visitantes ya es alta y un exceso no sería precisamente símbolo de éxito, sino en la calidad y en la organización. En la edición de 2025 de la Fiesta de los Patios de Córdoba hay 63 recintos abiertos, de los que 52 toman parte en el concurso y otros 11 pertenecen a instituciones públicas y privadas. Los primeros permanecerán abiertos cada día de 11.00 a 14.00 y de 18.00 a 22.00 horas, aunque siempre sujetos a un aforo máximo . Los controladores , una figura que se ha hecho imprescindible para la gestión de salidas y entradas en los últimos años, se encargarán de dar paso o de pedir que se espere. Para este año el Ayuntamiento ha reducido el número de rutas, que pasan a cinco. La primera, Santa Marina-San Agustín, se denominará Ruta Carbonell , porque el grupo Deoleo, al que pertenece esta marca, es patrocinador de la cita. Será una ruta, eso sí, en la que se han caído algunos patios significativos, como el de la calle Chaparro o los de la calle Parras. Hace unos años había tres, el año pasado sólo quedaba abierto uno de ellos y en esta ocasión el histórico recinto tampoco estará presente en el concurso. Se echará en falta además al de la plaza de Las Tazas , uno de los mayor tamaño y variedad de plantas y flores, y al de Pedro Fernández, 6. La ruta Regina-Realejo había quedado en cuatro patios y desaparece para que se integren el resto. Por contra, se suman patios que no habían estado en las últimas ediciones: Guzmanas, 4; Jesús del Calvario, 16; Custodio, 5, y Montero, 27. Algunos son veteranos que vuelven a las andadas y otros debutarán en un certamen en que todos dejan huella con un detalle , una flor o un elemento de arquitectura que queda llamando la atención. Son las rutas con que el Ayuntamiento siempre hace más fácil la fiesta para quienes quieren adentrarse en su esencia, pero ante todo cada uno, sobre todo los cordobeses que conocen bien la ciudad, puede hacerlo según su voluntad de recorrer las calles, porque es la de los Patios. Sí que hay una nueva categoría para los premios. Este año a los de Arquitectura Antigua y Arquitectura Moderna se suman los patios conventuales, que estuvieron presentes en el concurso desde los primeros tiempos, pero que se habían perdido. Hace pocos años se reabrió el del monasterio de jerónimas de Santa Marta , con la ayuda de la hermandad de la Misericordia, y en esta ocasión se suman el Colegio de la Piedad, el convento de Santa Cruz en la calle Agustín Moreno y el de las Carmelitas Descalzas de Santa Ana. Si la fiesta de los Patios de Córdoba es convivencia y latido, por los que viven en torno a ellos sean vecinos o miembros de una misma familia, también es válido para las comunidades de religiosas . En todos esos lugares se vivían ayer los preparativos. Los Patios de Córdoba existen todo el año y sus plantas no son postizos que salen a la luz cuando llega mayo para regresar enseguida al lugar del que salieron. Tal vez algunas sean de temporada, pero la mayor parte son árboles y especies que se cuidan, mantienen, abonan, podan y riegan en la época en que nadie visita los patios para que al llegar el quinto mes del año estén radiantes. Por eso lo de este domingo eran los últimos toques: el momento en que se barren los restos de una rama quemada que hubo que quitar, la retirada de una flor seca, el repaso a la cal si hubo algún
Un año en los patios de Córdoba significa más que 365 días. Es también el tiempo en que se suceden días de gran calor, tardes que se acortan, lluvias intermitentes, grandes temporales y madrugadas frías, y es el tiempo en que las plantas van notándolo y adaptándose. Pierden las flores, luchan por sobrevivir, quedan latentes , a veces tienen que reponerse porque también les afecta el ciclo de la vida y cuando vuelve mayo, la época en que reciben otra vez a las visitas, ya despliegan el abanico de colores con que asombrarán a quienes crucen los umbrales de las casas. Los que miren, señalen y se fijen deben entonces saber que lo que ahora se pone delante de los sentidos es el resultado de 365 días en que el clima y ante todo el cuidado de las personas que se ocupan permite que ante ellos se desplieguen castizos geranios y gitanillas , naranjos en espaldera, cándidas centáureas, exóticas especies como el calistemon, exuberantes buganvillas, rosas delicadas y esparragueras en torno a los pozos. Todos pasaron por el calor y las lluvias torrenciales en este año en que terminó la última sequía . Abren los Patios de Córdoba, desde hace décadas la fiesta más identificativa de la ciudad, y los propietarios tienen todo dispuesto para empezar a recibir visitantes de una cita que no ha dejado de crecer y evolucionar en los últimos años, y que el año pasado reunieron a casi de 818.000 visitas con la media diaria más alta de la historia: 75.000 personas entre sus once días. En esta ocasión serán catorce a partir de este lunes 5 y hasta el domingo 18. El Ayuntamiento de Córdoba , organizador del concurso, no ha hecho hincapié en lo numérico, porque la cifra de visitantes ya es alta y un exceso no sería precisamente símbolo de éxito, sino en la calidad y en la organización. En la edición de 2025 de la Fiesta de los Patios de Córdoba hay 63 recintos abiertos, de los que 52 toman parte en el concurso y otros 11 pertenecen a instituciones públicas y privadas. Los primeros permanecerán abiertos cada día de 11.00 a 14.00 y de 18.00 a 22.00 horas, aunque siempre sujetos a un aforo máximo . Los controladores , una figura que se ha hecho imprescindible para la gestión de salidas y entradas en los últimos años, se encargarán de dar paso o de pedir que se espere. Para este año el Ayuntamiento ha reducido el número de rutas, que pasan a cinco. La primera, Santa Marina-San Agustín, se denominará Ruta Carbonell , porque el grupo Deoleo, al que pertenece esta marca, es patrocinador de la cita. Será una ruta, eso sí, en la que se han caído algunos patios significativos, como el de la calle Chaparro o los de la calle Parras. Hace unos años había tres, el año pasado sólo quedaba abierto uno de ellos y en esta ocasión el histórico recinto tampoco estará presente en el concurso. Se echará en falta además al de la plaza de Las Tazas , uno de los mayor tamaño y variedad de plantas y flores, y al de Pedro Fernández, 6. La ruta Regina-Realejo había quedado en cuatro patios y desaparece para que se integren el resto. Por contra, se suman patios que no habían estado en las últimas ediciones: Guzmanas, 4; Jesús del Calvario, 16; Custodio, 5, y Montero, 27. Algunos son veteranos que vuelven a las andadas y otros debutarán en un certamen en que todos dejan huella con un detalle , una flor o un elemento de arquitectura que queda llamando la atención. Son las rutas con que el Ayuntamiento siempre hace más fácil la fiesta para quienes quieren adentrarse en su esencia, pero ante todo cada uno, sobre todo los cordobeses que conocen bien la ciudad, puede hacerlo según su voluntad de recorrer las calles, porque es la de los Patios. Sí que hay una nueva categoría para los premios. Este año a los de Arquitectura Antigua y Arquitectura Moderna se suman los patios conventuales, que estuvieron presentes en el concurso desde los primeros tiempos, pero que se habían perdido. Hace pocos años se reabrió el del monasterio de jerónimas de Santa Marta , con la ayuda de la hermandad de la Misericordia, y en esta ocasión se suman el Colegio de la Piedad, el convento de Santa Cruz en la calle Agustín Moreno y el de las Carmelitas Descalzas de Santa Ana. Si la fiesta de los Patios de Córdoba es convivencia y latido, por los que viven en torno a ellos sean vecinos o miembros de una misma familia, también es válido para las comunidades de religiosas . En todos esos lugares se vivían ayer los preparativos. Los Patios de Córdoba existen todo el año y sus plantas no son postizos que salen a la luz cuando llega mayo para regresar enseguida al lugar del que salieron. Tal vez algunas sean de temporada, pero la mayor parte son árboles y especies que se cuidan, mantienen, abonan, podan y riegan en la época en que nadie visita los patios para que al llegar el quinto mes del año estén radiantes. Por eso lo de este domingo eran los últimos toques: el momento en que se barren los restos de una rama quemada que hubo que quitar, la retirada de una flor seca, el repaso a la cal si hubo algún lugar que quedó menos lucido que el resto. También la limpieza de los portales, que tendrá que repetirse todos los días para que quien llegue, aunque tenga que fijarse sobre todo en el patio, repare en que toda la casa es lo que deslumbra con el amor que se ha puesto en lo que se muestra. Como pasa con cualquier fiesta con mucho éxito, habrá que controlar la afluencia, que ha sido muy grande en los últimos años, incluso antes de la declaración como Patrimonio Inmaterial por la Unesco. Por eso el Ayuntamiento espera tener tiempo para desmontar las cámaras que han servido para las Cruces e instalarlas en San Basilio, y que cuentan con elementos de Inteligencia Artificial para analizar los datos y ver en qué lugar hay más aglomeraciones. Será lo de menos: quienes disfruten de los patios sabrán que lo más importante que tengan por delante será la sensación del tiempo detenido ante sus flores y arquitectura.
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