¿Turismo en medio del chapopote? Playa Sol amaneció contaminada y aún así abierta
En vez de brisa marina y arena limpia, este domingo la costa de Playa Sol en Paraíso, Tabasco, amaneció con un fuerte olor a hidrocarburo. Una sustancia negra, viscosa y peligrosa (presuntamente chapopote) cubrió parte de la playa, obligando a las autoridades a izar la bandera negra: señal máxima de alerta ambiental. Sin embargo, la […]

En vez de brisa marina y arena limpia, este domingo la costa de Playa Sol en Paraíso, Tabasco, amaneció con un fuerte olor a hidrocarburo. Una sustancia negra, viscosa y peligrosa (presuntamente chapopote) cubrió parte de la playa, obligando a las autoridades a izar la bandera negra: señal máxima de alerta ambiental. Sin embargo, la advertencia no fue suficiente para frenar la actividad turística y recreativa. Palapas abiertas, estacionamiento gratuito y familias enteras paseando entre los residuos petroleros. ¿Cómo llegamos a este punto donde la alerta ambiental convive con las selfies frente al mar?
Bandera negra en Playa Sol: un derrame que alarma
Playa Sol no es cualquier playa. Está a solo seis kilómetros de la refinería Olmeca “Dos Bocas”, una de las obras insignia del actual gobierno federal. La cercanía ha levantado sospechas entre pescadores y habitantes locales, quienes ya han reportado incidentes similares en el pasado. En agosto de 2024, la misma playa fue cerrada por otro derrame. Esta vez, las autoridades colocaron bandera negra, pero no cerraron completamente el acceso a la playa, generando confusión y críticas. A pesar del riesgo ambiental, el Ayuntamiento de Paraíso aseguró que el acceso a las palapas y el estacionamiento sería gratuito, fomentando indirectamente la permanencia de visitantes. Sí, había chapopote, pero también música, sombrillas y paseos familiares. Un contraste tan surrealista como preocupante.
Impacto directo en el medio ambiente y los pescadores
La contaminación por hidrocarburos no es un problema menor: afecta a la biodiversidad marina, al turismo y a la pesca local. Los más afectados por este derrame han sido, sin duda, los pescadores. En redes sociales y medios locales, varios denunciaron pérdidas económicas, ya que no pueden salir a faenar. No hay claridad sobre cuánto tiempo estarán detenidas sus actividades ni si recibirán apoyo por los daños. Y aunque el Ayuntamiento afirma estar en comunicación con Pemex y dependencias estatales y federales para atender la emergencia, hasta ahora Pemex no ha emitido un posicionamiento oficial. La falta de transparencia solo aumenta la incertidumbre en la comunidad.
¿Por qué el chapopote es tan peligroso?
El chapopote (también conocido como asfalto natural o bitumen) es un residuo del petróleo altamente tóxico. Puede causar irritaciones en la piel, afectar las vías respiratorias por su olor fuerte, e impactar gravemente la vida marina: peces, aves, moluscos y plantas. En el agua, se adhiere a todo lo que toca. En la arena, permanece durante días o semanas si no se limpia adecuadamente. Además, su presencia puede ser un síntoma de fugas o vertidos cercanos a instalaciones petroleras, lo que levanta aún más sospechas sobre la posible relación con Dos Bocas. Si bien no hay pruebas contundentes todavía, la historia reciente no juega a favor de la refinería.
Turismo vs. salud: ¿por quéno se cerró completamente Playa Sol?
La decisión de mantener abierta Playa Sol para la recreación, a pesar de la alerta ambiental, revela una preocupante contradicción en la gestión del espacio público. Por un lado, se iza la bandera negra (señal de prohibición total de ingreso al mar), y por otro se promueve la visita familiar con beneficios como acceso gratuito. Esto, lejos de informar con claridad, confunde y normaliza el contacto con contaminantes peligrosos. La falta de acciones contundentes y mensajes claros puede poner en riesgo la salud pública y el ecosistema costero. ¿Qué pasaría si un niño juega en la arena contaminada? ¿O si alguien entra al agua sin saber los riesgos?
¿Y ahora qué?
Por ahora, las autoridades han iniciado labores de limpieza y monitoreo. Pero el daño ya está hecho: la imagen de una playa paradisiaca cubierta de chapopote es difícil de borrar, y la confianza en el manejo ambiental en la región está más cuestionada que nunca. El caso de Playa Sol nos deja una lección importante: no se puede minimizar una emergencia con estacionamiento gratis y sombrillas. La salud del ecosistema (y de las personas) debe estar por encima de cualquier interés político o turístico.