Treinta años buscando sede estable e idónea: los músicos de la Orquesta de Córdoba rechazan el cine Osio
Un moderno auditorio en el Palacio del Sur , un espacio en el Teatro Góngora, otro auditorio, ya exento, en la zona de Miraflores y, al final, también el cine Osio , en la plaza de Cañero. Si para el 35 aniversario de la Orquesta de Córdoba , dentro de dos años, alguien plantea un libro o publicación y piensa en un capítulo con las sedes de la Orquesta de Córdoba sólo podría reunir un rosario de proyectos que nunca se llevaron a cabo y que fueron la respuesta a una petición constante, casi desde la primera vez: la formación sinfónica, referente en la ciudad, no tiene un local fijo y adecuado para ensayar y para el trabajo de sus músicos. El hipotético artículo tendría que llenarse con maquetas que no se hicieron y con solares en los que jamás se construyó nada, y dos solas imágenes reales: la sala de telares del Gran Teatro, el lugar para ensayar que nunca gustó a los músicos por no ser apropiado para su trabajo, y la Sala Polifemo , en el Teatro Góngora , desde hace algunos años. No hay por el momento un horizonte cercano para el momento en que la institución cultural, nacida en 1992 y desde entonces uno de los grandes hitos en la cultura de Córdoba por su impacto en la oferta musical y por su labor pedagógica y formativa, tenga lo que los músicos han reclamado desde el principio, desde el momento en que la dirigía Leo Brouwer . Por comenzar por el final, la última oferta era la del cine Osio, en el corazón del barrio de Cañero . El edificio es de propiedad municipal y había tenido algunos usos culturales y sociales en los últimos años, pero ya estaba muy deteriorado. El primer paso para restaurarlo lo dio en el mandato anterior la Gerencia Municipal de Urbanismo, bajo el impuso de Salvador Fuentes : se invirtieron más de 650.000 euros en una obra que debía terminar con las humedades , arreglar una cornisa y evitar los desprendimientos. También, y ahí ya se percibían cambios, crear una caja escénica para el uso cultural. La obra, que tenía que crear un recinto cultural para 450 espectadores , ya avanzaba el futuro: en la campaña electoral de la primavera de aquel año 2023, el alcalde y candidato popular a la reelección, José María Bellido, se comprometió a terminar la recuperación del antiguo cine Osio y entregarlo a la Orquesta de Córdoba para que fuera su sede estable y definitiva. Allí los músicos podrían ensayar, cuando tuvieran condiciones apropiadas, estaría la sede administrativa y todos los trabajadores del consorcio , y se llevaría a cabo todo el trabajo excepto los conciertos, que seguirían siendo en el Gran Teatro como gran espacio cultural de la ciudad. Fue un acuerdo de Bellido con el entonces gerente del Consorcio Orquesta de Córdoba, Daniel Broncano , que también debía sortear la posición de los vecinos, que pensaban que el cine Osio debía tener sobre todo uso vecinal, para las actividades sociales y culturales de la zona suroriental de Córdoba. Pero el caso es que tampoco los músicos lo terminan de ver con buenos ojos. Es más, el Ayuntamiento tiene el proceso atrasado. La G erencia Municipal de Urbanismo no contempla en sus presupuestos para 2025 ninguna actuación en el cine Osio, que ahora tendría que empezar por la redacción de un proyecto básico, de uno de ejecución y finalmente por la obra, todo ello con sus correspondientes licitaciones, adjudicaciones y contratos. Pero hay otro problema, y es que en el seno de la formación tampoco acaba de gustar el proyecto del cine Osio, por muchas cosas. En primer lugar, por el hecho de que la idea que más les gusta es la de que la sede de la institución para el ensayo y el trabajo diario. Si se hace en Cañero y los conciertos continúan en el Gran Teatro el presupuesto de la Orquesta de Córdoba, que no es demasiado alto, tiene que afrontar el transporte de sillas, atriles y algunos instrumentos de mucho tamaño, como las percusiones, timbales o contrabajos, entre otros muchos. Lo explican el presidente del comité de empresa, Pau Rodríguez , y otro de sus miembros, Saverio Ruggieri , que aseguran que la idea del Cine Osio no acaba de satisfacer a los músicos. Ahora la Orquesta de Córdoba está repartida entre tres lugares. Los ensayos se hacen en el Teatro Góngora, en la Sala Polifemo, que tiene unas prestaciones superiores a las de la sala de telares, pero los conciertos son en el Gran Teatro, y allí es necesario el transporte de muchos de los elementos necesarios para los conciertos. Tampoco allí, como aseguran, las condiciones son las mejores, porque la acústica no es buena y la concha, costeada por el propio consorcio hace algunos años, mejora en algo, pero no lo suficiente. «Nos gustaría llevar a los abonados más veteranos a algunos lugares en que tocamos con mejores condiciones acústicas, para que conozcan cómo puede ser nuestro sonido», dice Saverio Ruggieri. Ahí la situación entronca con otro problema histórico de la Orquesta de Córdoba, y es la descompensación de la plantilla, de forma que los instrumentistas de viento metal son en proporción
Un moderno auditorio en el Palacio del Sur , un espacio en el Teatro Góngora, otro auditorio, ya exento, en la zona de Miraflores y, al final, también el cine Osio , en la plaza de Cañero. Si para el 35 aniversario de la Orquesta de Córdoba , dentro de dos años, alguien plantea un libro o publicación y piensa en un capítulo con las sedes de la Orquesta de Córdoba sólo podría reunir un rosario de proyectos que nunca se llevaron a cabo y que fueron la respuesta a una petición constante, casi desde la primera vez: la formación sinfónica, referente en la ciudad, no tiene un local fijo y adecuado para ensayar y para el trabajo de sus músicos. El hipotético artículo tendría que llenarse con maquetas que no se hicieron y con solares en los que jamás se construyó nada, y dos solas imágenes reales: la sala de telares del Gran Teatro, el lugar para ensayar que nunca gustó a los músicos por no ser apropiado para su trabajo, y la Sala Polifemo , en el Teatro Góngora , desde hace algunos años. No hay por el momento un horizonte cercano para el momento en que la institución cultural, nacida en 1992 y desde entonces uno de los grandes hitos en la cultura de Córdoba por su impacto en la oferta musical y por su labor pedagógica y formativa, tenga lo que los músicos han reclamado desde el principio, desde el momento en que la dirigía Leo Brouwer . Por comenzar por el final, la última oferta era la del cine Osio, en el corazón del barrio de Cañero . El edificio es de propiedad municipal y había tenido algunos usos culturales y sociales en los últimos años, pero ya estaba muy deteriorado. El primer paso para restaurarlo lo dio en el mandato anterior la Gerencia Municipal de Urbanismo, bajo el impuso de Salvador Fuentes : se invirtieron más de 650.000 euros en una obra que debía terminar con las humedades , arreglar una cornisa y evitar los desprendimientos. También, y ahí ya se percibían cambios, crear una caja escénica para el uso cultural. La obra, que tenía que crear un recinto cultural para 450 espectadores , ya avanzaba el futuro: en la campaña electoral de la primavera de aquel año 2023, el alcalde y candidato popular a la reelección, José María Bellido, se comprometió a terminar la recuperación del antiguo cine Osio y entregarlo a la Orquesta de Córdoba para que fuera su sede estable y definitiva. Allí los músicos podrían ensayar, cuando tuvieran condiciones apropiadas, estaría la sede administrativa y todos los trabajadores del consorcio , y se llevaría a cabo todo el trabajo excepto los conciertos, que seguirían siendo en el Gran Teatro como gran espacio cultural de la ciudad. Fue un acuerdo de Bellido con el entonces gerente del Consorcio Orquesta de Córdoba, Daniel Broncano , que también debía sortear la posición de los vecinos, que pensaban que el cine Osio debía tener sobre todo uso vecinal, para las actividades sociales y culturales de la zona suroriental de Córdoba. Pero el caso es que tampoco los músicos lo terminan de ver con buenos ojos. Es más, el Ayuntamiento tiene el proceso atrasado. La G erencia Municipal de Urbanismo no contempla en sus presupuestos para 2025 ninguna actuación en el cine Osio, que ahora tendría que empezar por la redacción de un proyecto básico, de uno de ejecución y finalmente por la obra, todo ello con sus correspondientes licitaciones, adjudicaciones y contratos. Pero hay otro problema, y es que en el seno de la formación tampoco acaba de gustar el proyecto del cine Osio, por muchas cosas. En primer lugar, por el hecho de que la idea que más les gusta es la de que la sede de la institución para el ensayo y el trabajo diario. Si se hace en Cañero y los conciertos continúan en el Gran Teatro el presupuesto de la Orquesta de Córdoba, que no es demasiado alto, tiene que afrontar el transporte de sillas, atriles y algunos instrumentos de mucho tamaño, como las percusiones, timbales o contrabajos, entre otros muchos. Lo explican el presidente del comité de empresa, Pau Rodríguez , y otro de sus miembros, Saverio Ruggieri , que aseguran que la idea del Cine Osio no acaba de satisfacer a los músicos. Ahora la Orquesta de Córdoba está repartida entre tres lugares. Los ensayos se hacen en el Teatro Góngora, en la Sala Polifemo, que tiene unas prestaciones superiores a las de la sala de telares, pero los conciertos son en el Gran Teatro, y allí es necesario el transporte de muchos de los elementos necesarios para los conciertos. Tampoco allí, como aseguran, las condiciones son las mejores, porque la acústica no es buena y la concha, costeada por el propio consorcio hace algunos años, mejora en algo, pero no lo suficiente. «Nos gustaría llevar a los abonados más veteranos a algunos lugares en que tocamos con mejores condiciones acústicas, para que conozcan cómo puede ser nuestro sonido», dice Saverio Ruggieri. Ahí la situación entronca con otro problema histórico de la Orquesta de Córdoba, y es la descompensación de la plantilla, de forma que los instrumentistas de viento metal son en proporción más numerosos que los de cuerda , lo que obliga a un sonido que no siempre es el deseable. La administración y el archivo, que una orquesta de ese tamaño es importante por albergar todas las partituras , está ahora en el edificio Pedro López de Alba, el antiguo Rectorado de la Universidad de Córdoba, en la calle Alfonso XIII. La idea de los músicos sigue siendo la de una sede única , donde pueda centralizarse todo el trabajo, pero además creen que el cine Osio no sería apropiado por la propia relación con los vecinos, que siempre han defendido otros usos, que lo han adecentado en lo que podían para ciertos actos y que se verían privados. Cualquier uso compartido con ellos no sería apropiado. Así que su propuesta pasa por un auditorio, en que se puedan ofrecer sus conciertos a unas condiciones adecuadas, estén todas sus instalaciones e incluso, como apunta Pau Rodríguez, se pueda abrir a otras instituciones musicales, «como el coro Ziryab , el coro de ópera de Córdoba» y muchas otras formaciones de alta calidad, que tendrían las puertas abiertas. «Somos conscientes de que nos jubilaremos sin verlo, pero sería una semilla que podríamos dejar para el futuro de Córdoba», insiste. El saldo final será que la Orquesta de Córdoba continuará sin la sede que ayudaría mucho a su funcionamiento. En el último cuarto de siglo, la petición de una sede ha sido constante y también los proyectos que no se concretaban. En la primera década del siglo XXI , cuando la formación sinfónica celebraba sus primeros diez años de vida y no paraba de crecer. Era el momento en que se llegaron a agotar los abonos para asistir al ciclo de doce conciertos de cada temporada regular y hubo incluso que realizar un ciclo B para satisfacer la demanda que había entre un público cada vez mayor. No había mejor momento para solicitar mejoras, tanto en la sede como en el resto de asignaturas pendientes: la mejora de la plantilla, con músicos que reforzasen distintas cuerdas instrumentales, y la mejora del equipamiento en general. El horizonte entonces era el Palacio del Sur, el recinto futurista para grandes, congresos, exposiciones y actividades culturales que tenía que construirse en la zona de Miraflores . Este lugar, con el nuevo puente y el Centro de Creación Contemporánea de Andalucía también en un horizonte que parecía cercano, tenía que ser el centro de una nueva Córdoba casi futurista, con arquitectura de vanguardia y un concepto distinto al patrimonial. El proyecto que había planteado el arquitecto neerlandés Rem Koolhaas se elevó a un presupuesto inalcanzable para la fórmula que el Ayuntamiento que presidía Rosa Aguilar, y que era la de que una empresa privada, Ferrovial , fuese la encargada de la obra y de financiarla a cambio de gestionar el recinto de congresos. En septiembre de 2007, por ejemplo, el socialista Rafael Blanco era recién llegado concejal de Cultura en el Gobierno de coalición con Izquierda Unida y cuando Córdoba soñaba con ser Capital Europea de la Cultura para 2016, y ya hablaba de un auditorio para 1.500 personas, con capacidad de ampliación y una sala adaptable a 600 personas más. Superaba en más de un 50 por ciento al Gran Teatro y requería una fuerte inversión, pero la negativa de Ferrovial a realizar el proyecto lo condenó al olvido. A partir de entonces comenzó a hablarse del Teatro Góngora, que afrontaba los últimos meses de su conversión de cine a espacio escénico. Las instalaciones auxiliares podían ser las mejores para los ensayos, y de hecho los músicos continúan trabajando allí, mientras que el escenario y la acústica también tenían buenas condiciones. El único problema era el público, pero entre los músicos de entonces se llegó a plantear la idea de doblar todo el ciclo de abono para poder atender a toda la demanda. En otro momento se habló también de un recinto que se iba a construir en el solar de Miraflores , en la parte que quedó sin uso después de haberse desechado la construcción del Palacio del Sur, pero tampoco llegó a buen puerto. Desde más de tres lustros, la Orquesta de Córdoba insiste en lo insólito de su situación de no contar con una sede propia en que hacer su trabajo. La Real Orquesta Filarmónica de Sevilla tiene la sala Apolo, en el Teatro de la Maestranza, que además sirve para conciertos de pequeño formato. La de Granada también tiene su sede en el auditorio Manuel de Falla , mientras que la de Málaga también tiene una sede fija y propia, aunque no en el mismo espacio en que ofrecen sus conciertos. En Córdoba siguen esperando.
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