Tanto los móviles como los eReaders han intentado dar un cambio radical a sus pantallas. Caminos diferentes, mismos resultados
Ha pasado ya un año desde que cambié mi viejo Kindle por un eReader con pantalla a color. Fue una novedad que recibí con muchas expectativas, pero con el paso de los meses ese hype se ha quedado congelado. Lo cierto es que, al contrario de lo que pensaba y a pesar de ser una buena alternativa a Kindle, no le he sacado ningún partido. Hace tiempo que los móviles también intentaron hacer una maniobra similar, en su caso con el objetivo opuesto: ofrecer una alternativas a las pantallas a color de los smartphones introduciendo las pantallas en blanco y negro. Yotaphone y Hisense fueron algunos de los fabricantes que, con más pena que gloria, se unieron a la fiesta. La pantalla a color en el eReader era una evolución necesaria, pero bastante inútil en la práctica Como heavy user de los lectores de libros digitales, tan solo había tres cosas que pensaba que podía mejorar en mi Kindle Paperwhite de 2016 y dos de ellas tenían que ver con la pantalla: un mejor refresco y color. El tercer deseo que le hubiese pedido a la lámpara del Genio de Aladdín es que me permitiera conectarme al préstamo de libros de la biblioteca virtual de mi comunidad autónoma, en este caso, Madrid. 2024 cumplió mis deseos, aunque no todos a la vez, pero fue el año en el que renové mis dispositivos de lectura / escritura. Por un lado, sustituí mi Kindle Paperwhite por un Kobo Clara Colour, que cumplía con ese refresco más rápido y esa pantalla a color; por otro lado, el BOOX Note Air3 C también me daba pantalla a color y, además, acceso a eBiblio.Con ambos logré cubrir mis necesidades, aunque el tiempo me ha demostrado que eran más caprichos que otra cosa. En Xataka Móvil Qué son eBiblio y Biblio Digital: así funcionan las apps de bibliotecas en España El mercado pedía a gritos esa pantalla a color en estos dispositivos, una evolución necesaria y con varios argumentos a favor. Más allá del almacenamiento interno o la resistencia al agua, estos nuevos modelos por fin nos han traído un cambio sustancial respecto a anteriores generaciones, en un mercado que parecía bastante estancado. Las pantallas a color en los eReaders aportan diferentes ventajas. La principal, poder leer novela gráfica en estos dispositivos. Pero hay más: subrayar frases o párrafos con diferentes tonos o visualizar como fondo de pantalla a color la cubierta del libro que estemos leyendo. No cabe duda que gracias a esto los eReaders se hacen mucho más atractivos a la vista, pero más allá de eso, en mi caso, se ha quedado en lo puramente anecdótico. En la práctica, los argumentos anteriores van cayendo: uso el eReader con funda por lo que no veo el fondo de pantalla más que cuando inicio el libro por primera vez, subrayar a color no me aporta nada y las tonalidades planas de los colores no me permiten disfrutar de la novela gráfica igual que en el formato físico. Todavía están a años luz de la experiencia del papel. La pantalla a color más extendida entre los fabricantes es la E Ink Kaleido 3, que con 4.096 colores se queda muy por debajo que su hermana E Ink Gallery 3 (que asciende hasta los 50.000 colores), que vemos en modelos muy puntuales, como el reMarkable Paper Pro. Entendemos que por cuestión de abaratar costes (y precio para el usuario final) los fabricantes siguen apostando por la E Ink Kaleido 3 para sus pantallas a color, pero en la práctica perdemos muchísimo nivel de detalle. Las tonalidades son muy cuestionables y si solo pretendemos “modernizar” nuestro eReader y dejar atrás el monocromo, puede ser suficiente. Pero no esperes resultados muy realistas. Al mundo de las pantallas a color en los eReaders todavía le queda mucho por andar. La primera piedra ya está puesta, ahora falta que sigan evolucionando. ¿La ventaja? Como suele ocurrir en las pantallas de tinta electrónica, el consumo de la batería sigue siendo muy bajo. Y esto es de agradecer: no queremos tener que cargar nuestro libro todos los días. Los móviles intentaron ofrecer pantallas en blanco y negro Si perseguimos una experiencia más realista, está claro que el camino es el de las pantallas a color. Estas ya llevan décadas presentes en los móviles. En 1997, el Siemens S10 ya se convirtió en el primer teléfono con cuatro colores en su pantalla (rojo, azul, verde y blanco). Hoy en día, los modelos tope de gama, como el Samsung Galaxy S25 Ultra o el iPhone 16 Pro Max, alcanzan los 16 millones de colores. Una diferencia más que significativa. Sin embargo, algunos fabricantes han intentado salirse del tiesto y dar la vuelta a la tortilla con pantallas en blanco y negro que fomentan la desconexión digital y el minimalismo. El mejor ejemplo lo encontramos en Yotaphone 2, que con su segunda pantalla de tinta electrónica nos ofreció algo rompedor en su día. Otros modelos, como el HiSense A7 5G, se la jugó todo a una sola carta y montó una ún

Ha pasado ya un año desde que cambié mi viejo Kindle por un eReader con pantalla a color. Fue una novedad que recibí con muchas expectativas, pero con el paso de los meses ese hype se ha quedado congelado. Lo cierto es que, al contrario de lo que pensaba y a pesar de ser una buena alternativa a Kindle, no le he sacado ningún partido.
Hace tiempo que los móviles también intentaron hacer una maniobra similar, en su caso con el objetivo opuesto: ofrecer una alternativas a las pantallas a color de los smartphones introduciendo las pantallas en blanco y negro. Yotaphone y Hisense fueron algunos de los fabricantes que, con más pena que gloria, se unieron a la fiesta.
La pantalla a color en el eReader era una evolución necesaria, pero bastante inútil en la práctica
Como heavy user de los lectores de libros digitales, tan solo había tres cosas que pensaba que podía mejorar en mi Kindle Paperwhite de 2016 y dos de ellas tenían que ver con la pantalla: un mejor refresco y color. El tercer deseo que le hubiese pedido a la lámpara del Genio de Aladdín es que me permitiera conectarme al préstamo de libros de la biblioteca virtual de mi comunidad autónoma, en este caso, Madrid.
2024 cumplió mis deseos, aunque no todos a la vez, pero fue el año en el que renové mis dispositivos de lectura / escritura. Por un lado, sustituí mi Kindle Paperwhite por un Kobo Clara Colour, que cumplía con ese refresco más rápido y esa pantalla a color; por otro lado, el BOOX Note Air3 C también me daba pantalla a color y, además, acceso a eBiblio.Con ambos logré cubrir mis necesidades, aunque el tiempo me ha demostrado que eran más caprichos que otra cosa.
El mercado pedía a gritos esa pantalla a color en estos dispositivos, una evolución necesaria y con varios argumentos a favor. Más allá del almacenamiento interno o la resistencia al agua, estos nuevos modelos por fin nos han traído un cambio sustancial respecto a anteriores generaciones, en un mercado que parecía bastante estancado.
Las pantallas a color en los eReaders aportan diferentes ventajas. La principal, poder leer novela gráfica en estos dispositivos. Pero hay más: subrayar frases o párrafos con diferentes tonos o visualizar como fondo de pantalla a color la cubierta del libro que estemos leyendo.
No cabe duda que gracias a esto los eReaders se hacen mucho más atractivos a la vista, pero más allá de eso, en mi caso, se ha quedado en lo puramente anecdótico.
En la práctica, los argumentos anteriores van cayendo: uso el eReader con funda por lo que no veo el fondo de pantalla más que cuando inicio el libro por primera vez, subrayar a color no me aporta nada y las tonalidades planas de los colores no me permiten disfrutar de la novela gráfica igual que en el formato físico. Todavía están a años luz de la experiencia del papel.

La pantalla a color más extendida entre los fabricantes es la E Ink Kaleido 3, que con 4.096 colores se queda muy por debajo que su hermana E Ink Gallery 3 (que asciende hasta los 50.000 colores), que vemos en modelos muy puntuales, como el reMarkable Paper Pro.
Entendemos que por cuestión de abaratar costes (y precio para el usuario final) los fabricantes siguen apostando por la E Ink Kaleido 3 para sus pantallas a color, pero en la práctica perdemos muchísimo nivel de detalle.
Las tonalidades son muy cuestionables y si solo pretendemos “modernizar” nuestro eReader y dejar atrás el monocromo, puede ser suficiente. Pero no esperes resultados muy realistas.
Al mundo de las pantallas a color en los eReaders todavía le queda mucho por andar. La primera piedra ya está puesta, ahora falta que sigan evolucionando. ¿La ventaja? Como suele ocurrir en las pantallas de tinta electrónica, el consumo de la batería sigue siendo muy bajo. Y esto es de agradecer: no queremos tener que cargar nuestro libro todos los días.
Los móviles intentaron ofrecer pantallas en blanco y negro
Si perseguimos una experiencia más realista, está claro que el camino es el de las pantallas a color. Estas ya llevan décadas presentes en los móviles. En 1997, el Siemens S10 ya se convirtió en el primer teléfono con cuatro colores en su pantalla (rojo, azul, verde y blanco). Hoy en día, los modelos tope de gama, como el Samsung Galaxy S25 Ultra o el iPhone 16 Pro Max, alcanzan los 16 millones de colores. Una diferencia más que significativa.
Sin embargo, algunos fabricantes han intentado salirse del tiesto y dar la vuelta a la tortilla con pantallas en blanco y negro que fomentan la desconexión digital y el minimalismo. El mejor ejemplo lo encontramos en Yotaphone 2, que con su segunda pantalla de tinta electrónica nos ofreció algo rompedor en su día.

Otros modelos, como el HiSense A7 5G, se la jugó todo a una sola carta y montó una única pantalla en escala de grises y con Android bajo el capó. Para sorpresa de nadie, tampoco funcionó.
A pesar de que en mi caso no le estoy sacando todo el partido que me gustaría, es innegable que las pantallas a color en los eReaders tienen mucho más sentido que las pantallas monocromo en los smartphones ya que en el primer caso pueden no sumar, pero tampoco restan como sí ocurre en el caso de los móviles.
Un caso intermedio es el de las tablets, donde ambos tipos de pantalla tienen más sentido por diagonal y posibilidades.

La Huawei MatePad Pro 12.2, que monta el panel Tandem OLED con tecnología PaperMatte, ha logrado dar en la diana. Una pantalla de doble capa que nos permite disfrutar del color, pero también cambiar a un modo eBook en color y en blanco y negro para proteger nuestra vista cuando nos disponemos a leer.
Este modelo podría postularse como el híbrido perfecto entre lo que intentan perseguir los eReaders y aquello en lo que fracasaron los smartphones.
Imagen Huawei MatePad | Enrique Pérez
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La noticia
Tanto los móviles como los eReaders han intentado dar un cambio radical a sus pantallas. Caminos diferentes, mismos resultados
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Xataka Móvil
por
Noelia Hontoria
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