Standarte, una feria de pequeño formato repleta de joyas: "Queremos que la gente conecte con el arte"

Mercè Camps es la tercera generación de una familia dedicada al arte

May 7, 2025 - 07:32
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Standarte, una feria de pequeño formato repleta de joyas: "Queremos que la gente conecte con el arte"

Visitar una feria de arte de pequeño formato, donde contemplar cómodamente la selección de obras que propone un puñado de galerías, evita la sensación abrumadora que producen otros eventos de grandes proporciones, con decenas y hasta centenares de galerías, donde se requiere mucho tiempo, no menos paciencia, mapa y hasta brújula, para adentrarte en un recorrido que suele acabar en extenuación.

Standarte es un ejemplo perfecto de un tipo de feria que busca ofrecer una reposada experiencia a los visitantes, ya sean posibles compradores o simples aficionados al arte, permitiendo una mayor cercanía con los galeristas que participan en ella. Su ubicación en el centro de Madrid, en un lugar tan agradable como la Fundación Carlos de Amberes, vinculada al arte por albergar un magnífico Rubens -El Martirio de San Andrés, cedido temporalmente al Museo del Prado- no hace más que ayudar a ese propósito.

Mercè Camps organiza la tercera edición de esta feria, junto a su hermana Oti. Con ella ha charlado 20minutos, a las puertas de este evento que tendrá lugar del 8 al 11 de mayo.

De la manufactura textil al asesoramiento artístico

La familia Camps está vinculada al mundo del arte desde que el abuelo de Mercè y Oti, dueño de una empresa textil, se convirtió en coleccionista tras retirarse de su labor como director. "A mi abuelo siempre le escuché hablar de arte, nunca de sus negocios. Era su pasión y actuaba a veces como mecenas. Frecuentaba la peña La Punyalada, una popular tertulia artística donde se reunían pintores y escritores en Barcelona", comenta Mercè. Por aquellos encuentros que tenían lugar los sábados, recuperados en 1964, pasaron artistas como Miró o Chillida. Con buen criterio, estaba prohibido hablar de política y otros asuntos menores.

Fue el padre de Mercè y Oti quien desarrolló plenamente la vertiente artística familiar desde la famosa casa de subastas Brok, en Barcelona. "Brok se convirtió en una sala muy conocida a nivel nacional, por la que pasaba buena parte de la 'gauche divine', además de artistas y modelos. Algunas piezas fueron vendidas a Tita Cervera y forman parte ahora de la Colección Carmen Thyssen", indica Mercè Camps. Antes de estudiar Bellas Artes en Barcelona, tanto ella como su hermana trabajaron un par de tardes por semana en la sala de subastas. "Nuestro padre quería que comprobáramos si nos gustaba ese mundo antes de hacer la carrera. Allí aprendimos a describir, estudiar y tasar los cuadros que entraban en la casa. Por entonces, llegaban unos cuatrocientos a la semana".

Nueva York sigue siendo el mayor zoco artístico del planeta, y allí trabajó Mercè durante una temporada, en la prestigiosa casa de subastas Christie’s. "En el SoHo se organizaban exposiciones espectaculares todos los meses y las subastas eran multimillonarias. En 2008, que es cuando yo estuve allí, Nueva York estaba mucho más avanzado en el terreno artístico, pero ahora ya estamos más igualados". Pronto percibió que su verdadera vocación era ser marchante de arte, una figura de intermediación entre el artista y el comprador, no muy habitual en España, ya que casi todo el negocio lo mueven las galerías. De esa decisión nació Art Camps, una empresa donde las hermanas Camps se dedican a la compraventa, tasación y asesoramiento artístico. "Somos hermanas gemelas y estamos muy compenetradas, como entenderás (ríe). En este sector se requiere tener confianza plena con los colaboradores, así que todo queda en casa".

Clientela joven y autores al alza

¿Por qué Standarte? "La idea era crear un proyecto de feria más personal, centrada en el arte moderno, más que en el contemporáneo, donde exista el trato de tú a tú con el galerista, que se pierde en las grandes ferias. Además, las galerías pueden pedirme nuevas ideas para enfocarnos en un cliente más joven de lo habitual, entre 40 y 60, por ejemplo". En cuanto a esa clientela renovada de la habla, Mercè puede definir los intereses de ese sector: "la gente joven quiere decorar su casa con algo que no le acabe cansando y prefieren el arte abstracto, a un paisaje o algo figurativo. También les interesa la estética del cómic". En ese sentido, nos habla de un autor que se está revalorizando desde hace unos diez años, más allá de las grandes figuras consagradas que siguen siendo Picasso, Dalí y Miró. Se trata de Hans Hartung, pintor nacido a principios del siglo XX en Leipzig, del que la Galería Jordi Pascual presentará la tela titulada T1971-E9, 1971. "Hartung tiene cuadros visualmente muy modernos".

La sensación de la feria será, sin duda, Bodegón cerca del pueblo (1959), que hasta ahora conocíamos como Mesa cerca de Tomelloso, de Antonio López, de la mano de la Galería J. Bagot. Una composición de objetos dispuestos sobre una mesa, llevada al exterior de un paisaje manchego, con ese aire de realismo mágico cercano al surrealismo que marcó sus obras desde finales de los años cincuenta hasta mediados de los sesenta. "Al ser un autor vivo, que además tarda tanto en acabar sus obras, es muy difícil tener un cuadro suyo a la venta. Está muy cotizado en la actualidad". No obstante, en esta edición de Standarte también destacará Homenaje a Antonio Machado, de Joan Miró, en el que encontramos toda la simbología del autor barcelonés, que expondrá la prestigiosa Galería Mayoral, con sedes en Barcelona y París; así como un óleo de Joaquín Sorolla fechado en 1890, que presenta la Galería Lorenart.

Madrid se afianza en su liderazgo artístico

Standarte se celebra en Madrid porque la capital está adquiriendo una relevancia cada vez mayor en el ámbito de las galerías de arte. "ARCO lleva muchos años siendo una referencia y ha arrastrado a un buen número de galeristas, pero Madrid ha dado otras alternativas a la gente que no puede acceder a ARCO, con otras ferias paralelas. Madrid está haciendo las cosas muy bien y ofreciendo grandes facilidades, mientras que Barcelona se ha quedado sin ferias artísticas. Además, aquí hay mucho empresario y una gran riqueza cultural", destaca Mercè.

El mundo de las galerías de arte sigue sujeto a mecanismos de negocio tradicionales. "Es lo de toda la vida: hay una pieza de arte, un vendedor y un comprador. Eso es difícil que pueda evolucionar", reconoce Camps. No obstante, un hecho reciente ha venido a transformar, en cierto modo, su funcionamiento. "Ha habido un cambio a raíz del COVID. Ahora se hacen muchas más operaciones vía web, correo electrónico y teléfono. Antes, la gente se fiaba menos, pero ahora el cliente ya no tiene que desplazarse para ver la pieza y puede comprarla a través de una web desde cualquier parte del mundo. El 70% de ventas se gestionan online, actualmente". Y para los que no puedan permitirse el respaldo de una galería, siempre quedará Instagram, donde muchos artistas divulgan su obra de manera muy efectiva.

En definitiva, Standarte busca atraer a un público amplio y también más joven, que pueda acercarse a una cuidada selección de obras como el que acude a una exposición en el Museo Thyssen o el Reina Sofía, sin que esté necesariamente interesado en comprar nada. "A lo mejor no se pueden permitir ahora adquirir una obra, pero quién dice que en diez años no puedan hacerlo. Al final, nos interesa que la gente entre en contacto con el arte; que disfrute y fomente una pasión que, a la larga, puede llevarle a ser un nuevo cliente. En cualquier caso, te marcharás a casa tan contento después de haber visto un Picasso, un Dalí o un Calder. El arte tiene que ser para todos", concluye Mercè Camps.