Sara Carbonero grabó su experiencia con el cáncer en varias cintas de casete: "Me mantenía la mente ocupada"

Sara Carbonero, como muchas otras personas, el pasado lunes 28 de abril, sufrió el apagón durante horas. Ante la falta de luz y conexión a internet, la radio se convirtió en un elemento esencial para poder seguir al momento la actualidad. Así, una vez todo volvió a la normalidad, la presentadora subió a su perfil una imagen de su aparato.

Y es que, a pesar de que muchas familias desempolvaran por primera vez sus radios tras años guardadas en un cajón, para ella, el transmisor guardaba un recuerdo muy especial. "Os ha gustado mucho esta radio, con casete incluido. Lo que no sabéis es la historia tan bonita que hay detrás", ha comenzado a explicar a través de su perfil de Instagram.

"En 2019, el día en el que terminé mi durísimo tratamiento, mi amiga/hermana Isabel apareció en el hospital con una caja enorme envuelta en papel de regalo", ha narrado la periodista, "era la radio y con ella, tres cintas de casete en las que Isa se había grabado diciéndome un montón de cosas bonitas que, lógicamente me hicieron emocionarme muchísimo".

Durante su cáncer de ovario, para ella la radio se convirtió en un acompañante fundamental para pasar los largos días en el hospital. "Tardé en escucharlas completas un tiempo, demasiadas emociones. Recuerdo que me dormía con su voz, me daba calma", ha confesado. Aunque lo cierto es que esa radio cuenta además con un detalle muy especial.

"Después, me puso 'deberes' y la que tenía que grabar otras cintas vírgenes contando mi historia o lo que me apeteciese era yo. Era una manera de mantener la mente ocupada ante lo que venía por delante. Y ahí están. En estos seis años nunca he vuelto a escucharlas. Sé que llegará el día en el que se las pondré a mis hijos y el recuerdo agridulce dará paso a uno de los más bonitos de toda mi vida", ha confesado.

Por ello, cuando ocurrió el apagón, no pudo evitar volver a recordarlo todo. "Siempre he dicho que solo ella, Isabel, tiene estas ideas, que es capaz de remover cielo y tierra para sorprenderme. Y vaya si lo hizo. También quiso traer unos mariachis al hospital ese día de la última quimio, pero era demasiado ya. La comida mexicana sí entró en la habitación. Y cantamos y bailamos en la terraza", ha finalizado.