Ribera, la profeta del apagón
La sombra que proyecta el legado de Teresa Ribera , la actual vicepresidenta primera de la Comisión Europea para la Transición Limpia, Justa y Competitiva, es muy alargada y llega hasta el apagón registrado el lunes. ABC ha podido conocer que Ribera desoyó una orden expresa del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) de 2020 que la conminaba a elaborar una nueva Estrategia de Seguridad Energética porque la establecida en 2015 había quedado obsoleta debido a los avances técnicos en las renovables y a un nuevo énfasis en la seguridad del suministro. Ribera fue ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico desde el primer gobierno de Pedro Sánchez, formado en junio de 2018, y hasta noviembre de 2024, fecha en la que lo abandonó después de que en junio de ese año prácticamente se desentendiera de sus tareas –entre ellas alguna que tuvo impacto en la dana de la Comunidad Valenciana– porque se dedicó casi exclusivamente a promocionar su candidatura europea. El resultado es que tras la crisis registrada el lunes se ha podido comprobar que Ribera no hizo los deberes y que la estrategia vigente es la elaborada en 2015 por el Gobierno de Mariano Rajoy. El asunto compromete a la sucesora de Ribera y actual vicepresidenta tercera, Sara Aagesen, quien era la responsable directa de elaborar la hoja de ruta de la Estrategia por ser la secretaria de Energía y persona de máxima confianza de la ministra. Por su cargo, Aagesen presidía el Comité Especializado de Seguridad Energética, al que el CSN adjudicó la tarea. Precisamente ahora, Pedro Sánchez ha encargado a Aagesen dirigir la elaboración, por parte de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia, de un informe sobre el apagón que ha denominado como 'independiente', calificación incompatible con la de 'oficial' o 'gubernamental'. Empiezan a surgir demasiados indicios de que las muestras de fe en torno a la cuestión climática o la perruna lealtad hacia el líder han sido más importantes que la competencia técnica para formar parte del equipo del Gobierno que está al frente del sector energético. El mismo Sánchez ha intentado enmarcar el fallo técnico que condujo al apagón en una confrontación entre el sector privado y el público, calificando a Redeia como «operador privado» cuando es el Gobierno el que posee el capital de control en la compañía. Su presidenta, la exministra socialista y registradora de la propiedad, Beatriz Corredor, que ocupa el cargo por decisión directa del presidente del Gobierno, dijo que no piensa dimitir y que, pese a la evidencia, España tiene la mejor red eléctrica del mundo. Su visión no es compartida por la mayoría de los expertos europeos y Portugal decidió ayer aislarse de la red española ante la perdida de credibilidad de Redeia. La empresa que preside Corredor tiene en su poder los registros con todos los datos para determinar qué sucedió en la red energética española el lunes sobre las 12:30 horas. Sin embargo, el Gobierno insiste en implicar a las eléctricas –unas empresas sometidas a una frondosa regulación y que actúan a las órdenes de Redeia– en el origen de la crisis y les exigió que enviaran toda la información sobre su operativa antes de que ayer cayera el sol. Sánchez quiere evitar así que se transparenten ante la opinión pública las responsabilidades de su gobierno, y particularmente del equipo que Ribera forjó al interior del mismo y del PSOE, donde Aagesen ha sido una pieza clave.
La sombra que proyecta el legado de Teresa Ribera , la actual vicepresidenta primera de la Comisión Europea para la Transición Limpia, Justa y Competitiva, es muy alargada y llega hasta el apagón registrado el lunes. ABC ha podido conocer que Ribera desoyó una orden expresa del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) de 2020 que la conminaba a elaborar una nueva Estrategia de Seguridad Energética porque la establecida en 2015 había quedado obsoleta debido a los avances técnicos en las renovables y a un nuevo énfasis en la seguridad del suministro. Ribera fue ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico desde el primer gobierno de Pedro Sánchez, formado en junio de 2018, y hasta noviembre de 2024, fecha en la que lo abandonó después de que en junio de ese año prácticamente se desentendiera de sus tareas –entre ellas alguna que tuvo impacto en la dana de la Comunidad Valenciana– porque se dedicó casi exclusivamente a promocionar su candidatura europea. El resultado es que tras la crisis registrada el lunes se ha podido comprobar que Ribera no hizo los deberes y que la estrategia vigente es la elaborada en 2015 por el Gobierno de Mariano Rajoy. El asunto compromete a la sucesora de Ribera y actual vicepresidenta tercera, Sara Aagesen, quien era la responsable directa de elaborar la hoja de ruta de la Estrategia por ser la secretaria de Energía y persona de máxima confianza de la ministra. Por su cargo, Aagesen presidía el Comité Especializado de Seguridad Energética, al que el CSN adjudicó la tarea. Precisamente ahora, Pedro Sánchez ha encargado a Aagesen dirigir la elaboración, por parte de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia, de un informe sobre el apagón que ha denominado como 'independiente', calificación incompatible con la de 'oficial' o 'gubernamental'. Empiezan a surgir demasiados indicios de que las muestras de fe en torno a la cuestión climática o la perruna lealtad hacia el líder han sido más importantes que la competencia técnica para formar parte del equipo del Gobierno que está al frente del sector energético. El mismo Sánchez ha intentado enmarcar el fallo técnico que condujo al apagón en una confrontación entre el sector privado y el público, calificando a Redeia como «operador privado» cuando es el Gobierno el que posee el capital de control en la compañía. Su presidenta, la exministra socialista y registradora de la propiedad, Beatriz Corredor, que ocupa el cargo por decisión directa del presidente del Gobierno, dijo que no piensa dimitir y que, pese a la evidencia, España tiene la mejor red eléctrica del mundo. Su visión no es compartida por la mayoría de los expertos europeos y Portugal decidió ayer aislarse de la red española ante la perdida de credibilidad de Redeia. La empresa que preside Corredor tiene en su poder los registros con todos los datos para determinar qué sucedió en la red energética española el lunes sobre las 12:30 horas. Sin embargo, el Gobierno insiste en implicar a las eléctricas –unas empresas sometidas a una frondosa regulación y que actúan a las órdenes de Redeia– en el origen de la crisis y les exigió que enviaran toda la información sobre su operativa antes de que ayer cayera el sol. Sánchez quiere evitar así que se transparenten ante la opinión pública las responsabilidades de su gobierno, y particularmente del equipo que Ribera forjó al interior del mismo y del PSOE, donde Aagesen ha sido una pieza clave.
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