Tres semanas después de que el Gobierno laborista de Keir Starmer programara la miniserie 'Adolescencia' en los institutos británicos, incorporada por decreto al plan de estudios, como la visita a una fábrica o un museo, quizá sea pronto para evaluar el cambio operado en los alumnos por una producción televisiva que los retrata como víctimas de las redes sociales, madeja de pasiones y visceralidades que en este drama pasa factura a los más tontos de la clase, ahora 'vulnerables'. Lo mismo sucedía cuando no había internet, pero por lo analógico y a pescozones. Están los padres del Reino Unido pendientes del momento de la transformación moral de sus hijos, a los que a diario observan con disimulo y con la...
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