¿Qué provocó el apagón masivo en Europa? Una vibración atmosférica sale como hipótesis
El pasado lunes, una falla eléctrica provocó un apagón sin precedentes en España, Portugal y el sur de Francia. Semáforos apagados, trenes detenidos, cajeros automáticos fuera de servicio y cenas a la luz de las velas marcaron una noche caótica para decenas de millones de habitantes. Desde el incidente, se hen propuesto diferentes hipótesis sobre […]

El pasado lunes, una falla eléctrica provocó un apagón sin precedentes en España, Portugal y el sur de Francia. Semáforos apagados, trenes detenidos, cajeros automáticos fuera de servicio y cenas a la luz de las velas marcaron una noche caótica para decenas de millones de habitantes. Desde el incidente, se hen propuesto diferentes hipótesis sobre el causante del apagón, entre ellas una vibración atmosférica inducida.
¿Qué es una vibración atmosférica y por qué podría provocar un apagón?
El término alude a un fenómeno físico que los científicos del clima conocen desde hace tiempo, aunque con otros nombres. Cuando una región experimenta cambios extremos y abruptos de temperatura o presión atmosférica, el aire se vuelve inestable, se generan ondas de presión y la atmósfera comienza a “vibrar”.
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Estas ondas —también conocidas como ondas de gravedad o oscilaciones térmicas— pueden desplazarse a lo largo de cientos de kilómetros y, en ocasiones, interactuar con líneas de transmisión eléctrica de alta tensión, especialmente las de 400 kilovoltios. Estas líneas, al vibrar descontroladamente, pueden salirse de sincronía, desencadenando apagones en cascada a lo largo de toda una red interconectada, como ocurrió en la península ibérica.
El clima, un enemigo silencioso de la energía moderna
No es un problema nuevo. En Estados Unidos, el 83% de los apagones entre 2000 y 2021 estuvieron relacionados con fenómenos meteorológicos. Tormentas, incendios, olas de calor y fuertes vientos pueden dañar torres de transmisión, quemar subestaciones y sobrecargar redes.
Incluso sin tormentas, el viento constante puede causar que los cables vibren, un fenómeno conocido como “galope del conductor” o “vibraciones eólicas”. Estas oscilaciones, aunque invisibles, son un gran reto para los operadores, ya que incrementan la tensión sobre la infraestructura y pueden causar fallas mecánicas.
Las redes centralizadas con más vulnerables
El apagón europeo ha evidenciado una verdad incómoda: las redes eléctricas actuales, centralizadas e interdependientes, son extremadamente vulnerables. Conforme aumenta la electrificación de nuestras vidas —desde vehículos eléctricos hasta sistemas de calefacción y refrigeración— y se incorporan fuentes renovables intermitentes, las antiguas estructuras de distribución están alcanzando su límite.
Un pequeño desequilibrio en un nodo puede generar efectos dominó devastadores. En este contexto, fenómenos como la vibración atmosférica ya no son rarezas académicas, sino factores de riesgo reales que deben ser tomados en cuenta al diseñar sistemas eléctricos modernos.
La solución: Redes inteligentes y descentralizadas
Frente a este panorama, los expertos coinciden en una salida: crear redes eléctricas descentralizadas, flexibles y locales, conocidas como microredes comunitarias. Estas redes pueden funcionar de forma independiente si la red principal falla, y están diseñadas para adaptarse mejor a las condiciones cambiantes del entorno.
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Además de ofrecer mayor seguridad, fortalecer la autonomía energética local reduce la dependencia de grandes infraestructuras vulnerables, y permite una transición más sostenible, ágil y resiliente hacia el futuro.
Una advertencia urgente para el mundo
Aún no se ha confirmado si una vibración atmosférica fue la causa exacta del apagón en Europa. Pero lo que sí ha quedado claro es que nuestras redes eléctricas están al límite. No se trata solo de cables y torres: es una cuestión de seguridad, salud y vida cotidiana. Ignorar las señales del clima y los límites del sistema podría llevarnos a consecuencias mucho peores que un simple apagón.