Pedro Trejo: ¿Del T-MEC a una Unión Tarifaria y/o Unión Aduanera en Norteamérica?
La integración regional como respuesta estratégica ante el nuevo orden económico mundial.
La integración económica o comercial entre países implica una serie de etapas progresivas, que se desarrollan entre aquellos que celebran acuerdos con el objetivo de alcanzar una cooperación más estrecha en materia de comercio. Conforme se profundiza dicha integración, comienzan a involucrarse aspectos monetarios, fiscales, sociales y, en el contexto actual, también temas como seguridad, migración, proveeduría y cadenas de suministro.
Las primeras fases de integración suelen partir de esquemas simples, como la cooperación mediante acuerdos bilaterales o multilaterales, en los que los Estados se comprometen a cumplir recíprocamente ciertos intereses comunes, sin que ello menoscabe su soberanía. Otra forma temprana de integración es el sistema de preferencias aduaneras, mediante el cual ciertos territorios se otorgan ventajas comerciales exclusivas. Ejemplos de este modelo son la relación especial entre Estados Unidos y Puerto Rico, o la Commonwealth Británica, integrada por países como Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda e India.
Zonas de libre comercio y uniones aduaneras
Existen, sin embargo, formas de integración más profundas y estructuradas, como las zonas de libre comercio y las uniones aduaneras, ambas reconocidas en el Artículo XXIV del GATT/OMC. Esta disposición permite a los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) establece bloques comerciales regionales sin tener que extender automáticamente las concesiones comerciales entre ellos a los demás miembros de la OMC, constituyendo una excepción al principio de no discriminación, en particular a la Cláusula de Nación Más Favorecida.
Una zona de libre comercio implica la eliminación de barreras comerciales entre los países miembros, pero cada uno mantiene su política comercial y arancelaria frente a terceros países. Ejemplos de este modelo son el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).
En cambio, una unión aduanera representa un paso más ambicioso: los Estados miembros no solo eliminan barreras internas, sino que también establecen un arancel externo común frente a países no miembros. Ejemplos históricos son el Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo) y la Comunidad Económica de África del Oeste (CEAO).
¿Y la unión tarifaria?
Entre ambos modelos existe una etapa intermedia conocida como unión tarifaria, que consiste en la fijación de una tarifa común para los países miembros, sin que necesariamente se haya armonizado toda la política aduanera. Es un paso más integrador que una zona de libre comercio, pero previo a la plena unión aduanera. En el caso europeo, por ejemplo, esta etapa se alcanzó con la firma del Tratado de Roma, aunque se necesitaron varias décadas para lograr una verdadera unión aduanera.
Más allá de estas formas, existen etapas aún más avanzadas como el mercado común, la unión económica y, eventualmente, la unificación política, como se observa parcialmente en la Unión Europea.
Norteamérica frente al nuevo escenario global
El economista Jorge Schvarzer argumenta que la dinámica del comercio mundial y su evolución tienden hacia un esquema basado en grandes bloques regionales más que en un multilateralismo abierto. Esta visión propone que los mercados regionales representan una vía más sólida para el desarrollo económico, en contraposición a las propuestas “aperturistas” tradicionales.
Bajo esta lógica, cabe preguntarse: ¿ante la guerra comercial impulsada por Donald Trump y las tensiones globales actuales, es el momento para que México, Estados Unidos y Canadá evolucionen hacia una unión tarifaria o incluso una unión aduanera?
Y más aún: ¿Debería el T-MEC transformarse, en la próxima revisión, en una nueva forma de integración más profunda, con un arancel común interno y una política comercial conjunta frente a terceros países?
Las preguntas no son menores. Implican no solo un cambio estructural en la política comercial regional, sino también una redefinición estratégica del papel de Norteamérica en el nuevo orden económico mundial.
El autor es Socio-Director de CS ENCOR y Asociado del programa PORT-LAREDO.
Contacto: ptrejo@csencor.com