Paula Morales: su pasión por el teatro, la familia ensamblada con Fabián Vena y el ego en una pareja de actores
La actriz, que estrenó Cartas de un amor inolvidable, habla del romanticismo, la crianza de sus hijos, las claves para 12 años de pareja y sus temores
“Estoy acostumbrada a hacer dos o tres obras a la vez y me divierte, siempre y cuando me den los tiempos”, dice Paula Morales con una sonrisa clavada en el rostro, sentada en una cafetería del Paseo la Recova para su encuentro con LA NACION. Su atención ahora está puesta en el estreno de Cartas de un amor inolvidable, obra escrita y coprotagonizada por Marcelo Galliano bajo la dirección de Rodolfo Hoppe, que estrenó días atrás.
La promesa es “la vuelta del romanticismo a la calle Corrientes” con una historia de amor que abarca 70 años. En 1960, dos adolescentes comienzan a escribirse cartas de amor de forma anónima, pero trascienden ese apasionante duelo epistolar y se convierten en pareja. Sin embargo, su relación se ve interrumpida cuando ella obtiene una beca para estudiar en Europa y construye allá una exitosa carrera como novelista, mientras la actividad poética de él se diluye en Buenos Aires. A pesar de la distancia, los encuentros y desencuentros y el paso del tiempo, sus cartas tan emotivas como viscerales mantendrán la llama de su historia de amor.
-Venías de hacer varias comedias, ¿qué te atrajo de este proyecto?
-Estaba leyendo algunos materiales y tenía ganas de hacer algo distinto. El año pasado, cuando me llegó este proyecto estaba haciendo dos obras al mismo tiempo. Me encanta la comedia, pero quería algo diferente para este año, algo más jugado, más comprometido. Y justo me mandó un mensaje Emanuel Patalano, el sobrino de Lino, para decirme que tenía una obra muy linda y habían pensado en mí para el personaje. Pasaron dos meses entre que me la mandó y la pude leer durante un viaje en avión. La terminé al ratito, no podía parar de leerla. Iba en el avión llorando, es muy hermosa, tiene momentos muy emocionantes y yo me sentía en carne viva. Ahí dije: “Esto lo tengo que hacer”.
-¿Por qué te sentías en carne viva?
-Me identifico mucho con varias cosas de mi personaje en el amor, en todo lo que ella pone, no solamente por el amor al protagonista masculino, sino el amor por lo que hace, la pasión. Y pasa momentos de la vida que obviamente creo que todos hemos pasado, momentos fuertes, momentos lindos, momentos tristes, y todo está plasmado en esas cartas de amor que, si bien son muy cercanas a nosotros, tienen también un lenguaje muy poético; no es un lenguaje que usamos diariamente. Entonces, es un desafío para mí poder decir estos textos tan poéticos, pero, a la vez, traerlos al público, que no los sientan tan lejanos. Y también es un gran desafío poder interpretar a la adolescente y a la señora de más de 70 años.
-También cantás en la obra.
-Yo canto de manera amateur, porque me gusta. De hecho, me vieron cantando en un video de Instagram y me preguntaron si me animaba a hacerlo en esta obra. Ya había cantado en algunos proyectos, como en Derechas y en Andate amor mío, pero era “el personaje que canta”, entonces, estaba más amparada en eso, en que si desafinaba era el personaje. Ahora, tengo que cantar bien [se ríe].
-¿Tomaste clases?
-Había tomado clases en su momento y ahora las retomé y también estoy con una fonoaudióloga porque tuve un edema.
-¿Extrañás hacer televisión?
-Extraño mucho hacer televisión, es algo que me encanta. Las ficciones, las tiras, lo que se genera con los compañeros, pero también es cierto que te demanda muchas más horas. En cambio, cuando hacés solamente teatro estás mucho más disponible.
-¿Te gustaría dirigir en teatro?
-Me gustaría mucho, aunque por momentos pienso “jamás podría dirigir”. A veces, me cuesta bastante poder decir las cosas pensando en que el otro se lo puede llegar a tomar mal. Pienso en qué difícil sería dirigir a determinados actores, no por la personalidad en sí, sino por su prestigio. Aparte, se juegan muchas susceptibilidades. Yo veo mucho la relación entre los actores y los directores, las rispideces que muchas veces se generan, y eso es lo que más me costaría porque no me gusta chocar con la gente. Es una parte de mi personalidad que me cuesta.
Doce años de amor y familia ensamblada
-Respecto de Cartas de un amor inolvidable, decías que te identificás con tu personaje en el amor y la pasión. ¿Cómo sos vos en el amor, tanto de pareja como de amistad y familia?
-Para mí, el amor es lo principal en mi vida. Yo necesito estar bien con mis vínculos, con mi pareja, con mis hijos, verme con mis amigas. Para mí, el amor lo es todo. El trabajo también lo es, porque lo hago con amor. En realidad, es todo lo que implique disfrutar, poder ser yo plenamente.
-¿Sos romántica?
-Tengo mis momentos. Me gusta ser demostrativa, pero no sé si soy romántica, no soy de las flores. En algún momento, con Fabián [Vena, su pareja de hace casi doce años] nos hemos escrito alguna que otra carta, cuando empezamos a salir. Después viene lo cotidiano, la familia, la vorágine, la convivencia y otros temas por abordar, y el romanticismo, quizás, queda un poco relegado. Pero tratamos de darnos nuestros momentos. Hacer una salida a la noche, al teatro, a comer, o estar solos cuando los chicos se duermen y tomarnos una copita de vino charlando de lo que pasó en el día. Es difícil la conexión cuando hay hijos, muchos hijos, pero para nosotros es importante tratamos de hacernos esos huequitos, estar atentos a eso, sobre todo cuando estamos muy desconectados o no nos encontramos. Si no le prestás atención a la pareja, el día a día te va comiendo. Hay que ser conscientes de que la pareja hay que alimentarla porque, además, mientras nosotros estemos bien, la familia también lo va a estar.
-Al ser una pareja de actores, ¿el ego entra en juego?
-Que uno tenga más trabajo que otro, pasó porque hace casi 12 años que estamos juntos y hemos pasado por distintos momentos en cuanto al trabajo, a la economía. Pero lo que jamás ha interferido en nuestra relación son los egos por el trabajo, la competencia. Muchas veces me encuentro con actrices o actores que dicen “No, yo no puedo salir con otro actor”. Es algo que lo siento muy lejano a lo que somos nosotros. Siempre nos apoyamos en todo, somos muy compañeros. Cada vez que estreno quiero que antes Fabián venga al ensayo general. Él es muy generoso a la hora de darme sus devoluciones y yo las tomo muchísimo porque es profesor de teatro y es muy claro para explicar. Somos muy sinceros a la hora de darnos las devoluciones y jamás vamos a hacernos una crítica destructiva; si nos tenemos que decir algo es solamente para ayudar porque el otro lo pidió.
-¿Qué es lo que más admirás de Fabián, qué te lleva a seguir eligiéndolo después de 12 años?
-Son muchas cosas. Es un tipo que sabe lo que quiere. Lo admiro no solamente como persona, sino también como profesional. Me genera mucha admiración cuando lo veo en el escenario, pero, también, al mismo tiempo, cuando lo veo en casa en el trato con sus hijos. La capacidad de introspección que tiene, de tratar de crecer, de modificar lo que sabe que tiene o quiere modificar. Somos muy sinceros el uno con el otro, en las charlas, en lo que queremos, lo que necesitamos del otro, en lo que nos está faltando. Porque, como te decía, en todos estos años obviamente suceden cosas. Como pareja pasás por distintos momentos, pero el hecho de poder charlar sobre eso, poder sincerarnos, mostrarnos cuando el otro está incómodo y demás, es muy importante.
-¿Cómo es hoy la dinámica de familia ensamblada con hijos de diferentes edades?
-Benicio, el más grande [que tuvo junto al músico Martín Lembo], tiene 18. Vida, 16, Cielo está por cumplir 15 [son las hijas de Fabián Vena con Inés Estévez], y Nino [Valentino, fruto de su relación con el actor] tiene 10. Tenemos mucho para entretenernos, todos tienen actividades distintas, todos van a colegios distintos. Benicio este año empezó la facultad, está estudiando Comunicación. Pero igual, todo requiere de una organización por más que sean un poco más grandes. Siempre tratamos de armar como una especie de rompecabezas con Fabián para acompañarlos en sus distintas etapas y poder tener momentos de calidad con ellos.
-¿Con qué tipo de actividades logran conectar entre todos?
-Ahora, con los chicos más grandes se complica un poco tener una actividad que a todos les divierta. Antes se copaban más cocinando, hacíamos galletitas, tortas. Pero, en general, jugamos muchos juegos de mesa, a las cartas, al truco, al chinchón, y ahora estamos con el chin, que lo aprendieron en la escuela. Los fines de semana, cuando no tenemos que trabajar, nos gusta estar todos en casa haciendo fiaca, viendo películas. Y, a veces, cada uno está con sus actividades, uno hace la tarea, otro mira el partido, yo estudio un libreto, pero estamos todos juntos en el living.
-¿Cómo es criar hijos de padres famosos, como ustedes, que forman parte del medio hace mucho tiempo?
-Lo viven como algo muy natural, se criaron con esta realidad. Entonces, no les llama la atención, no les importa ni se obnubilan con nada. Nino nos acompaña a las giras teatrales desde la panza. Hice algunas funciones embarazada de ocho meses e hizo todas las giras de Casa Valentina con nosotros. Él era chiquitito y se sabía los textos de todos, se quedaba tomando la mamadera al costado del escenario mientras actuábamos, y yo en ningún momento pensaba “Ay, ojo que no se meta en el escenario, ojo que no grite, que no haga ruido”, porque era algo que él ya sabía a pesar de su edad.
-Y en cierta forma, Nino heredó la faceta artística de ustedes e hizo algunos trabajos como actor, como la película Yo nena, yo princesa.
-Fue de casualidad, no es algo que él buscó y menos que menos nosotros, pero lo quiso hacer. Tenía seis años recién cumplidos. Nosotros le explicamos que iba a tener muchas horas de rodaje, de espera, que era una responsabilidad. Y él sabía perfectamente lo que significaba actuar, componer un personaje, tenía muy clara la convención de las cámaras, de la filmación, de los textos. Teníamos miedo de que lo pudiera llegar a padecer de alguna forma, y la verdad es que fue una experiencia hermosa, la pasó muy bien y el último día lloraba porque no quería despedirse de sus compañeros.
-¿Sigue actuando?
-No porque no hace castings ni está en ninguna agencia. Él dice que si algo sale lo quiere hacer, pero que no lo quiere buscar. Una cosa es que salga algún proyecto aislado, como esa película, el corto que hizo hace poco sobre Dante Alighieri y un capítulo que hizo conmigo y con Esteban Prol en Revelados en blanco y negro. Para mí es hermoso, yo lo veo actuar y digo sí, es esto, pero mientras pueda pasar un poco más de tiempo, para mí es mucho mejor. Igual, él dice que no quiere ser actor, dice que quiere ser jugador de fútbol.
Para agendar
Cartas de un amor inolvidable, con Paula Morales y Marcelo Galliano. Funciones: miércoles a las 20.30. Sala: Teatro Multiescena (Av. Corrientes 1764).