El Ayuntamiento de Barcelona, poco amigo de la libertad de mercado, la ha tomado ahora con las panaderías. Por mejor decir, con las franquicias o con las denominadas macropanaderías . En otros términos, defiende a las panaderías de barrio de toda la vida. Ya saben, la botigueta. Cosa rara si tenemos en cuenta que las panaderías de toda la vida prácticamente ya han desaparecido y muchas son ahora franquicias. ¿Por qué esa cruzada contra las panaderías? El argumento: el ruido y la competencia desleal. El Ayuntamiento no lo tiene fácil si tenemos en cuenta que las panaderías franquicias y la macropanaderías no suelen ser ruidosas, cierran pronto -terraza incluida-, están limpias, cobijan a los ciudadanos –calentamiento y refrigeración- en invierno...
Ver Más