Nueva evidencia sobre el riesgo de la exposición solar en bebés
Dermatología carmenfernandez Lun, 14/04/2025 - 16:19 Investigación Una exposición solar (radiación ultravioleta) intensa, que cause quemaduras en la piel (eritema, ampollas), supone un riesgo importante de desarrollar en el futuro un melanoma maligno para los bebés, según confirma un estudio del grupo de Investigación Biomédica en Melanoma del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR), que ha contado con la colaboración del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Vall d’Hebron y el programa de Oncología Clínica del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), de Barcelona.El grupo, además de observar ese riesgo real en un modelo de ratón con mutación en el oncogén BRAF (presente con mayor frecuencia en el melanoma cutáneo que en otros tumores) bien conocido por la comunidad científica, ha descubierto un mecanismo que contribuye a la transformación de los melanocitos, células productoras de melanina, en melanoma sin que haya un nevo (lunar, peca, mancha) inicial asociado. Y ha ido más allá, recogiendo en un artículo publicado en Oncogene incluso una molécula implicada con potencial de diana terapéutica: UPP1.Se sabía que algunos procesos de crecimiento de melanocitos producen nevos benignos y que otros evolucionan a melanomas malignos. También hay un pequeño porcentaje, de entre el 25 y el 33%, que comienzan como nevos benignos y, pasado un tiempo, evolucionan a melanoma.La clave del desarrollo o no de un melanoma maligno está en la mutación BRAFv600E (la más frecuente de las posibles en el gen BRAF), que poseen el 70 u 80% de los casos de nevo benigno y el 50-60% de los de melanoma. Esta mutación inicialmente estimula el crecimiento de los melanocitos pero, en una fase posterior, se frena su proliferación. Sin embargo, en los melanomas malignos con la mutación activa se produce la primera fase, de crecimiento, pero no la segunda, de supresión tumorales. ¿Cómo logra el melanoma librarse del efecto de las terapias inhibidoras de BRAF/MEK?, El melanoma infanto-juvenil también existe, Descubren cómo el melanoma 'se oculta' a la vigilancia inmune y resiste a la inmunoterapia Los investigadores del Vall d’Hebron han llegado a la conclusión, estudiando animales, datos clínicos y análisis genéticos y bioquímicos, de que, dent Un modelo de ratón con mutación en el oncogén BRAF permite observar el efecto nocivo que tiene la radiación ultravioleta. Off Carmen Fernández Oncología Pediatría Medicina Preventiva y Salud Pública Medicina Familiar y Comunitaria Farmacia Comunitaria Enfermería Familiar y Comunitaria Off


Una exposición solar (radiación ultravioleta) intensa, que cause quemaduras en la piel (eritema, ampollas), supone un riesgo importante de desarrollar en el futuro un melanoma maligno para los bebés, según confirma un estudio del grupo de Investigación Biomédica en Melanoma del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR), que ha contado con la colaboración del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Vall d’Hebron y el programa de Oncología Clínica del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), de Barcelona.
El grupo, además de observar ese riesgo real en un modelo de ratón con mutación en el oncogén BRAF (presente con mayor frecuencia en el melanoma cutáneo que en otros tumores) bien conocido por la comunidad científica, ha descubierto un mecanismo que contribuye a la transformación de los melanocitos, células productoras de melanina, en melanoma sin que haya un nevo (lunar, peca, mancha) inicial asociado. Y ha ido más allá, recogiendo en un artículo publicado en Oncogene incluso una molécula implicada con potencial de diana terapéutica: UPP1.
Se sabía que algunos procesos de crecimiento de melanocitos producen nevos benignos y que otros evolucionan a melanomas malignos. También hay un pequeño porcentaje, de entre el 25 y el 33%, que comienzan como nevos benignos y, pasado un tiempo, evolucionan a melanoma.
La clave del desarrollo o no de un melanoma maligno está en la mutación BRAFv600E (la más frecuente de las posibles en el gen BRAF), que poseen el 70 u 80% de los casos de nevo benigno y el 50-60% de los de melanoma. Esta mutación inicialmente estimula el crecimiento de los melanocitos pero, en una fase posterior, se frena su proliferación. Sin embargo, en los melanomas malignos con la mutación activa se produce la primera fase, de crecimiento, pero no la segunda, de supresión tumorales.