Nódulos tiroideos: tan comunes como difíciles de detectar

Los nódulos tiroideos son bultos o masas que se forman dentro del tiroides, una glándula situada en la parte frontal del cuello. En la mayor parte de los casos, estos bultos son benignos y no provocan síntomas. De hecho, se calcula que aproximadamente el 60% de la población adulta puede tener nódulos tiroideos sin saberlo. … Continuar leyendo "Nódulos tiroideos: tan comunes como difíciles de detectar"

May 16, 2025 - 06:02
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Nódulos tiroideos: tan comunes como difíciles de detectar

Los nódulos tiroideos son bultos o masas que se forman dentro del tiroides, una glándula situada en la parte frontal del cuello. En la mayor parte de los casos, estos bultos son benignos y no provocan síntomas. De hecho, se calcula que aproximadamente el 60% de la población adulta puede tener nódulos tiroideos sin saberlo. Un porcentaje que aumenta con la edad y que afecta en mayor medida a las mujeres.

La mayoría de las veces se descubren de forma accidental como resultado de alguna prueba de imagen (ecografía o escáner) realizada por otro motivo o por síntomas no relacionados con el tiroides. En ocasiones estos nódulos pueden provocar también molestias en el cuello, dificultar la respiración y la deglución; e incluso pueden alertar sobre un cáncer de tiroides. Por eso, aunque su aparición no afecte directamente a la salud siempre se recomienda la valoración por un especialista en Endocrinología y Nutrición ante el diagnóstico de uno o varios nódulos tiroideos.

Sólo el 7% de los nódulos son detectables con un examen físico

Muchas veces, los nódulos tiroideos son descubiertos incidentalmente durante una prueba de imagen. La razón es que sólo el 7% de estos nódulos son detectables durante un examen físico por palpación. La Dra. Rosa Alhambra, especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Quirónsalud Córdoba apunta a que cada año en España se diagnostican aproximadamente 4.000 nuevos casos de cáncer de tiroides cada año, «lo que subraya la importancia de un diagnóstico y seguimiento adecuados».

En este sentido, ha señalado también que estos crecimientos anormales de células «pueden ser sólidos o estar llenos de líquido», y que «no siempre se puede conocer su origen exacto». Sobre los factores que pueden contribuir a su crecimiento, el especialista apunta a una deficiencia de yodo en la dieta, la exposición a radiación en la cabeza o el cuello, y también a factores genéticos.

¿Cómo se diagnostican los nódulos tiroideos?

Aunque, como recuerdan los especialistas, más del 90% de los nódulos tiroideos son benignos, entre el 5 y el 10% pueden llegar a ser cancerosos, dependiendo de factores como la edad y el historial médico del paciente. Por ello es tan importante contar con un diagnóstico que, generalmente, implica la realización de pruebas de función tiroidea y ecografía.

Unas pruebas con las que, explica la Dra Alhamba, «se pueden detectar nódulos que no son palpables al tacto y proporcionar información sobre sus características, dándonos una sospecha de benignidad o malignidad». Las pruebas más comunes son:

  1. Análisis de sangre: mide los niveles de hormonas para saber si son normales o no.
  2. Ecografía de tiroides: es la más común y precisa para identificar nódulos ya que permite ver su tamaño, forma, número y características internas.
  3. Biopsia por aspiración con aguja fina (PAAF): cuando se sospecha que un nódulo pueda ser maligno, se extrae una muestra con una aguja para analizar las células y descartar o confirmar la existencia de cáncer.

Los tratamientos más frecuentes

El tratamiento de estos nódulos dependerá del tipo y tamaño del mismo, así como de sus síntomas, ya que mientras que los nódulos benignos simplemente requieren en algunos casos de observación y seguimiento periódico, los que son grandes y causan molestias al paciente pueden necesitar de cirugía para su extirpación.

Entre los tratamientos más habituales -no quirúrgicos- están las terapias con hormonas tiroideas, o con yodo, que contribuyen a reducir su tamaño y actividad; y la ablación con radiofrecuencia, que es menos invasiva que la cirugía y destruye el nódulo con calor.