Alan Alda es uno de esos actores cuyos personajes, malvados o bobos, hacen que la película o la serie sea mejor. Su senador Arnold Vinick consigue que el final de 'El ala oeste' vuelva a lo que fue al principio con Sorkin (no es por Santos). Su Lester en 'Delitos y faltas', ese tontolhaba tan reconocible para cualquiera, consigue que sintamos todavía más cariño por Woody Allen. Alan Alda como director y guionista también está en lo alto del molómetro. 'Sweet Liberty' (1986), algo tan americano y tan cercano. O ' Las cuatro estaciones ' (1981), historia de tres matrimonios en fines de semana y vacaciones con la música de Vivaldi. El detonante es el abandono de una de las...
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