Miedo a otro apagón: las grandes empresas se blindan con generadores para ‘sobrevivir’ durante semanas
Extreman la precaución tras la crisis de finales de abril para proteger su actividad más capital ante el riesgo de nuevos fallos eléctricos.

Lunes 28 de abril de 2025. A las 12.33 horas España sufrió un apagón sin precedentes en la historia reciente y cuyas causas aún se desconocen. Pese a las alertas sobre la amenaza de una caída generalizada del sistema eléctrico, ni el Gobierno ni el gestor de la red eléctrica (Redeia) contemplaron esta hipótesis.
Pero el miedo a otro apagón ya se baraja con mayor probabilidad entre las grandes empresas españolas, que han empezado a dar la orden de blindarse con generadores eléctricos autónomos para que en algunos casos dupliquen su capacidad de sobrevivir, según trasladan a Vozpópuli fuentes conocedoras.
En un primer momento, el impacto sobre la economía apuntaba a pérdidas de miles de millones de euros, pero la recuperación progresiva del sistema eléctrico limitó el alcance. Tanto es así, que desde CaixaBank Research estiman que el efecto del apagón sobre el PIB alcanzó menos de 400 millones, menos de una décima del crecimiento trimestral. Y en este menor impacto tuvo mucho que ver la capacidad de las grandes empresas de mantener su actividad más crucial con generadores independientes.
Grandes empresas de todos los sectores, como Santander, BBVA, Telefónica, Repsol o ACS pudieron operar con casi total normalidad pese a que el caos se extendía en las calles de las grandes ciudades, con semáforos sin luz y la gente agolpada por el cierre de los transportes públicos. Tras el inusual apagón, ya hay grandes empresas que han decidido reforzar su potencia con generadores eléctricos, que les permita ahora aguantar “semanas”, según las fuentes consultadas.
Incertidumbre por el sistema eléctrico
“Al día siguiente del apagón, el CEO dio la orden de que tendríamos que aguantar con electricidad propia al menos diez días. Antes estábamos preparados para resistir cuatro o cinco días. Pero el miedo a más apagones lo tienen todas las empresas”, admite un alto directivo de una de las grandes empresas que pide el anonimato.
Sobre todo, las empresas quieren proteger su actividad más capital y que en caso de un fallo eléctrico generalizado implicará perdidas milmillonarias y de datos cruciales para su operatividad diaria. “Sería una irresponsabilidad no reforzar la capacidad para ‘sobrevivir’ a otro gran apagón”, señalan fuentes de otras de las grandes empresas del país.
Dos semanas después, el Gobierno no ha aclarado las causas del apagón y se afana por defender que no se debió a la sobreexposición a las energías renovables frente a las nucleares, que es la piedra angular de la política energética de Sánchez. Una de las principales hipótesis en las que trabaja el sector energético apunta a la falta de tecnologías de contención capaces de actuar rápidamente en caso de fallos en el sistema eléctrico. La energía hidráulica, la nuclear y las centrales de gas son cruciales para prevenir y mitigar los apagones, ya que son fuentes de energía que ofrecen una respuesta rápida y flexible ante los cambios en la demanda eléctrica, contribuyendo así a la estabilidad de la red.
Imagen de una central nuclear.
A la hora del desastre energético, la fotovoltaica lideraba la oferta. En concreto, la energía que se obtiene del sol representaba el 58% del total del mix energético, mientras que al mediodía la eólica aportaba un 13%. Otras fuentes de energía, como la nuclear, apenas suponían un 12%, y los ciclos combinados, impulsados por gas, sólo contribuían con el 3,8%.
Foco de los inversores
Precisamente el poder económico ha puesto en la diana este desajuste. En la City de Londres, desde donde se canalizan las grandes inversiones, se alertaba tras el apagón del 28 de abril sobre el riesgo de un freno de la inyección de dinero a España si no se apuesta más por las nucleares y se vuelve a reeditar el episodio de desconcierto sufrido por las dudas de que la crisis energética se haya cerrado en falso.
A ojo de los inversores, Moncloa debería apostar por diversificar las fuentes de energía, como las nucleares, sobre todo tras las advertencias de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que ha elaborado varios informes en los que advertía de la fuerte exposición a las renovables del sistema eléctrico español. El plan de cierre de las centrales nucleares en España, que está previsto para antes de 2035 según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), añadiría más presión al sistema eléctrico.