Máxima de Holanda abre las puertas del espectacular palacio real en el que vive junto a Guillermo
Así es el espectacular Palacio Huis ten Bosch en el que viven los reyes de los Países Bajos junto a sus hijas.

Tras varios años de reforma, Máxima de Holanda se trasladó junto a su marido, el rey Guillermo, al Palacio Huis ten Bosch, un edificio histórico, en el que han establecido su residencia oficial, que combina tradición y modernidad.
El palacio, construido entre los años 1645 y 1648, está situado en el bosque Haagse Bos, en la Haya. En sus orígenes, esta construcción tenía un estilo renacentista neerlandés que, posteriormente, quisieron renovar sus nuevos inquilinos, Guillermo y Máxima de Holanda.
De Villa Eikenhorst al Palacio Huis ten Bosch
El proceso fue todo menos sencillo y, como suele pasar en todas las reformas, las obras se alargaron más de lo esperado. El precio final alcanzó los 63 millones de euros, casi el doble del presupuesto inicial.
Por entonces, la familia real neerlandesa vivía en Villa Eikenhorst y la mudanza tuvo que esperar, aunque, sin duda, mereció la pena. Actualmente, pueden disfrutar de este impresionante palacio, que ya había albergado antes a otros miembros de la realeza, como la princesa Beatriz.
El nuevo hogar real de Guillermo y Máxima
Huis ten Bosch cuenta con unos 9.000 metros cuadrados de finca, un edificio principal de 110 metros de largo y hasta 150 habitaciones. Destacan especialmente su elegante hall, con doble escalinata verde y detalles dorados. También cuenta con espacios tan emblemáticos como el Salón Chino, el Salón Japonés y la Sala de los Orange, donde se celebran las recepciones reales, que aún conservan frescos, esculturas y tapices históricos.
Los reyes han querido hacer de su hogar un espacio único y acogedor y, por eso, cada habitación está decorada de manera diferente. Sus estancias son una combinación exquisita de antigüedad y modernidad en la que coexisten muebles antiguos, con piezas históricas y un toque más vanguardista, adaptado a los nuevos tiempos, sin renunciar al estilo monárquico.
Además de disfrutar de una vida tranquila junto a sus hijas, Máxima y Guillermo desarrollan sus funciones en sus respectivos despachos, que han decorado a su gusto. En Huis ten Bosch, la reina ha optado por una decoración más alegre, en tonos azules y crema, con papel pintado inspirado en la naturaleza.