Marta, una médica atrapada cuatro horas en el AVE Sevilla-Madrid : «Dieron una botella de agua para todo el vagón»

Marta, una médica de 37 años que vive fuera de España, no se va a llevar un buen recuerdo de su país. Fue el fin de semana a Sevilla a visitar a su hermana y regresaba a Madrid, antes de volar a Canadá, en el AVE que salió de la estación de Santa Justa a las 16:35 horas. Ni ella ni ninguno de los casi cuatrocientos pasajeros que viajaban ese tren podían imaginarse que el tren se quedaría parado en Los Yébenes, en la provincia de Toledo, a las 19,35 horas y que desembarcarían en la estación de Atocha, en Madrid, a las 23,15 horas, cuatro horas más tarde de lo previsto. «Hubo tres paradas y en la última saltaron las luces de emergencia. Me parece una vergüenza , de verdad que no es la imagen que yo tenía de España ni los trenes españoles. Vivo en Canadá pero cuando me fui a vivir allí esto no pasaba con los trenes españoles«. Marta cuenta que esa indignación fue generalizada en su vagón. «Había pasajeros diabéticos, un bebé llorando y una chica brasileña se lamentaba amargamente de que iba a perder el vuelo internacional que la iba a devolver a casa. No hay duda de que lo perdió como otros comentaron que habían perdido otras conexiones con Valencia y otros destinos nacionales«, cuenta. De su relato se deduce que se apagaron las luces de repente y también el aire acondicionado. Eso ocurrió cerca de Orgaz, donde se situaba el robo del cable que causó la averia, calificado de «grave acto de sabotaje» por el ministro de Transportes, Óscar Puente. «Aunque la cosa pintaba mal, nos enteramos de las causas de la avería por los hilos que iba poniendo Adif en X antes que por el personal de Renfe. No me parece muy lógico que todo el mundo se enterara antes que nosotros de todo lo que ocurría «, dice indignada. Lamenta también que no se les facilitara agua a los pasajeros («sólo al final una azafata pasó una botella de agua diciéndonos que ya no quedaba nada y que nos la repartiéramos los del vagón». Dice Marta que tampoco les pasaron comida porque la cafetería se quedó sin existencias.

May 4, 2025 - 23:43
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Marta, una médica atrapada cuatro horas en el AVE Sevilla-Madrid : «Dieron una botella de agua para todo el vagón»
Marta, una médica de 37 años que vive fuera de España, no se va a llevar un buen recuerdo de su país. Fue el fin de semana a Sevilla a visitar a su hermana y regresaba a Madrid, antes de volar a Canadá, en el AVE que salió de la estación de Santa Justa a las 16:35 horas. Ni ella ni ninguno de los casi cuatrocientos pasajeros que viajaban ese tren podían imaginarse que el tren se quedaría parado en Los Yébenes, en la provincia de Toledo, a las 19,35 horas y que desembarcarían en la estación de Atocha, en Madrid, a las 23,15 horas, cuatro horas más tarde de lo previsto. «Hubo tres paradas y en la última saltaron las luces de emergencia. Me parece una vergüenza , de verdad que no es la imagen que yo tenía de España ni los trenes españoles. Vivo en Canadá pero cuando me fui a vivir allí esto no pasaba con los trenes españoles«. Marta cuenta que esa indignación fue generalizada en su vagón. «Había pasajeros diabéticos, un bebé llorando y una chica brasileña se lamentaba amargamente de que iba a perder el vuelo internacional que la iba a devolver a casa. No hay duda de que lo perdió como otros comentaron que habían perdido otras conexiones con Valencia y otros destinos nacionales«, cuenta. De su relato se deduce que se apagaron las luces de repente y también el aire acondicionado. Eso ocurrió cerca de Orgaz, donde se situaba el robo del cable que causó la averia, calificado de «grave acto de sabotaje» por el ministro de Transportes, Óscar Puente. «Aunque la cosa pintaba mal, nos enteramos de las causas de la avería por los hilos que iba poniendo Adif en X antes que por el personal de Renfe. No me parece muy lógico que todo el mundo se enterara antes que nosotros de todo lo que ocurría «, dice indignada. Lamenta también que no se les facilitara agua a los pasajeros («sólo al final una azafata pasó una botella de agua diciéndonos que ya no quedaba nada y que nos la repartiéramos los del vagón». Dice Marta que tampoco les pasaron comida porque la cafetería se quedó sin existencias.