'Maria Padilla' reina en el Maestranza

En ese fluctuante deseo de recuperar las principales óperas que guardan, de una y otra manera, relación con Sevilla, así como de mantener producciones señeras sevillanas, llevábamos muchos años anhelando que le tocara el turno a 'Maria Padilla' de Donizetti , un título que consiguió nada menos que 24 representaciones en su estreno y que terminó desapareciendo al poco tiempo hasta 1973 y 1982 con Renée Fleming y poco más. Y hablamos de una intensa historia de amor tan poco frecuente que hubo que cambiar no pocos parámetros para poderla ofrecer al público sin que levantara ampollas. Esta primera toma de contacto venía sin escenificación, es decir, en versión de concierto, pero ha sido lo suficientemente atractiva como para pensar en crear (y luego rodar la producción a otros teatros que se interesara por una historia de Sevilla desde Sevilla, como ya pasara con el 'Barbero') una producción propia . Pero lo firmado es para una única representación, lo que nos hace agradecer a sus cantantes que se hayan preparado tres horas de ópera sin saber si la volverán a representar más veces. También al director Ricardo Frizza , un especialista donizettiano, víctima de una dolencia cardiaca, que ha obligado a buscar un sustituto de última hora, quien de los pocos días de ensayo no se perdió el apagón: se trata del ucraniano Sasha Yankevych . Pues a pesar de tal premura, el joven director nos ha causado una impresión extraordinaria, empezando por lo más básico y difícil: el respeto a las voces . Pues pocas veces hemos oído tal delicadeza en el seguimiento de los cantantes. Pero también de las introducciones orquestales sacó todo el color a la orquesta o destacó ciertos instrumentos, como la flauta en la escena de la locura de Don Ruiz Padilla, recurso habitual en la época, que alcanza su cénit precisamente con la 'Lucia'. Tampoco es frecuente un plantel de tan excelentes voces como el que se nos presentaba, empezando por los protagonistas, aclamados al final, tanto por resultar una pareja muy afín, como por unas voces excelentes. Kristina Mkhitaryan encabeza la clasificación por dejarse la vida en revivir a Maria Padilla con una preciosa voz, capaz de cubrir un rango vocal muy amplio, y con escaso cambio de color, si acaso levemente en el paso a alguna nota grave; sin embargo, llegó al sobreagudo hasta caer en picado al grave límite de su tesitura («Lo oyes, padre?») o después de su activa presencia en distintos momentos comprometidos, con numerosos agudos, pronunciados melismas, y todavía tuvo arrestos para terminar la ópera con un sobreagudo mantenido. Pedirle encima, con lo cansada que debía estar su voz, que lo mantuviera sin oscilación alguna rozaría el sadismo. Por cierto, se esforzó en pronunciar 'Don Pedro' a la española. A su lado, Andrey Zhilikhovsky hizo el otro protagonista con igual sustancia, con una voz corpulenta, bien colocada, portentosa, es decir, muy adecuada para la vehemencia que se gastaba el monarca castellano; pero, aunque pensamos que a lo mejor sería de los cantantes que cantan siempre arriba, nos desmintió en la última escena con una 'mezza voce' acariciadora, acompañado tanto por la flauta como por el arpa, para acentuar su enamoramiento de Maria. La Doña Inés de Silvia Tro Santafé también nos encantó, dentro de moverse en un registro medio (con el que tiene más limitado lucirse), pero con una gran claridad de dicción (que procuraron todos), descubriendo cuando podía un brillo, un esmalte más que atractivo. Sin salir de la familia destacamos el papel de Don Ruiz de Francesco Demuro que, por resumir, o se le parece o su técnica es similar, pero lo cierto es que su color vocal nos recordaba a Pavarotti, con su registro de tenor lírico, pero con más potencia de la habitual. En algunos momentos de intensidad quizá se le notara algo de cansancio en los agudos, pero de pronta recuperación. Hace tiempo que no oíamos a David Lagares (Don Ramiro) , que empezó con un color algo oscuro y poco a poco se le fue aclarando, incluso con cierto brillo, cuidando la inteligibilidad de su corpulento registro. Muy bien Carolina Rotela (Francisca), Oscar Oré (don Luis) y Julio Ramírez (Don Alfonso) , así como el Coro , que nunca nos defrauda.

May 3, 2025 - 02:10
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'Maria Padilla' reina en el Maestranza
En ese fluctuante deseo de recuperar las principales óperas que guardan, de una y otra manera, relación con Sevilla, así como de mantener producciones señeras sevillanas, llevábamos muchos años anhelando que le tocara el turno a 'Maria Padilla' de Donizetti , un título que consiguió nada menos que 24 representaciones en su estreno y que terminó desapareciendo al poco tiempo hasta 1973 y 1982 con Renée Fleming y poco más. Y hablamos de una intensa historia de amor tan poco frecuente que hubo que cambiar no pocos parámetros para poderla ofrecer al público sin que levantara ampollas. Esta primera toma de contacto venía sin escenificación, es decir, en versión de concierto, pero ha sido lo suficientemente atractiva como para pensar en crear (y luego rodar la producción a otros teatros que se interesara por una historia de Sevilla desde Sevilla, como ya pasara con el 'Barbero') una producción propia . Pero lo firmado es para una única representación, lo que nos hace agradecer a sus cantantes que se hayan preparado tres horas de ópera sin saber si la volverán a representar más veces. También al director Ricardo Frizza , un especialista donizettiano, víctima de una dolencia cardiaca, que ha obligado a buscar un sustituto de última hora, quien de los pocos días de ensayo no se perdió el apagón: se trata del ucraniano Sasha Yankevych . Pues a pesar de tal premura, el joven director nos ha causado una impresión extraordinaria, empezando por lo más básico y difícil: el respeto a las voces . Pues pocas veces hemos oído tal delicadeza en el seguimiento de los cantantes. Pero también de las introducciones orquestales sacó todo el color a la orquesta o destacó ciertos instrumentos, como la flauta en la escena de la locura de Don Ruiz Padilla, recurso habitual en la época, que alcanza su cénit precisamente con la 'Lucia'. Tampoco es frecuente un plantel de tan excelentes voces como el que se nos presentaba, empezando por los protagonistas, aclamados al final, tanto por resultar una pareja muy afín, como por unas voces excelentes. Kristina Mkhitaryan encabeza la clasificación por dejarse la vida en revivir a Maria Padilla con una preciosa voz, capaz de cubrir un rango vocal muy amplio, y con escaso cambio de color, si acaso levemente en el paso a alguna nota grave; sin embargo, llegó al sobreagudo hasta caer en picado al grave límite de su tesitura («Lo oyes, padre?») o después de su activa presencia en distintos momentos comprometidos, con numerosos agudos, pronunciados melismas, y todavía tuvo arrestos para terminar la ópera con un sobreagudo mantenido. Pedirle encima, con lo cansada que debía estar su voz, que lo mantuviera sin oscilación alguna rozaría el sadismo. Por cierto, se esforzó en pronunciar 'Don Pedro' a la española. A su lado, Andrey Zhilikhovsky hizo el otro protagonista con igual sustancia, con una voz corpulenta, bien colocada, portentosa, es decir, muy adecuada para la vehemencia que se gastaba el monarca castellano; pero, aunque pensamos que a lo mejor sería de los cantantes que cantan siempre arriba, nos desmintió en la última escena con una 'mezza voce' acariciadora, acompañado tanto por la flauta como por el arpa, para acentuar su enamoramiento de Maria. La Doña Inés de Silvia Tro Santafé también nos encantó, dentro de moverse en un registro medio (con el que tiene más limitado lucirse), pero con una gran claridad de dicción (que procuraron todos), descubriendo cuando podía un brillo, un esmalte más que atractivo. Sin salir de la familia destacamos el papel de Don Ruiz de Francesco Demuro que, por resumir, o se le parece o su técnica es similar, pero lo cierto es que su color vocal nos recordaba a Pavarotti, con su registro de tenor lírico, pero con más potencia de la habitual. En algunos momentos de intensidad quizá se le notara algo de cansancio en los agudos, pero de pronta recuperación. Hace tiempo que no oíamos a David Lagares (Don Ramiro) , que empezó con un color algo oscuro y poco a poco se le fue aclarando, incluso con cierto brillo, cuidando la inteligibilidad de su corpulento registro. Muy bien Carolina Rotela (Francisca), Oscar Oré (don Luis) y Julio Ramírez (Don Alfonso) , así como el Coro , que nunca nos defrauda.