Machado y el ayer no escrito

Fue en el discurso en el que Adolfo Suárez defendió ante las Cortes franquistas la Ley de Asociaciones Políticas y dio, así, el primer paso de la voladura...

May 11, 2025 - 08:28
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Machado y el ayer no escrito

Fue en el discurso en el que Adolfo Suárez defendió ante las Cortes franquistas la Ley de Asociaciones Políticas y dio, así, el primer paso de la voladura controlada de la dictadura. Era el 9 de junio de 1976 y fue ésa la impecable intervención de un hombre con visión de Estado y con sentido común que había entendido el momento que vivía su país. En realidad, aquella precaria ley asociativa era el preámbulo al Proyecto de Reforma Política que llegaría tres meses después; una elocuente declaración de intenciones que su autor quiso cerrar con unos versos de Antonio Machado que traían un nuevo tono civil a la política española y que uno escuchó en aquella televisión en blanco y negro de la época con la emoción y la ilusión de sus diecinueve años:

"¡Qué importa un día! Está el ayer alerto
​al mañana, mañana al infinito,
​hombre de España, ni el pasado ha muerto
​ni está el mañana -ni el ayer- escrito".

No sé qué manos intervinieron en ese discurso ni quién pudo elegir esos versos, ese clarividente serventesio tomado del poema El Dios Ibero que no podía ser más idóneo para aquellas circunstancias. Lo que sí sé es que esas palabras siguen teniendo una pasmosa vigencia para la España de hoy. Confieso que, de esa estrofa, siempre me llamó la atención el último verso o, mejor dicho, esa alusión al "ayer no escrito" que aparece introducida en el tramo final y a modo de cuña, como si el poeta hubiera pensado en el último instante que su presencia era algo esencial, antes de buscar la rima concluyente a la que precede y que cierra el verso.

Y confieso también que, pese a que me llamaba tanto la atención, han tenido que pasar muchos años para que entendiera todo su hondo y necesario significado. Dicho de otra manera: ¿tan importante era dejar claro que, no solo el futuro, sino tampoco el pasado está escrito con una versión única, oficial, obligada e inapelable?

La respuesta a esa pregunta la ha hecho tristemente obvia un presente político en el que hay quienes se han propuesto, como parte crucial de su programa ideológico, imponer una lectura incontestable del ayer, legislar sobre la Historia y la memoria; decirnos qué debemos recordar y cómo debemos recordarlo, en el más puro estilo orwelliano.

Sí. Creo que ese verso de Antonio Machado con el que Suárez cerró aquel discurso en 1976 y que nos dice que "ni está el mañana -ni el ayer- escrito", es el mejor alegato contra la llamada memoria histórica, y después rebautizada como memoria democrática, con la que algunos pretenden fabricar recuerdos e imponerlos colectivamente. Y creo también que resulta aleccionador, tanto como paradójico, que la mejor réplica a ese intento por escribir el ayer, o reescribirlo, se pueda encontrar en el verso de un poeta de cuyo nacimiento ahora se cumplen los 150 años y al que esos mismos rescribidores del ayer han manipulado también sin haberlo leído.

No. No solo el mañana no está escrito en ninguna parte (ni siquiera en la Agenda 2030) de forma que nos condene a un predeterminado y fatal destino, sino tampoco el pasado, que nadie tiene derecho a sellar a cal y canto. Frente a los que nos dicen lo que debemos recordar, que es también un modo decirnos lo que debemos olvidar, está esa estrofa fundacional de nuestra democracia que nos recuerda que esos personajes son solo un día en la vida de una Nación aunque se crean eternos.