Los secretos para descubrir un Brasil distinto: calles empinadas, cultura afro, color, sabor y música

En la gran capital del nordeste brasileño, el Pelourinho, el barrio histórico de calles empinadas y construcciones patrimoniales, lleva por la historia entre acarajés, iglesias barrocas y capoeira; muy cerca, playas de ensueño

May 11, 2025 - 15:14
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Los secretos para descubrir un Brasil distinto: calles empinadas, cultura afro, color, sabor y música

“Bahía es la ciudad de la alegría”, “Bahía es puro color, sabor y música”, dicen quienes la conocen. “Todo, todo en Bahía nos hace amarla”, canta Caetano Veloso en Terra. Definitivamente, Bahía es un concepto más que una referencia geográfica o un destino de playa en Brasil.

La historia del país se inicia aquí. Fue la primera capital desde 1549 hasta 1763.

La devoción religiosa de sus habitantes llevó a la construcción de una gran cantidad de iglesias, en el centro histórico prácticamente hay una por cuadra, y se podría ir a una iglesia distinta cada día del año porque se estima cerca de 360. Entre las más conocidas y visitadas está la Iglesia do Senhor do Bonfim, el santo patrono de la ciudad y escenario de la fiesta más popular de Salvador –después del Carnaval–, y la Iglesia de São Francisco, con su interior bañado en oro. Una de las tradiciones de Bonfim, desde 1809, es regalar a otra persona una fita, una cinta de color que se debe atar a la muñeca con tres nudos y pedir tres deseos, que se cumplirán cuando la cinta se corte sola. ¿El más pedido? Volver a Bahía. Porque después de conocerla, solo se quiere volver. Las típicas pulseras del Senhor do Bonfim

Si bien esta zona del país se desarrolló económicamente a través de la exportación de productos como el azúcar y el cacao, recién a fines de los 70 comenzó la explotación del turismo, hoy su principal industria. Las playas de arenas claras y aguas transparentes y cálidas son, sin duda, su mayor imán con resorts all inclusive a lo largo de toda la bahía.

Pero si bien la tentación de pasar una semana en una reposera frente al mar, en contacto con la naturaleza, todo incluido y resuelto, es grande, Salvador merece reservarse al menos dos días para recorrerla y conectarse con su cultura, colores, sabores y sonidos. O, en el mejor de los casos, dedicar un viaje exclusivamente a la ciudad para descubrir las raíces afrobrasileñas y sus tesoros más preciados.

Son emprendedores y hacen casas inspiradas en el wabi sabi, la estética japonesa que hace culto a la belleza

Naturaleza a pleno

Incluso disfrutar de sus playas urbanas, que son muchas y muy variadas, o hacer una escapada en lancha, barco o catamarán para pasar el día en las islas cercanas. Pequeños paraísos como la isla de Itaparica a 10 kilómetros, la isla de Maré a una hora por agua, la isla dos Frades a dos horas, y la más lejana, el Morro de São Paulo, a tres horas. Una de las playas más lindas de la ciudad es la de Itapua, donde Vinicius de Moraes –autor de Garota de Ipanema– eligió vivir en una casa frente al mar y le dedicó una canción. La propiedad ahora es un hotel boutique, Casa Di Vina, al que se le añadió un edificio moderno junto a la casa de Moraes que fue conservada y puesta en valor. La Suite Vinicius es la mismísima habitación donde dormía el poeta con su séptima esposa (tuvo nueve). Con 52 m2, una biblioteca con sus obras y el ventanal con vista al mar que enamoraba a su célebre dueño, una noche puede costar alrededor de US$282. Surf, una de las actividades preferidas de los bahianos

La playa de Itapua tiene uno de los dos faros existentes en la ciudad, con rayas rojas y blancas, que invita a ver los atardeceres desde allí. Siguiendo el camino marítimo se suceden otras playas amplias, con buenas olas y nombres singulares, como la playa de la Poesía, del Romance, de la Música y de la Paciencia, llamada así porque era el sitio donde las mujeres de los pescadores esperaban que sus maridos vuelvan del mar. En la época de la Tropicália, Caetano Veloso, Gal Costa y Gilberto Gil compraron un terreno en esta playa y se hicieron una casa cada uno, en altura y frente al mar. Caetano aún la conserva.

La playa de Porto da Barra, la zona donde las propiedades tienen el valor por metro cuadrado más caro de Salvador, (alrededor de US$1890), es considerada una de las más lindas del mundo y dicen los bahianos que es la preferida de Caetano. El agua es calma y en cada extremo hay dos fuertes de la época colonial portuguesa del siglo XVI, que se pueden visitar y subir hasta lo alto.

Alejadas del continente hay alrededor de 50 islas pero no todas son propiamente islas, más de una docena son bancos de arena que se dejan ver por sobre el agua. Itaparica tiene una fuente de agua natural y un paraíso poco conocido: Coroa do Limo. Se trata de un banco de arena en altamar bastante alejado de la costa, al que se puede acceder con una lancha cuando hay marea baja. La arena blanca emerge del mar turquesa como una columna vertebral, formando un camino largo y firme sobre el agua, de dos o tres metros de ancho, y por allí se puede caminar con la sensación de estar abriendo los mares con rumbo al horizonte. El agua es cristalina, cálida y con pececitos que acompañan en cada chapuzón en medio de la inmensidad.

@jeanoliveira994

Coroa do Limo - Itaparica Bahia