Los godos toman Guadamur
El nombre del fotógrafo de aves Eric Hosking s alió este domingo a relucir durante la exhibición de cetrería que el grupo 'Aviar' realizó en la localidad en Guadamur, a quince kilómetros de Toledo. El naturalista, Tomás Beneytez, explicaba al público que se encontraba en el entorno de la ermita, las curiosidades de un águila de cola roja, un halcón lanario, un águila de Harris y un cárabo, mientras las aves alzaban el vuelo. Fue precisamente esta última, la que da nombre a la autobiografía del inglés 'An Eye for a Bird' (Un ojo por una ave). El fotógrafo perdió un ojo por el ataque feroz de esta rapaz al aproximarse a un nido para captar una instantánea. De ahí la expresión 'Un ojo por un cárabo', que este domingo volvió a escucharse en el municipio. Una demostración que fue muy aplaudida por el público que asistía a la decimosexta edición de las Jornadas Visigodas de Guadamur . Tras ella, tomó el relevo la recreación histórica de 'El Misterio de Sorbaces', donde se narró el descubrimiento del Tesoro de Guarrazar en 1858 y los motivos que llevaron a los godos a construir un poblado, como el excavado en el yacimiento a 11 kilómetros de Toledo. Una representación que dejaba escuchar a lo lejos el retumbe de los tambores que anunciaban la llegada de una buena nueva para el poblado visigodo. Un cortejo de doncellas y caballeros enfilaban la subida desde el imponente castillo rumbo a las inmediaciones de la ermita para celebrar la llegada a caballo del nuevo rey. Un acto, celebrado con bailes y danzas de bienvenida, donde también hubo lugar para las recreaciones de intriga y luchas de poder. Posteriormente, se realizó el nombramiento de 'Caballeros Visigodos de Honor' que este año ha sido otorgado al abogado y exalcalde de Toledo Joaquín Sánchez Garrido y el historiador Jorge Miranda por su iniciativa popular de trasladar los restos de los reyes Wamba y Recesvinto –actualmente depositados en una pequeña caja en la Catedral de Toledo– a un lugar que les otorgue el reconocimiento y el honor que merecen. En los alrededores una recreación de un campamento visigodo mostraba el arte de tejer, los utensilios que se utilizaban para cocinar y las vestimentas y armas usadas para las luchas. Mientras a pocos metros, los 'quintos', los jóvenes del pueblo que alcanzan la mayoría este año, cambiaban euros por tremis (moneda que utilizaban los visigodos) para la degustación de 'Olla de Crispín', un guiso de carcamusas. Además, los vecinos y visitantes pudieron disfrutar de un mercado que ofrecía puestos de artesanía comarcal, desde bisutería, alimentación hasta artículos de regalo, además de talleres donde los más pequeños se llevaron a casa un marca páginas con su nombre escrito en visigodo y una pulsera. Una jornada que concluyó con el gran desfile de clausura.
El nombre del fotógrafo de aves Eric Hosking s alió este domingo a relucir durante la exhibición de cetrería que el grupo 'Aviar' realizó en la localidad en Guadamur, a quince kilómetros de Toledo. El naturalista, Tomás Beneytez, explicaba al público que se encontraba en el entorno de la ermita, las curiosidades de un águila de cola roja, un halcón lanario, un águila de Harris y un cárabo, mientras las aves alzaban el vuelo. Fue precisamente esta última, la que da nombre a la autobiografía del inglés 'An Eye for a Bird' (Un ojo por una ave). El fotógrafo perdió un ojo por el ataque feroz de esta rapaz al aproximarse a un nido para captar una instantánea. De ahí la expresión 'Un ojo por un cárabo', que este domingo volvió a escucharse en el municipio. Una demostración que fue muy aplaudida por el público que asistía a la decimosexta edición de las Jornadas Visigodas de Guadamur . Tras ella, tomó el relevo la recreación histórica de 'El Misterio de Sorbaces', donde se narró el descubrimiento del Tesoro de Guarrazar en 1858 y los motivos que llevaron a los godos a construir un poblado, como el excavado en el yacimiento a 11 kilómetros de Toledo. Una representación que dejaba escuchar a lo lejos el retumbe de los tambores que anunciaban la llegada de una buena nueva para el poblado visigodo. Un cortejo de doncellas y caballeros enfilaban la subida desde el imponente castillo rumbo a las inmediaciones de la ermita para celebrar la llegada a caballo del nuevo rey. Un acto, celebrado con bailes y danzas de bienvenida, donde también hubo lugar para las recreaciones de intriga y luchas de poder. Posteriormente, se realizó el nombramiento de 'Caballeros Visigodos de Honor' que este año ha sido otorgado al abogado y exalcalde de Toledo Joaquín Sánchez Garrido y el historiador Jorge Miranda por su iniciativa popular de trasladar los restos de los reyes Wamba y Recesvinto –actualmente depositados en una pequeña caja en la Catedral de Toledo– a un lugar que les otorgue el reconocimiento y el honor que merecen. En los alrededores una recreación de un campamento visigodo mostraba el arte de tejer, los utensilios que se utilizaban para cocinar y las vestimentas y armas usadas para las luchas. Mientras a pocos metros, los 'quintos', los jóvenes del pueblo que alcanzan la mayoría este año, cambiaban euros por tremis (moneda que utilizaban los visigodos) para la degustación de 'Olla de Crispín', un guiso de carcamusas. Además, los vecinos y visitantes pudieron disfrutar de un mercado que ofrecía puestos de artesanía comarcal, desde bisutería, alimentación hasta artículos de regalo, además de talleres donde los más pequeños se llevaron a casa un marca páginas con su nombre escrito en visigodo y una pulsera. Una jornada que concluyó con el gran desfile de clausura.
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