Los GLP-1 mejoran el control emocional, evitando comer 'por atracón'
Psiquiatría soniamoreno Mié, 14/05/2025 - 16:43 'JAMA Psychiatry' La obesidad tiene un componente mental importante. Quienes sufren esta enfermedad tienen un 55% más de riesgo de sufrir depresión y esta patología, a su vez, también suma un riesgo de un 58% de desarrollo de la enfermedad metabólica. Esta relación bidireccional entre ambas pone el foco en que la solución de una impactará en la otra.Con la llegada de los nuevos fármacos antiobesidad, los famosos Ozempic y Wegovy, este efecto se notó y se dieron las primeras sospechas de un impacto negativo por la asociación con la ideación suicida que se descartó tras una farmacovigilancia estrecha. Ahora una investigación analiza la relación obesidad-diabetes e impacto mental a través de la información recogida de más de 107.000 pacientes que tomaban semaglutida, lixisenatida, exenatida, dulaglutida y liraglutida, principalmente.Este estudio publicado en JAMA Psychiatry ha concluido que el uso de los GLP-1 no se asocia a un mayor riesgo de acontecimientos adversos psiquiátricos ni a un empeoramiento de los síntomas depresivos en comparación con el placebo, y al tiempo sí que se vincula con mejoras en la calidad de vida, la restricción calórica y un control emocional sobre la alimentación. El tratamiento con GLP-1 puede desconectar las señales naturales de hambre y saciedad, Terapia experimental: estimulación cerebral contra el trastorno por atracón, Trastorno por atracón: hay terapias eficaces para la individualización Toby Pillinger, uno de los autores principales, comenta a este medio que si bien resulta obvio que "las personas pueden sentirse mejor con los GLP-1RA Un nuevo estudio sugiere que el tratamiento con los fármacos agonistas de los receptores GLP-1 se asocian a una mejora del bienestar mental, y a evitar comer por emociones. Off Pilar Pérez Off


La obesidad tiene un componente mental importante. Quienes sufren esta enfermedad tienen un 55% más de riesgo de sufrir depresión y esta patología, a su vez, también suma un riesgo de un 58% de desarrollo de la enfermedad metabólica. Esta relación bidireccional entre ambas pone el foco en que la solución de una impactará en la otra.
Con la llegada de los nuevos fármacos antiobesidad, los famosos Ozempic y Wegovy, este efecto se notó y se dieron las primeras sospechas de un impacto negativo por la asociación con la ideación suicida que se descartó tras una farmacovigilancia estrecha. Ahora una investigación analiza la relación obesidad-diabetes e impacto mental a través de la información recogida de más de 107.000 pacientes que tomaban semaglutida, lixisenatida, exenatida, dulaglutida y liraglutida, principalmente.
Este estudio publicado en JAMA Psychiatry ha concluido que el uso de los GLP-1 no se asocia a un mayor riesgo de acontecimientos adversos psiquiátricos ni a un empeoramiento de los síntomas depresivos en comparación con el placebo, y al tiempo sí que se vincula con mejoras en la calidad de vida, la restricción calórica y un control emocional sobre la alimentación.